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En el marco del Día del Empresario, durante la entrega de los premios de la Coparmex (el 24 de septiembre), Enrique Alfaro aprovechó para criticar al presidente Andrés Manuel López Obrador. Con el cobijo de los integrantes de dicho sindicato patronal, en un momento de su discurso, el mandatario dijo: “nosotros compartimos en este proyecto de gobierno, la idea del presidente de México de que nuestro país y nuestro Estado necesitan una renovación de fondo, una gran renovación, una renovación de una gran profundidad; pero diferimos en una cosa, diferimos en la idea de que este cambio tenga que ser para regresar al pasado, para regresar –en algunos casos– a lo peor de nuestro pasado”.
Pero fue más allá, en clara alusión al jefe del poder ejecutivo federal, expresó: “No coincidimos con la visión de quienes siguen pensando que se puede gobernar solamente para los aplausos fáciles”. Y ya entrado en ritmo, remató: “Estoy seguro que seis años nos va a permitir demostrar la diferencia entre quienes piensan que gobernar es buscar los aplausos fáciles y los que creemos que gobernar es tomar decisiones pensando en el futuro”.
Para entender el tono –un tanto hostil– del ingeniero Enrique, tendremos que tomar en cuenta dos variables. En primer lugar, recordemos que su novel gestión atraviesa por una tremenda crisis de aceptación ciudadana. Las encuestas más generosas, indican que su mandato apenas roza los 40 puntos porcentuales de aprobación, algo nunca antes visto en una administración estatal con menos de un año de ejercicio. De ahí que pueda entenderse que en el fondo de su monserga haya una especie de justificación ante los bajos números que arrojan los sondeos de opinión.
Por otro lado, qué mejor oportunidad para arengar –de nuevo– a la comunidad empresarial para cerrar filas en torno de la posibilidad de que la federación reduzca en más de 3 mil 500 millones de pesos el presupuesto para la entidad. Por eso fue justo en ese espacio que dijo lo siguiente: “Estamos viendo cómo en el proyecto de presupuesto que fue enviado a la cámara (federal de diputados) hace unos días, a Jalisco le vuelven a castigar de manera muy dura. El año pasado nos quitaron 2 mil 500 millones de pesos; este año el recorte puede alcanzar, si estuviera el presupuesto aprobándose como se envió, representaría una reducción de 3 mil 500 millones de pesos, lo que pone en evidencia la necesidad que tenemos, primero, de cerrar filas entre todos para defender los intereses de nuestro Estado. No queremos pelear con el gobierno de la República, pero vamos a defender a Jalisco y vamos a defender sus intereses”.
Así pues, la embestida verbal de Alfaro Ramírez contra Andrés Manuel tiene lógica y sentido. Venía de la ciudad de México tras haber tenido la mala experiencia de que el presidente no le abrió espacio en su agenda; enviándole la señal de que sus proyectos prioritarios (los de Alfaro Ramírez) tendrán que ser resueltos con recursos financiados por la banca privada y el erario estatal.
Sobre esta historia, todavía quedan episodios por escribirse; por ejemplo, uno de ellos será conocer cómo reaccionará Andrés Manuel a las palabras del gobernador jalisciense, pues ha trascendido que el expediente del programa “A toda máquina”, es uno de los motivos por los que la federación está castigando a la gestión alfarista.
Ya veremos.
