Primera parte
Finalmente se impuso la legalidad, la democracia, y la justicia, frente a la serie de acciones indebidas, ilegales, fraudulentas, deshonestas, y anticonstitucionales con que el estado presidencial, al menos una Ministra, e integrantes de la llamada Cuarta Transformación, confabularon y maquinaron para intentar hacer ganar la presidencia de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), a la candidata favorita del Ejecutivo, la indigna Ministra Yasmín Esquivel Mossa, quien perdió la votación de forma vergonzosa pues solo obtuvo un voto, -seguramente el de ella-, e hizo fracasar el proyecto del presidente Andrés Manuel López Obrador, quien ya se frotaba las manos vislumbrándose como soberano absoluto teniendo bajo su égida a los tres poderes de la nación, pero simplemente fue derrotado.
López cometió el grave error de ‘poner todos los huevos en la misma canasta’, una máxima que, siendo como es un animal de la política debió conocer. Pero también es cierto que el presidente está ‘chocheando’ y cada vez se vuelve más testarudo, más obcecado, y más terco. Y en ese pecado llevó la penitencia, porque, cuando pudo no quiso doblegarse y terminó por perder.
Se equivocó al apoyar hasta el último momento a una candidata carente no solo de las credenciales para aspirar al cargo, sino de requisitos tan básicos como la honestidad y probidad.
Esquivel Mossa fue seleccionada como candidata por el simple hecho de ser la esposa del empresario José María Riobóo, el contratista favorito de Andrés Manuel López Obrador, a quien ha beneficiado con la adjudicación de importantes obras desde que el tabasqueño fue Jefe de Gobierno de la Ciudad de México, sin menoscabo de que la mujer ha sido dócil, obediente y fácil de manipular.
Con la bendición presidencial, era cuestión de trámite para que Esquivel se convirtiera en la primera presidenta mujer de la máxima tribuna del país, pero inesperadamente apareció la acusación plena de datos en el sentido de que la Ministra Esquivel Mossa plagió el texto de su tesis mediante la cual se graduó como licenciada en derecho allá por 1987 y el panorama se comenzó a tornar gris.
López pudo haberle retirado su apoyo desde que Latinus y el académico Guillermo Sheridan exhibieron las pruebas de que la Ministra había incurrido en plagio para poderse graduar, pero apostó por defenderla y arremeter en contra de quienes dieron a conocer la información. El presidente no midió el alud que se venía.
Para defender “su verdad”, la Ministra Esquivel incurrió en una serie de torpezas y contradicciones que lo único que logró fue hundirse cada vez más hasta llegar al punto en el que ya no había retorno.
Tras la publicación de Latinus, Esquivel Mossa, publicó -cinco días después- a través de sus redes sociales un comunicado en un desesperado intento de negar su infame acción. En dicho posicionamiento afirmaba que los señalamientos de un supuesto plagio de su tesis de licenciatura forman parte de una campaña emprendida en su contra para influir en la próxima elección del presidente o presidenta de la SCJN. Negó “categórica y terminantemente” haber plagiado su tesis y afirmó que fue al contrario: su tesis fue plagiada, por lo que presentó una denuncia.
Su maestra de tesis de nombre Martha salió en su defensa, alegando que los señalamientos en contra de su pupila respondían a un asunto de misoginia, colocándola y colocándose en calidad de víctimas. Pero su estrategia no funcionó y de hecho, ahora la maestra también es señalada de algún presunto ilícito siendo que aparecieron más tesis idénticas que ella también dirigió.
Hasta ese momento Esquivel Mossa no había presentado algún argumento que permitiese desvincularla del plagio, salvo publicaciones en redes sociales donde, con actitud envalentonada, mostraba como pruebas tres cartas de maestros que respaldarían su trabajo y el vergonzante comunicado del que ya hablamos.
Posteriormente, publicó una declaración en la que reiteraba tajantemente haber sido plagiada y que habría presentado ante autoridades de la máxima casa de estudios, la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), pruebas contundentes además de una declaración ante notario del supuesto plagiario en la que aceptaba haber cometido el ilícito.
Más poco le duró el tema alegado como algo solvente, ya que la UNAM informó el sábado 31 de diciembre que se observaba ‘un evidente’ plagio en la tesis de la ministra Yasmín Esquivel.
La institución académica detalló en un comunicado que después del análisis de la documentación por el Comité y con base en el ‘alto nivel de coincidencias’ entre las tesis objeto de revisión, superior al 90 por ciento, ‘resulta evidente la existencia de un plagio’, Incluso, aseguró que la revisión académica de los contenidos de ambas tesis, sus fechas de publicación, así como los archivos físicos y digitales de la Universidad, ‘hacen presumir que la tesis original fue la sustentada desde 1986, es decir, señaló claramente como plagiaría a la Ministra Esquivel.
Pero aún más que eso, el rector de la UNAM Enrique Graue Wiechers afirmó que el Comité de Integridad Académica y Científica de la FES Aragón recibió un “testimonio notariado que contiene un escrito de quien sustentó su tesis en 1986, expresando que utilizó varias referencias, textos y partes importantes del contenido de la tesis publicada posteriormente, en 1987″. Por esta razón, aclaró que es necesario recabar información adicional para profundizar en el análisis documental y, de ser el caso, llamar a las partes involucradas y dijo : “En mi calidad de Rector, no acepto que derivado de disputas ajenas se vulnere el prestigio y la honorabilidad de la Universidad”, al día siguiente la FES Aragón dio a conocer que resolvería el presunto plagio de la tesis de la ministra Yasmín Esquivel después de la elección del presidente de la la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), es decir, posterior al 2 de enero.
En un comunicado detalló que “una vez retomadas las actividades académico-administrativas en la Facultad, se convocará a una próxima sesión para continuar los trabajos, así como analizar la actuación y observancia de los principios éticos universitarios de la asesora de ambas tesis”.
Aunado a lo anterior, lo que constituyó el golpe más duro para la Ministra y sus aliados fue la irrupción en escena del abogado Édgar Ulises Báez Gutiérrez, quien presumiblemente es el autor original de la tesis, y en una entrevista a un medio de comunicación, el prestigiado portal noticioso Eje Central que dirige Raymundo Riva Palacio, el abogado sostuvo que su tesis es la original y que no ha sido nunca llamado a testificar sobre el proceso de elaboración, afirmando tajante :
“La lógica lo disipa todo: el que se titula primero evidentemente tiene el texto original”, afirmó el abogado Báez, quien recibió a eje central en su modesta vivienda de la alcaldía Xochimilco, donde convalece de neumonía y una operación de cataratas en el ojo izquierdo.
Es de advertir que Yasmin Esquivel Mossa asegura que su tesis la escribió en 1985, aunque se publicó en 1987. No obstante, en su redacción, la ministra hace alusión a la crisis económica de 1987 y en la bibliografía cita dos periódicos de 1986. Para poder obtener un título universitario, la legislación de la UNAM exige una tesis original. En tal sentido, Báez Gutiérrez cumplió con el requisito, cosa que no ocurrió con Yasmín Esquivel, quien presentó su tesis 14 meses después.
Así pues, la Universidad Nacional Autónoma de México y su rector sí supieron leer el estado de las cosas, en tanto que un muy mal asesorado o emberrinchado presidente López Obrador, decidió seguir hasta el final con su candidata sin advertir que los Ministros de la Corte le darían la espalda.
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