Uno de los más extraños misterios en la vida política en Jalisco, lo representa Morena, el partido del presidente y la Cuarta Transformación (4T).
No cuenta con estructura en la entidad, ni siquiera tiene un presidente de un Comité Directivo Estatal como sucede en otros institutos políticos. El último y el único que ha tenido en el estado, fue Humberto Ortiz García, quien fue electo por tres años el 27 de octubre de 2012.
La asamblea tuvo lugar 25 días después de que naciera el partido nacional el 02 de octubre y rindió protesta Ortiz García después de un proceso salpicado de impugnaciones, mismo que terminó en un zafarrancho que impidió que el ex candidato presidencial, Andrés Manuel López Obrador, acudiera a la ceremonia.
El entonces comisionado político de Morena en Jalisco, Enrique Ibarra Pedroza (hoy secretario de gobierno en la administración de Enrique Alfaro), reconoció que “El Peje” estuvo cerca del lugar, pero regresó al aeropuerto para tomar un vuelo a la Ciudad de México ya que el ambiente “no era el adecuado” para presentarse.
Aunque Humberto Ortiz era el presidente formal, fue desplazado de las tareas operativas por Jaime Bonilla, diputado federal por el Partido del Trabajo y quien fue nombrado como delegado especial en Jalisco.
Después de Bonilla (quien luego sería gobernador de Baja California), llegó al estado Alejandro Peña, quien despachaba desde cafés y hasta de su auto ya que no había oficinas. Luego en 2015 ocurre otra asamblea impugnada y la Comisión Nacional de Honestidad y Justicia de Morena, sin atribuciones de por medio, decide nombrar una dirigencia provisional: al senador Manuel Merino, la diputada federal Ernestina Godoy y el legislador Alfonso Suárez.
En 2017, Yeidckol Polevnsky asume la presidencia de Morena y designa como delegado encargado del partido en Jalisco a Hugo Rodríguez Díaz, quien se empeña en mantenerse en el cargo y desconocer a otros enviados desde el centro.
Y también, tras una serie de desencuentros entre dirigentes nacionales, la misma Yeidckol asumiría la delegación en el estado, a donde también es enviado al mismo puesto el diputado federal Favio Castellanos.
Visto a la distancia, el único presidente electo que ha tenido Morena en Jalisco fue Humberto Ortiz García, asesinado el 11 de agosto de 2016 en Colima.
Pese a este galimatías, que no cuenta con una estructura sólida y que siempre ha vivido una lucha encarnizada interna, el partido obtuvo en 2021 un total de 13 alcaldías (entre ellas Puerto Vallarta, Tonalá y Zapotlanejo), ocho diputaciones locales y nueve diputaciones federales en la entidad.
Sin embargo, Movimiento de Regeneración Nacional camina rumbo al 2024 en Jalisco más o menos con el mismo panorama que ha vivido en los últimos años, con la diferencia de que la magia de López Obrador comenzará a apagarse tras un sexenio de turbulencias.
El regidor Carlos Lomelí, ex candidato a la gubernatura y al senado, buscará una vez más abanderar el proyecto en Jalisco, pero con la oposición del coordinador de la fracción de Morena en el Congreso del Estado, José María Martínez, además de otros actores nacionales que tras sus fracasos ya no lo miran bien y esperan impulsar otras alternativas.
Las propuestas de aspirantes podrían venir del mismo congreso local o de la cámara de diputados, aunque hay otros regidores (aparte de Lomelí) que esperarían apuntarse.
En medio de esta batahola, la única forma en que a los divididos morenistas de la entidad les vaya bien, es que sean arropados por quien será la próxima candidata o candidato a la presidencia de la república.
Porque un escenario de ensueño sería volver a ver a Andrés Manuel López Obrador en la boleta, pero esto no será posible porque el presidente ya anunció que se retira, se jubila y se irá a “La Chingada” (su rancho, ubicado en Palenque, Chiapas).