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El mensaje de AMLO para Jalisco

De no suceder algún imprevisto, López Obrador nos visitará el próximo sábado 9 de marzo. En su primer acto, presidirá una reunión con productores de Los Altos como parte de los beneficios que recibirán con precios de garantía en la venta de leche, maíz, frijol y arroz. Después, a eso de las 16:00 horas, encabezará un evento masivo en la Plaza de la República.
Su visita cobra especial relevancia no sólo por su presencia en sí misma, sino porque se trata de la primera que realizará en su calidad de presidente de México; y más aún, lo hará justo cuando todas las encuestas de opinión lo colocan con niveles de popularidad (más del 70 por ciento de aprobación) jamás vistos por estos rumbos. Es decir, Andrés Manuel arribará a Jalisco en el marco de un ambiente bastante favorable para él.
Por supuesto que aunado a lo anterior habrá que prestar atención al trato que se dé entre Enrique Alfaro y el presidente. Recordemos que en diversas reuniones con representantes del campo, el gobernador, de forma consistente, ha descalificado los programas de apoyo al sector agroalimentario, cosa que no ha caído nada bien en Palacio Nacional.
A ello hay que sumar algo muy importante: sobre el escritorio de López Obrador hay un cúmulo de fichas en las que se le informa que en Jalisco se ha generado una densa atmósfera entre el gobierno y grupos de la llamada sociedad civil. En esas papeletas se destaca –por ejemplo- la mala relación con la prensa y la brutal inseguridad que azota al área metropolitana, así como la insistente, fragmentaria y absurda postura de algunos empresarios, que no ceden un ápice en su intento por incidir en el rumbo que deben tomar las políticas públicas de la federación en la entidad.
Eso y otros temas es lo que traerá AMLO en su mente cuando se dirija a sus públicos. Porque también hay algo que ningún opinante profesional ha escrito, y es el hecho de que el encuentro del 14 de febrero entre Enrique y Andrés Manuel sí fue institucional y cordial, pero de igual manera fue incómodo y forzado para ambos, en especial para el presidente, quien para entonces ya había sido informado sobre el rudo discurso que pronunció el mandatario estatal durante el cambio de estafeta en la dirigencia local del partido Movimiento Ciudadano, justo cuatro días antes de su petición de audiencia. Sin embargo, aun así, López Obrador accedió y atendió la intermediación –se dice que de Alfonso Durazo- para recibirlo pocos minutos.
En ese contexto, es que el presidente basará su diatriba en dos sentidos: uno, en el cumplimiento de las promesas hechas durante su campaña, lo que incluye los apoyos financieros necesarios para la realización y culminación de obras de suma trascendencia para quienes habitamos esta tierra; y dos, que no existe ninguna animadversión contra el pueblo de Jalisco y su gobierno.
López Obrador convocará a sus oyentes a que desatiendan la discordia e ignoren aquellas voces que intentan dividir y restar; de hecho, se espera un claro respaldo a la labor del Delegado Federal de Programas de Desarrollo, Carlos Lomelí Bolaños; pero también, en un gesto de madurez y generosidad política, pedirá un voto de confianza en favor del gobernador, quien dicho sea de paso, según lo reveló una encuesta elaborada por la firma Arias Consultores, más del 65 por ciento de la población desconfía de él.
Ahora bien, es preciso mencionar que al momento en que redacto esta colaboración no está del todo confirmada la presencia de Enrique Alfaro en los actos que encabezará López Obrador; la razón que me dan es que aunque está en agenda, su grupo cercanísimo aún valora los riesgos que ello representa. El antecedente de la rechifla en el estadio de los Charros de Jalisco fue una señal que provocó angustia y desconcierto. Así pues, de ocurrir, que no resulte extraña su ausencia, ya que sería muy penoso para el gobernador recibir abucheos y silbatinas en un acto al que acude como anfitrión.
En lo personal, hago votos porque la visita del presidente sirva para que en Jalisco regrese el respeto y la cordialidad en la arena política.

• Óscar Ábrego

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Empresario, consultor en los sectores público y privado, escritor y analista político.

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