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Por Carlos Martínez Macías
En un avión privado, el gobernador Enrique Alfaro aterrizó en la aeropista de Chalacatepec con lo que, según sus palabras, se inauguraba el que pronto se convertirá en el tercer aeropuerto internacional de Jalisco.
Acompañado del secretario de Infraestructura y Obra Pública, David Zamora Bueno, el mandatario reveló que fueron invertidos 102 millones de pesos en el proyecto, aunque en 2021 el presupuesto era de 30 millones y para 2022 fueron anunciados otros 62 millones de pesos.
La pista de aterrizaje, un libramiento y la ampliación de la carretera 200, forman parte de un ambicioso plan de expansión de Costa Alegre con el mega desarrollo turístico rebautizado como Xala, antes Chalacatepec y mucho antes “Nuevo Cancún”.
Se trata de un proyecto ideado por la empresa Rasa Land al que el Instituto de Pensiones del Estado de Jalisco, con fondos de los trabajadores del estado y municipios, aportó 89 millones de dólares.
El desarrollo ha sido objeto de numerosas controversias desde la aportación de las mil 200 hectáreas de la compañía para el Fideicomiso 380 que legalmente inició todo, al existir fundadas sospechas de que los terrenos aportados eran tierras ejidales y no pequeñas propiedades como argumentaron los empresarios.
La historia misma de la aeropista en la que el gobierno estatal invirtió más de cien millones de pesos, también está plagada de dudas por los terrenos empleados para construirla.
Según la “leyenda”, en ese sitio existía un predio denominado Param y Chola del que se desprendieron numerosas propiedades que en realidad fueron “sembradas” en tierras ejidales.
Para interceder en una disputa por estos predios que reclamaban supuestos particulares a los ejidos José María Morelos y Campo Acosta, la Secretaría de la Reforma Agraria interviene y resuelve la sentencia 2466/66 y compra 600 hectáreas para repartir 300 a cada ejido.
Sin embargo, una parte de estas tierras son donadas por la dependencia al Gobierno del Estado de Jalisco para la construcción de la aeropista, a pesar de que Reforma Agraria no tenía personalidad jurídica para “donar” las mencionadas hectáreas.
En la escritura 13,562 ante el notario Enrique Ramos Ruiz, con fecha 27 de julio de 2006, el entonces oficial mayor de la Secretaría de la Reforma Agrafia, Javier Dueñas García, junto a los particulares Manuel Ignacio y José Luis Arias García, representados por el arquitecto Carlos Felipe Arias García, donan al gobierno estatal tres lotes que suman 135 hectáreas.
Un estudio de campo efectuado por el Consejo Técnico de la Reforma Agraria realizado entre 1982 y 1984, había determinado mediante oficio 3826, que en la zona motivo de disputa, nunca existió un predio llamado Param y Chola, sino una marisma de ese nombre; los terrenos fueron inscritos como privados ante el Registro Público, mediante argucias de una serie de funcionarios corruptos, ya que la superficie formaba parte de las 12 mil 400 hectáreas del ejido Morelos.
El 24 de septiembre de 2006, el gobierno estatal firma un convenio con el ejido para ocupar tres hectáreas para la construcción de la pista, mientras realiza los trámites para la expropiación.
Pero este proceso nunca se llevó a cabo y según el convenio, la entrega quedaba sin efecto y las tierras seguían siendo ejidales.
Ahora, según el gobierno estatal, notificarán al gobierno federal de la conclusión de la obra para que se otorguen los permisos y pueda concesionarse su operación.
En un video difundido por autoridades estatales, el gobernador inaugura la aeropista donde aterriza un avión “por primera vez”, en lo que será el tercer aeropuerto internacional de Jalisco.
Sólo que la plancha de pavimento de Chalacatepec, que dará servicio al exclusivo mega desarrollo de Xala, ya había sido antes estrenada.
Durante algún tiempo, numerosas vacas circulaban por ahí y sus heces planeaban sobre la pista; también, temerosos, algunos vecinos de Morelos, cuentan que hace tiempo, por las noches, solían bajar misteriosas aeronaves en el futuro aeropuerto internacional.
