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La FIFA no metió las manos para evitar le ejecución de Amir

El pasado fin de semana llegó a su fin una edición más del Mundial de Fútbol que este 2022 se disputó del domingo 20 de noviembre al 18 de diciembre en Qatar, teniendo como acto final la lucha por la Copa del Mundo en un duelo trepidante que hubo de llegar a los penales para definir a la República de Argentina como el nuevo Campeón del mundo. Sin embargo, en todo este contexto, había un asunto mucho más relevante en juego, la vida del joven futbolista iraní, Amir Nasr-Azadani, quien ha sido condenado a muerte en una ejecución pública por el régimen de su país, por el simple hecho de manifestar su solidaridad con sus compatriotas mujeres que desde hace algunos meses emprendieron una rebelión.

A nivel mundial se pensaba y se exigía que los máximos dirigentes de la FIFA y/o los propios equipos que jugarían la final fijaran alguna posición sobre el tema; puesto que con ello quizá habrían podido presionar al gobierno iraní a cambiar la decisión, pero no hubo un solo mensaje o señal para intentar defender al futbolista, para quien parece su suerte está echada y terminará siendo ejecutado en una plaza pública de su país.

Desde septiembre pasado el tema de lo que sucede en Irán con las mujeres está en los medios de comunicación. Y aquí cabe recordar lo que hemos venido compartiendo al respecto.

“En Irán, cientos de mujeres saltan, cantan y bailan, mientras queman su hiyab en la calle y a la vista de todos. “Es el valor de la libertad”. “Lo que están logrando las mujeres iraníes es inmenso, tiene que recorrer el mundo”, son algunos comentarios de quienes observan la falta de reacciones de este lado del planeta respecto al momento histórico que se vive en aquel país asiático.
Toda esta situación fue originada por la muerte de una joven de 22 años en custodia de la policía por supuestamente llevar mal el velo, lo que ha desatado una ola de fuertes protestas en Irán.
El suceso ocurrió la semana pasada y la revelación de nuevos detalles profundizó la indignación de la población iraní.
En Teherán y otras localidades del país se produjeron violentos enfrentamientos entre manifestantes y policía. Tres personas murieron el lunes después de que las fuerzas de seguridad abrieran fuego contra hombres, mujeres y niños que protestaban en la provincia de Kurdistán por cuarto día consecutivo, denunciaron organizaciones de defensa de los derechos humanos.
Mujeres iraníes que participan en las protestas se quitaron sus hiyab (pañuelos o velos) en plena calle, algo prohibido en Irán.
Algunas de ellas incluso quemaron las prendas en público entre ovaciones de los manifestantes, tal y como se observa en las imágenes que han circulado ampliamente en las redes.
Los vídeos también muestran a centenares de jóvenes de ambos sexos en universidades y el céntrico bulevar de Keshavarz de Teherán gritando “justicia, libertad, no al hiyab obligatorio”.

“Enemistad con Dios”. Ese es el delito por el que han sido ahorcadas ya dos personas por su implicación en las protestas que sacuden la República Islámica de Irán y que hunde sus raíces en la sharía o ley del islam. Ese mismo “delito” es el que puede llevar a la muerte al futbolista iraní quien había participado de las protestas en favor de los derechos humanos de las mujeres que sacuden al país y ahora enfrenta la pena máxima.

Tras casi tres meses de movilizaciones, más de 400 muertos y miles de detenidos, las autoridades han comenzado a ejecutar a manifestantes para tratar de controlar unas movilizaciones protagonizadas sobre todo por jóvenes y mujeres, que piden más libertades.
Y el principal “delito” del que se ha acusado a los dos ejecutados a muerte hasta ahora y a otros nueve presos que están en el corredor de la muerte es “moharebe”, que se puede traducir como “enemistad contra Dios”, “enemistad con Dios” o “guerra contra Dios”.

Solo cuatro días más tarde de la primera ejecución, fue ahorcado públicamente Majid Reza Rahnavard, también de 23 años, por el presunto asesinato de dos basijis en Mashad (noreste), tras ser condenado en un juicio de un día por “enemistad contra Dios”.
La ejecución pública es un procedimiento que había caído en desuso en los últimos años en Irán en un intento por mejorar la imagen del país, uno de los principales del mundo en la aplicación de la pena de muerte, con 314 ejecuciones -la mayoría por delitos de drogas- en 2021, según Amnistía Internacional.

Esa ejecución volvió a provocar un aluvión de críticas y ahora se teme por la vida de otros nueve presos que han sido condenados a la pena máxima, la mayoría por “enemistad contra Dios” por crear el terror entre la población, dañar bienes públicos y herir o matar a agentes de seguridad.

Además, solo en Teherán 400 personas han sido condenadas a entre dos y 10 años de prisión por su participación en las protestas.
Organizaciones de derechos humanos como Amnistía Internacional, Human Rights Watch o la ONU han denunciado los juicios como “farsas”, “injustos” y una “venganza”, mientras que numerosos países occidentales han criticado las penas.

El mundo se ha levantado en contra de la reciente decisión del régimen iraní.

La Federación Internacional de Asociaciones de Futbolistas Profesionales (FIFPRO) expresó su repudio y conmoción ante el hecho y pidió a las autoridades iraníes que levanten la pena que pesa sobre el joven.
“FIFPRO está conmocionada y asqueada por las informaciones de que el futbolista profesional Amir Nasr-Azadani se enfrenta a la ejecución en Irán después de hacer campaña por los derechos de las mujeres y las libertades básicas en su país. Nos solidarizamos con Amir y pedimos la eliminación inmediata de su castigo”, escribió el organismo en su cuenta de Twitter.

Sin embargo, ante el silencio de las autoridades y la falta de respuesta al respecto, celebridades de todo el mundo se han pronunciado en apoyo al ex jugador del Rah-Ahan, el Tractor y el Gol-e-Rayhan.

Futbolistas de todo el mundo han expresado su repudio al régimen y exigen se detenga la ejecución.

A los múltiples pedidos en las redes, embanderados bajo el lema “Todos con Amir Nasr-Azadani” se sumó una solicitud de Change.org que busca frenar la ejecución, que ya cuenta con 93.370 firmas. Inclusive, de llegar a las 150.000 se convertiría en una de las más firmadas en la plataforma.

Entre los comentarios de la publicación sólo se leen mensajes de apoyo y solidaridad con el jugador, su familia y todos los que atraviesan una situación similar.
“Un valiente… ¡frenemos esta bestialidad!”, “El respeto a la vida y la justicia es lo más importante del planeta” y “La vida es un derecho inalienable… digamos sí a la vida y que terminen los abusos y las barbaries”, son algunas de las palabras que acompañan.
Otras voces se manifestaron en las redes para condenar, también, el silencio de las principales instituciones del fútbol en el mundo y de organismos de derechos humanos que han omitido referirse al caso y, por el contrario, parecen estar disfrutando de la Copa del Mundo que por estos días tiene lugar en Qatar.

En los últimos días, previo a la gran final aumentó la presión sobre la Federación Internacional de Fútbol Asociado (FIFA) y los seleccionados para que se pronunciaran al respecto. Algunos usuarios en Twitter hasta pidieron que se tomase alguna medida durante la final de la copa del mundo, donde los ojos de prácticamente todo el planeta estarían puestos y donde, a su vez, estarían presentes importantes referentes, tanto dentro como fuera de la cancha.

Pero la FIFA no quiso meter las manos para defender al futbolista, prefirió voltear hacia otro lado e ignorar las millones de voces que le pedían tan solo un mensaje o una señal de apoyo, que no se atrevió a enviar.

opinion.salcosga@hotmail.com
@salvadorcosio1

• Salvador Cosío Gaona

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Es Abogado por la U de G, con estudios de posgrado en Administración Pública, Economía Política, Economía del Sector Publico, Administración Municipal, Finanzas Publicas, Administración y Desarrollo de Recursos Humanos, Financiamiento para el desarrollo y Políticas Publicas, en diversas instituciones. Tiene el Grado de Doctor en Derecho con la distinción Maxima Cum Laude en la Universidad Complutense de Madrid en España.

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