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Línea 3, un desastre

La más importante obra en la historia de Jalisco, la construcción de la Línea 3 del Tren Ligero, se ha convertido en un monumento a la improvisación y a la desorganización.

La falta de una correcta planeación llevó a inflar la obra de más de 17 mil millones a casi 30 mil millones de pesos y el monto sigue creciendo. La obra, proyectada para entrar en funcionamiento en abril de 2018, no solo incumplió su tiempo de entrega sino rebasó un sexenio y entró en un limbo donde por falta de recursos podría entrar en operaciones hasta el año 2020.

La empresa encargada de la gerencia de la obra,  Senermex, Ingeniería y Sistemas, S.A. de C.V., firmó el contrato GCONS/SPV/27/2014 el 7 de octubre de 2014 por el pago de 707 millones 600 mil pesos por concepto  de asesoría técnica especializada (Proyect Management) para el proyecto de construcción de la Línea 3 del Tren Ligero de Zapopan, Guadalajara y Tlaquepaque.

El compromiso era terminar la obra en mil 280 días naturales según contempla el propio contrato, fecha que se cumplió en abril pasado; sin embargo, el Sistema de Tren Eléctrico Urbano (Siteur) firmó el 15 de marzo de 2018 otro contrato, el CONS/CONV/MOD/017/2018, es decir, un mes antes del plazo pactado originalmente para la entrega de la obra, por un monto de 190 millones 057 mil 320 pesos.

Esto sería por “trabajos extraordinarios y complementarios a los servicios de asesoría técnica especializada (Proyect Management) para la ampliación del Sistema de Tren Eléctrico Urbano en la Zona Metropolitana de Guadalajara que no se encontraban dentro del alcance inicial y son requeridos durante la ejecución de las obras de la Línea 3”.

Los servicios a efectuar en este nuevo contrato, deberán ejecutarse en un término de 235 días naturales adicionales al plazo indicado en el primer contrato GCONS/SPV/27/2014 (mil 280 días) y que en teoría significa que deberían concluirse en el mes de diciembre de 2018, lo que tampoco se cumplió.

El desastre de la Línea 3, quedó en evidencia también con el reciente episodio de los neoprenos, soportes que se utilizaron para los pasos elevados de los viaductos.

El gobernador Enrique Alfaro denunció que eran piezas defectuosas que tendrían que ser cambiadas.

La Secretaría de Comunicaciones y Transportes reconoció la falla y señaló que se trataba de productos incorrectos que tendrían que cambiarse.

No obstante, un documento en poder de Paralelo 20, muestra que la empresa Neoprenos Moldeados, S.A. de C.V. envió a Clemente Poon Hung, Director General de Servicios Técnicos de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes, someter a ensaye para verificar su calidad al neopreno que instalaría en la Línea 3 con la siguiente característica:

“Apoyo integral de Neopreno FT=100 KG/CM2 dureza Shore A-60 norma ADTM D-2240 de 40X50x14.6 CMS con láminas de acero A-36 de 3 MM intermedias”.

Pero el neopreno recibido y sobre el cual se hicieron los ensayos técnicos por parte del Departamento de Pruebas Estructurales de la SCT, según consta en el documento en cuestión, era para un producto muy distinto al solicitado para la Línea 3.

De acuerdo con la solicitud original del tipo de neoprenos que se requerían para la instalación en los viaductos, el Catálogo Detallado de los Viaductos del proyecto, establecía el tipo de producto que requería:

“DGTM2112-PR-00174 Suministro y colocación de neopreno de sección 400 por 500 mm dureza Shore A-60 (ASTM D_2240), resistencia a la ruptura mayor a 17.5 MPa, alargamiento a la ruptura mayor a 350% (ASTM D 412); con 7 capas y 6 láminas de 4 mm, de límite elástico mínimo de 240 N/mm2 y carga a la ruptura mínima de 420 N/mm2 (clase CF-24) tipo V2 según proyecto”.

Una especificación muy diferente al que envió la empresa encargada de la elaboración de neoprenos para la Línea 3.

La historia de omisiones e irregularidades del proyecto, fue advertida por la propia Auditoría Superior de la Federación desde el primer año de la obra.-

Según la auditoría a la Dirección General de Transporte Ferroviario y Multimodal de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (cuya copia posee este columnista), las licitaciones incurrieron en procedimientos erróneos que restaron transparencia al trámite.

La dependencia encontró pagos inadecuados, supervisión incorrecta a la calidad de los materiales, contratos que no se cumplían con los requerimientos y una serie de omisiones que motivaron varias sanciones administrativas.

Una perla de la auditoría que revela el tamaño de la improvisación, tuvo que ver con el contrato DGTFM-25-14 que tiene por objeto la construcción del Túnel, ya que en la plantilla del personal técnico especializado, para el puesto de “Coordinador de Máquina EPB” se solicitó a un ingeniero electromecánico y en su lugar se contrató a un ingeniero civil; en tanto que para el puesto de “Técnico en Cuantificación y Presupuesto” se solicitó a un ingeniero civil o un arquitecto, pero se contrató a un ingeniero agrónomo.

• Paralelo Veinte

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