A unas cuantas horas de que la Línea 3 sea puesta formalmente en operación, la más grande obra de infraestructura urbana en Jalisco también pasará a la historia como las más opaca, retrasada y sobre todo impune de que se tenga memoria.
Desde hace 31 años que se inauguró la Línea 1 y 26 años después de que comenzara a funcionar la Línea 2, la Línea 3 continuará con el malogrado proyecto que al menos en teoría llegó a contar con 8 trayectos distintos pero que por los vaivenes políticos fue quedando en el olvido.
La obra de transporte colectivo planeada para costar más de 17 mil millones y que terminará superando los 34 mil millones de pesos, se convirtió en un prolongado dolor de cabeza para los habitantes de la zona metropolitana.
Aunque los gobernantes en turno justificaron las molestias de los trabajos con el argumento de que el beneficio posterior compensaría las afectaciones, la realidad es que decenas de negocios cerraron, cientos de comerciantes fueron perjudicados, numerosas fincas dañadas y miles de personas impactadas por el tráfico, la falta de planeación, las omisiones y la soberbia de quienes ejecutaron las obras.
De acuerdo con el contrato firmado por el Sistema de Tren Eléctrico Urbano (Siteur) con la empresa responsable de administrar el proyecto (GCONS/SPS/27/2014), la Línea 3 debió ser entregada en un plazo de mil 280 días naturales, fecha que se cumplió en abril de 2018.
Un segundo contrato con Siteur (CONS/CONV/MOD/017/2018), permitió ampliar el plazo por 235 días más para “trabajos extraordinarios y complementarios”, con lo que la fecha de término sería a fines de diciembre de 2018 y sumaría mil 515 días naturales.
Pero tampoco se cumplió con el nuevo plazo pactado y suponiendo que este miércoles quedara lista para comenzar a funcionar, habrían sumado dos mil 125 días desde el inicio y 610 días de demora de la fecha de entrega pactada en los dos contratos.
Junto al consorcio responsable de la administración, hubo otras tres empresas que recibieron contratos para supervisar los trabajos de construcción del viaducto 1, viaducto 2 y el túnel.
DIRAC, S.A.P.I de C.V. según contrato DGTFM-35-14 con la SCT para supervisar el viaducto 1; Cal y Mayor Asociados, S.C. según contrato Contrato DGTFM-49-14 por el viaducto 2 y Lumbreras y Túneles, S. A. de C.V. según contrato DGTFM-41-14 con las estaciones subterráneas.
Por los trabajos de supervisión de las construcciones, las cuatro empresas obtuvieron en total contratos por más de mil 372 millones de pesos.
Pese a la vigilancia encomendada, la Auditoría Superior de la Federación, encontró pagos indebidos, materiales fuera de norma, compras a sobre precio, material reportado y no utilizado, vigas pagadas en dos ocasiones, neoprenos defectuosos, desvíos millonarios por duplicidad de pagos y retrasos en las obras por más de 50 millones de pesos.
Los contratos firmados por las citadas empresas, establecían fianzas de cumplimiento del 20 por ciento del valor y penas de 5 por ciento mensual por retrasos en las obras.
Tres botones de muestra: el viaducto 1 debió terminarse el 27 de octubre de 2016; el viaducto 2 el 22 de octubre de 2016 y el túnel con sus estaciones el 1 de marzo de 2017.
Ninguno de los contratos se cumplieron en tiempo y forma, no fueron rescindidos y mucho menos exigidos los montos fijados por mora o daños y perjuicios.