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¿Es Maduro un distractor de la Casa Blanca?

Tras el anuncio del Departamento de Justicia de los Estados Unidos de América del Norte, señalando como narcoterrorista y poniendo precio a la cabeza de Nicolás Maduro, quedan no pocas dudas en cuanto al proceder de la Casa Blanca, siendo que de entrada llama la atención la coyuntura elegida para hacer dicha develación.  No sería descabellado pensar que el país vecino del norte esté utilizando el tema Maduro como un distractor, ahora que atraviesa un momento de desesperación, justo cuando sostiene una ardua pelea con una epidemia que ya le ha dejado más de 100 mil personas infectadas y más de mil 500 muertes; y cuando de acuerdo a cómo el presidente Donald Trump sortee esta dura prueba, dependerá su eventual triunfo para permanecer por cuatro años más en la Casa Blanca.

En este sentido, será interesante el tratamiento y proceso que seguirá el gobierno de los Estados Unidos de América del Norte, en este caso, que no suena a que sea un descubrimiento reciente o novedoso, sino más bien, como ya se mencionaba, una cortina de humo para desviar la atención de un asunto que ha generado temor, desconfianza y enojo entre los estadounidenses.

Lo cierto es que el jueves pasado, el Departamento de Justicia de los Estados Unidos, dio a conocer cargos por narcoterrorismo contra las principales figuras del régimen chavista, y ofreció una recompensa de 15 millones de dólares con informaciones que permitan el arresto y enjuiciamiento de Nicolás Maduro.

El fiscal general, William Barr, señaló que la frontera entre Colombia y Venezuela ha sido tomada por las disidencias de las FARC bajo amparo de Maduro. Por ello, acusó al régimen de tramar una conspiración con las FARC para “inundar a Estados Unidos de drogas”.

Anunció cargos criminales contra Nicolás Maduro por llevar adelante, junto a sus principales lugartenientes, una sociedad narcoterroristas con las FARC por los últimos 20 años.

El Departamento también ofrece recompensas de hasta 10 millones de dólares cada una por información relacionada con Diosdado Cabello, titular de la Asamblea Nacional Constituyente; el general (retirado) Hugo Carvajal Barrios, ex director de la Inteligencia Militar de Venezuela (DGCIM); Clíver Alcalá, General Mayor (retirado) del Ejército de Venezuela; y Tareck El Aissami, ministro de Industria y Producción Nacional. “Mientras ocupaban puestos clave en el régimen de Maduro, estos individuos violaron la confianza pública al facilitar los envíos de narcóticos desde Venezuela, incluyendo el control de los aviones que salen de una base aérea venezolana, así como el control de las rutas de la droga a través de los puertos de Venezuela”, acusaron en un comunicado.

Entre otros funcionarios y dirigentes, también se implicó a Maikel Moreno, presidente de la Corte Suprema, Vladimir Padrino, ministro de Defensa, como principales actores del esquema criminal, y Samark López Bello, un empresario con una serie crímenes vinculados al lavado de dinero en favor de Maduro y El Aissami.

En ese marco, las autoridades también anunciaron cargos contra el ex negociador de paz de la antigua guerrilla de las FARC Luciano Marín, alias “Iván Márquez”, y Seuxis Paucias Hernández, alias “Jesús Santrich”, por colaborar con Maduro para traficar con cocaína.

El encausamiento de un jefe de Estado en funciones es sumamente inusual y seguramente agravará las tensiones entre Estados Unidos y Venezuela. No obstante, Washington no reconoce a Maduro como mandatario, y sí lo hace con Juan Guaidó como presidente encargado. El único antecedente ocurrió en 1989, cuando fiscales de Miami acusaron de narcotráfico al dictador panameño Manuel Antonio Noriega, que fue detenido durante la invasión estadounidense, enjuiciado y encarcelado en Florida.

El Departamento de Estado ha manifestado en repetidas oportunidades sus acusaciones contra las presuntas actividades criminales del chavismo. En los últimos días, el régimen había reclamado el levantamiento de sanciones que pesan sobre la economía venezolana, en el marco de la pandemia de coronavirus, pero Estados Unidos no parece dar su brazo a torcer. “Mientras el pueblo venezolano sufre, esta conspiración se llena los bolsillos con el dinero de la droga y el producto de su corrupción. Y esto tiene que llegar a su fin”, sostuvo Barr.

En julio pasado, Washington incluyó al ex vicepresidente chavista Tareck El Aissami en su lista de más buscados por narcotráfico. El Servicio de Inmigración y Control de Aduana advirtió que “desempeña un papel significativo en el tráfico internacional de drogas”. El funcionario de Maduro también es investigado por sus vínculos con el grupo terrorista Hezbollah.

Por su parte, Elliott Abrams, enviado especial de la Casa Blanca para Venezuela, ha manifestado su rechazo a los vínculos de Maduro con la guerrilla colombiana Ejército de Liberación Nacional (ELN) y con las disidencias de las FARC. “La comunidad internacional debería estar muy preocupada por este peligroso apoyo (de Maduro) a los narcoterroristas”, alertó.

De acuerdo al portal Infobae, el cártel de Sinaloa y el cártel de los Soles en Venezuela encontraron desde finales de los años noventa una ruta segura que les permite traficar drogas desde Colombia a Estados Unidos, así lo señaló el ex director de Operaciones Internacionales de la DEA (Agencia Antidrogas Estadounidense), Mike Vigil.

Vigil aseguró que desde finales de los noventa, el fundador del cártel de Sinaloa, el narcotraficante Joaquín “El Chapo” Guzmán Loera, entró en contacto con la organización criminal ligada al chavismo, gracias a que en su territorio los cárteles colombianos operan de manera segura e incluso, algunos grupos como las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) encontraron protección.

“Muchos de los cárteles colombianas, en especial las FARC, estaban protegidos en Venezuela, mucho más que en Colombia, y pusieron bases protegidos por el gobierno y luego, inicialmente, el gobierno venezolano les pagaban para que voltearan su cabeza al otro lado. Ahora, el cártel de los Soles está tomando una manera más activa en el tráfico: controlan el movimiento de la cocaína a través de sus socios mexicanos”, dijo en en entrevista con Infobae México.

De acuerdo con investigaciones de la DEA citadas por Vigil, entre los cárteles de los Soles y el de Sinaloa moverían al año entre 200 a 250 toneladas de cocaína colombiana que tiene como principal destino Estados Unidos, y que equivalen hasta a 30 millones de dosis letales.

El negocio creció gracias a que encontraron una ruta segura, según describió Vigil, de Colombia, la droga se envía a la frontera con Venezuela de donde parte camino a Honduras y en ese país es transportada por el cártel de Sinaloa que se encarga de introducirla a México y posteriormente cruzarla a Estados Unidos.

Durante el juicio a “El Chapo” en Estados Unidos, hubo una parte que confirmaba esta relación: la que se refiere a un hombre de origen dominicano llamado Antonio “Toño”, a quien el narco colombiano Alex Cifuentes-Villa recomendó para distribuir droga en los Estados Unidos.

Guzmán Loera pidió al dominicano conseguir un terreno en su país para construir una “rayita” (una pista de aterrizaje), para conectar los envíos de Venezuela a México.

La fiscal Gina Parlovecchio presentó audios sobre las pláticas entre “El Chapo” y “Toño”, quien tardaba en cumplir la petición del mexicano.

El narcotraficante mexicano se refería a un terreno para que llegaran “muebles”, en referencia a avionetas que irían a “Loco”. La fiscal cuestionó a Cifuentes a qué se refería Guzmán Loera en esa conversación, la respuesta fue que era la forma en que “El Chapo” hablaba de Venezuela, “por el Loco de Chávez”, Hugo Chávez, aunque no quedó claro si había una relación con su gobierno.
Así, la política norteamericana avanza contracorriente de las voces internacionales que le han pedido una descompresión contra Venezuela en el marco de la crisis que le ha generado la pandemia por Coronavirus, La política norteamericana encabezada por Trump, en medio de una epidemia, de disputas geopolíticas y de una campaña electoral, no solo no descomprime el bloqueo, sino que acelera y pone precio público a la cabeza de Nicolás Maduro y sus secuaces.

Opinión.salcosga@hotmail.com
@salvadorcosio1

• Salvador Cosío Gaona

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Es Abogado por la U de G, con estudios de posgrado en Administración Pública, Economía Política, Economía del Sector Publico, Administración Municipal, Finanzas Publicas, Administración y Desarrollo de Recursos Humanos, Financiamiento para el desarrollo y Políticas Publicas, en diversas instituciones. Tiene el Grado de Doctor en Derecho con la distinción Maxima Cum Laude en la Universidad Complutense de Madrid en España.

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