El anuncio del gobernador Aristóteles Sandoval Díaz de formalizar su respaldo a la construcción de una cortina para la presa El Zapotillo a 105 metros de altura, todavía tiene que sortear varios obstáculos para convertirse en realidad.
Y aunque recibió el aval del gobierno federal de que habrá los recursos suficientes para culminar la obra –-en una conveniente visita del secretario de Hacienda, José Antonio Meade–, requerirá también de recibir el mismo respaldo del poder judicial donde se ventilan al menos cinco amparos y hasta una sentencia de la Suprema Corte de Justicia de la Nación que impide que la cortina supere los 80 metros.
Pero antes que todo, el mandatario estatal tendrá que lidiar con sus propios arrebatos: el 29 de enero de 2013, antes de asumir el cargo, Aristóteles Sandoval ofreció a través de su cuenta de twitter defender el agua para Jalisco e impedir que Temacapulín fuera inundada.
Y ahora, tras darse a conocer los resultados técnicos de la Oficina de Naciones Unidad de Servicio para Proyectos (UNOPS), Aristóteles Sandoval estalló y retó a sus detractores a debatir con datos técnicos “no con marrullerías”, sobre un mejor proyecto y que sostengan que si se puede, lo hagan con datos científicos “para que me puedan ganar el debate”.
Al menos el alcalde de Guadalajara, Enrique Alfaro y Movimiento Ciudadano, ya aceptaron presentar una propuesta; lo mismo hizo el senador Alejandro Encinas y el presidente de la Fundación Cuenca Lerma Chapala Santiago, Manuel Villagómez.
En el caso de Villagómez, presentó su carta de aceptación acompañada de 14 documentos y donde lanzó para abrir boca 25 cuestionamientos.
En su exposición, Sandoval también aseguró que una cortina menor a 105 metros es un mito y un falso debate. Pero de acuerdo con el Libro Blanco de Conagua 03 que contiene el proyecto de la presa y acueducto del Zapotillo elaborado en octubre de 2012, la CNA contemplaba la cortina de 80 metros y diques que en teoría salvarían al pueblo de Temacapulín.
Según el documento que incluye una maqueta de los muros (que tuvo un costo de 49 mil pesos), sería una barda de 220 metros de longitud con una altura de diez metros.
Lo que no es un mito es que el proyecto deberá sortear varios amparos vigentes que obtuvieron suspensiones definitivas: 1045/2014, interpuesto por 84 habitantes de Temacapulín contra autoridades federales y estatales, para que la cortina se quede en 80 metros y no se inunde el poblado; el 1093/2014 de once “hijos ausentes de Temaca” que radican en Guadalajara, contra las mismas autoridades y por los mismos motivos y el 1046/2014 de Salvemos Temaca, A.C. en los mismos términos.
Además el amparo 1390/2014 interpuesto por el ejido Agua de Obispo contra la construcción del acueducto, el cual tiene una suspensión de plano y el amparo 1908/2016, tramitado tras haberse desechado la denuncia de hechos 071-DGJ/2016-B presentada ante la Contraloría del Estado contra la presunta contratación irregular de la UNOPS.
Y por encima de todo y hasta de los 105 metros prometidos, está la sentencia de la Suprema Corte de Justicia de la Nación dentro de la controversia constitucional 93/2012 promovida por el poder legislativo de Jalisco, donde deja sin efecto el convenio de coordinación de 2007 que incluye la construcción de la presa El Zapotillo con una cortina de 105 metros de altura y deja vigente el convenio de 2005 con una cortina de 80 metros.
El fondo de la controversia fue que el citado convenio no pasó por la aprobación del Congreso del Estado, sino que el entonces gobernador Emilio González Márquez, decidió saltarse las trancas o, mejor dicho, las cortinas, como era su costumbre.