Dos libros de texto gratuitos han generado escándalo no solo por los errores que algunos académicos y especialistas han detectado entre sus páginas, sino porque esos mismos yerros han derivado en movilizaciones tanto de padres de familia como en amparos, y hay quienes exigen se detenga la distribución de al menos uno de ellos, dadas las deficiencias y errores que se han cometido al rediseñarlos, evidenciando improvisación, ineptitud, desconocimiento, austeridad mal enfocada, falta de oficio y de capacidad de quienes en el marco de la denominada Cuarta Transformación, presumieron podrían rediseñar 18 libros y se quedaron en solo dos y mal hechos.
La premura con la que se rediseñaron los libros de texto gratuito es visible en las páginas de los nuevos materiales. Especialistas señalan contenidos confusos, poco acordes con el nivel escolar, imágenes borrosas y tipografía inadecuada. En el libro, se observa que incluso se intercalan lecturas con emblemas y acciones de la actual Administración federal, de acuerdo con quienes han tenido en sus manos los ejemplares y así lo revelaron en una publicación del diario Reforma.
La convocatoria para modificar los contenidos de 18 libros de texto gratuitos fue lanzada la primera semana de marzo. Sólo dos libros pudieron concretarse debido a fallas en el proceso a cargo de la Dirección de Materiales Educativos de la Secretaría de Educación Pública, por lo que los expertos incluso dudan que en el próximo ciclo escolar 2021-2022 llegarán a las manos de los estudiantes.
El diario tuvo acceso al libro de «Lengua Materna. Español» para tercer grado de primaria, mismo que además de contener lecturas, incluye trabajos relacionados a la materia de Civismo. A partir de la página 34, se tocan los temas «Documentos que nos dan identidad», «Documentos de identificación o de identidad» y «Documentos de identidad para trámites y servicios».
En la página 38, bajo el título «¡Interesante noticia!», se resalta la vacunación de la población contra Covid-19. Entre las imágenes se observa el portal del Gobierno federal en donde se han registrado diversas generaciones para acceder a la inmunización.
En una serie de ejercicios se les pregunta a los educandos que rondan por edades de 8 y 9 años, el tipo de documentos requeridos. Se pide identificar cuáles son las dependencias que los expiden y los elementos gráficos que llamaron su atención para identificarlos. En la página 39 aparecen cinco imágenes con la cartilla de vacunación con el logo del Gobierno de México.
En los años 60 se mezclaban materias de lectura, civismo e historia en un solo ejemplar. A partir de los años 70, los libros de texto gratuito, separaron incluso en tres ejemplares la materia de Español, a manera de incentivar habilidades de comprensión lectora.
Karen Lizette Matías López, pedagoga e integrante de la Coordinación de Desarrollo Educativo e Innovación Curricular de la UNAM y miembro de la Red de Mujeres Unidas por la Educación (MUxED), tras analizar este ejemplar señala que los contenidos son confusos, las imágenes son borrosas e incluyen temas no acordes a la edad de los educandos.
«Es evidente para mí que se hizo de manera rápida, porque no hay una congruencia entre la composición del arte del libro. Hay imágenes que son diferentes a las otras. No hay una secuencia en las imágenes, se nota que fue armado por pedazos. De pronto pareciera un rompecabezas», opina.
La especialista en estrategias psicopedagógicas en la práctica educativa y con experiencia de casi 15 años en el diseño de material educativo, indica que el tema de documentos de identificación, vacunación e información para hacer trámites se ve forzado.
«Creo que no era necesario incluir cuestiones del INE, cuestiones de qué es una identificación oficial, sin hacer esta aclaración a lo mejor les faltó tiempo para hacerlo, para aterrizarlo mejor y podría prestarse a suspicacias, definitivamente podría prestarse a suspicacias, yo estoy tratando de ser muy objetiva», agrega.
Para ella el principal error fue elaborar libros sin un programa curricular, que apunte a objetivos y a un modelo educativo a seguir.
«Mientras no tengamos que valorar, mientras no tengamos un programa, no se puede valorar en qué medida estamos avanzando. Dos: la estructura por sí misma del libro no es clara. Y es cierto que esta parte de combinar (materias), podría tomarse como muy de los 70, que fueron como los últimos libros que se vieron como de esta parte, pero, en realidad, se están desdibujando los límites entre una asignatura y otra, porque no tenemos un horizonte claro de hacia dónde vamos o qué es lo que queremos lograr», expone.
Compara al libro con una especie de rompecabezas, que, señala, es producto de la intervención de diversas personas sin una ruta clara en un proceso apresurado.
«No me queda claro qué se quiere lograr, y no me queda claro en este momento qué se necesita del docente, y qué es lo que se está solicitando del estudiante. Eso, en los 70s por lo menos quedaba claro. Éste ejemplar es confuso para maestros y alumnos. Hay muchos elementos que pueden confundir», advierte.
Laura Mercado Marín, profesora de la Benemérita Escuela Nacional de Maestros, y Catalina Inclán, académica del Instituto de Investigaciones sobre la Universidad y la Educación de la UNAM, ven positivo que en los libros se dé crédito a los evaluadores, docentes y educadores, al señalar que alienta su labor.
Asimismo califican como un acierto que se contemplaran recursos para continuar la educación a distancia o híbrida como la elaboración de una carpeta de trabajos, para contar con productos evaluables.
También palomearon la incorporación de la autoevaluación de manera constante al término de las secuencias didácticas, así como de la evaluación diagnóstica que, dicen, es un buen paso para propiciar la autorregulación en los alumnos y conocer sus logros.
«En términos didácticos, tal vez muy difíciles de explicar en una breve nota, se puede considerar un texto bien equilibrado, de acuerdo con las secuencias didácticas y sesiones, esto es un avance respecto a otros libros de texto, los cuales aparecen sin dosificación por bloque, lo que complica su manejo.
«Por supuesto, como cualquier material que entra al aula es perfectible, pero primero es necesario que llegue a las aulas, prueben a los docentes todas las posibilidades que les son útiles y se realice un seguimiento atento a todos los elementos, algunos ya nombrados en esta nota», es la opinión vertida por las especialistas.
Refiere, de entrada, que el director de Materiales Educativos de la SEP, Marx Arriaga, prometió que para el ciclo escolar 2021–2022 iba a rediseñar 18 libros de texto gratuitos. Sin embargo, solo pudo con dos.
Uno de estos contiene varios errores, de acuerdo con las expertas Alma Maldonado y Carolina Irene Crowley Rabatté.
Entre los errores que notaron en el libro de texto gratuito “Lengua materna” para tercer año de primaria, señalan: Contenidos confusos. Tipografía inadecuada. No hay cuadros de síntesis. Se eliminaron apartados de divulgación científica y se agregaron “avisos a la comunidad” y “canciones infantiles”. Se eliminaron signos de admiración e interrogación. Palabras que van más dirigidas a profesores que a niños como “secciones flotantes”, “glosario” o “TIC”. Malas ilustraciones. Fotografías borrosas.
Sin embargo, esta no es la única problemática que afronta la SEP, pues de acuerdo con el ya mencionado medio, varios expertos en el ámbito educativo han coincidido en que la reedición de estos libros de texto cuenta con un nivel de contenidos inferior al que los que se pretendían reemplazar.
Debido a lo anterior el Poder Judicial de la Federación ya anunció que revisará la constitucionalidad de los Libros de Texto Gratuitos (LTG) tras admitir el amparo 568/2021 presentado por la Asociación Civil Suma por la Educación.
El movimiento nacional Educación con Rumbo consideró que la Educación en México debe estar libre de cualquier ideología y contenidos políticos.
De lo contrario, dijo son inconstitucionales y el Poder Judicial se encargará de confirmar este hecho, externaron diversas organizaciones.
Asimismo, manifestaron que de acuerdo con lo que establece la Constitución, la Educación en México debe estar libre de ideologías y de cualquier contenido político o ideológico que afecte a los niños y adolescentes.
Educación con Rumbo señaló que los Libros de Texto de la SEP deben ser elaborados a través de un proceso transparente y descentralizado; donde participen los distintos miembros de la comunidad escolar, como especialistas, docentes, alumnos, padres y madres de familia, sector particular y organizaciones de la sociedad civil.
Lo anterior, detallaron no sucedió ya que se evidenció un profundo desconocimiento técnico de quienes participaron; además que las autoridades les obligaron a firmar un convenio de confidencialidad.
A la fecha, los Juzgados de Distrito ya dieron la razón a Educación con Rumbo y le ha pedido a la SEP los contenidos; matrices curriculares así como los acuerdos de confidencialidad a fin de revisar si estos libros son acordes a los principios establecidos en el artículo 3º de la Constitución.
Es pues urgente se tomen cartas en el asunto y se actúe en consecuencia de manera expedita a fin de evitar que estos libros que han sido reprobados, sean distribuidos en las escuelas sin contar con las respectivas validaciones.
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