Genaro García Luna, es ese personaje siniestro del que se han escrito miles de líneas ágata en relación a su trayectoria y “cualidades”; sus relaciones oscuras, turbias y la forma de actuar en todos los cargos que ha ostentado en el servicio publico de este país. En cierto momento, fue de alguna manera, el hombre más poderoso de esta nación en materia de seguridad durante los sexenios de Vicente Fox y de Felipe Calderón, encargado de la estrategia contra el narcotráfico, primero como director de la Agencia Federal de Investigación (AFI), y posteriormente como secretario federal de Seguridad Pública, cuando se declaró la famosa y sangrienta guerra contra los carteles de la droga, que según estimaciones dejó cerca de 300 mil víctimas entre muertes y desapariciones. Al día de hoy, enfrenta un juicio en una Corte de Nueva York y se ha declarado “no culpable” de los 5 cargos por su presunta relación con el narcotráfico que se le imputan.
Fue a propósito de un señalamiento hecho por Jesús Vicente “El Rey” Zambada, durante el juicio del capo del cártel de Sinaloa, Joaquin Guzmán Loera “El Chapo”, que se inició la investigación y posterior detención de Genaro García Luna en Estados Unidos, -imputado “por tres cargos por conspirar para traficar cocaína y un cargo por hacer declaraciones falsas”, según el Departamento de Justicia de Estados Unidos. El testigo acusó a Garcia Luna de haber recibido millones de dólares en sobornos.
Genaro García Luna, quien al terminar el sexenio se jactó de retirarse de la vida pública, y se instaló pomposamente en Florida a cargo de, se dice, cinco o seis establecimientos gastronómicos de lujo que él mismo decía atender, ha sido ampliamente señalado y de una forma absurda se ha pretendido defender por quienes colaboraron en el régimen a cargo de Vicente Fox, pero más especialmente por quienes fueron sus compañeros al más alto nivel en el Calderonato.
En algún momento, el gobierno norteamericano se llegó a referir a García Luna como el mejor policía de la historia moderna de México. Y ahí queda ahora su realidad.
Muchos aseguran que el juicio que tuvo su primera audiencia el pasado miércoles, es “El inicio del fin para García Luna”. La justicia en los Estados Unidos de América del Norte estima que su proceso podría durar entre 2 o 3 meses y hay voces que vaticinan que debido a la gravedad de los delitos y de comprobarse su culpabilidad, podría alcanzar cadena perpetua.
Y es que habrá que recordar que el encargado de la Seguridad Nacional durante la Administración del presidente Felipe Calderón Hinojosa, está acusado de recibir sobornos del cartel de Sinaloa, participar directamente en envíos de drogas a Estados Unidos y falsear sus declaraciones; más concretamente, está imputado por mentir a las autoridades estadounidenses (perjurio); encabezar una empresa criminal con cinco violaciones a la ley estadounidense de narcóticos, y tres conspiraciones para poseer, distribuir e importar cocaína a EE UU. Estas acusaciones se ampliaron de las que se presentaron en enero pasado por narcotráfico y corrupción.
189,000 documentos, toneladas de llamadas interceptadas son algunas de las pruebas incriminatorias clave por las que el ex jefe de la policía mexicana (2006-2012) podría ser acusado de brindar protección al Cártel de Sinaloa.
El pasado 19 de agosto, al menos 17 grabaciones de conversaciones telefónicas interceptadas a García Luna fueron presentadas como pruebas, en la corte de Brooklyn Nueva York. Las evidencias también incluyen dos páginas entregadas al juez federal Brian Cogan, y al abogado del estratega del combate contra el narcotráfico entre 2006 y 2012 en nuestro país.
Dichos documentos contienen información referente al historial financiero de Genaro García Luna, aunque ni el contenido de las grabaciones interceptadas, ni el de los expedientes han sido dados a conocer.
García Luna enfrenta hasta cuatro cargos por corrupción y crimen organizado. El 8 de diciembre del 2019, el ex espía y súper policía, de 51 años, que gustaba de las Harley Davidson y los Mustangs fue detenido en Texas, Estados Unidos. Un mes después, en su primera comparecencia ante la Corte federal de Nueva York, García Luna se declaró inocente, lo que abrió la puerta a un inminente juicio.
Precisamente en ese juzgado, como ya se mencionaba, sonó públicamente su nombre por primera vez, durante el proceso contra Joaquín el “Chapo” Guzmán.
Jesús el “Rey” Zambada, hermano de Ismael “El Mayo” Zambada, socio de “El Chapo” Guzmán, declaró en febrero de 2018 que el Cártel de Sinaloa había sobornado con pagos millonarios a García Luna al menos en dos ocasiones.
El primer soborno, según el “Rey” Zambada, fue de USD 3.000.000 y se produjo en un restaurante en 2005. Para entonces García Luna ocupaba un cargo de alta responsabilidad: director de la Agencia Federal de Investigaciones durante el gobierno de Vicente Fox (2000-2006). Dos años más tarde, ya al frente de la Secretaría de Seguridad Pública, se produjo otro pago de USD 5.000.000.
Los sobornos tenían como propósito, según la versión del líder narco, conseguir que se nombrara como jefe de la policía en Culiacán a una persona de confianza del Cártel de Sinaloa, para así tenerlo en su bolsillo.
La justicia estadounidense acusa al ex secretario de seguridad de ser el brazo del gobierno mexicano que facilitó al cártel más poderoso de México operar con impunidad en el país, incluyendo los cargos de distribución y posesión de cocaína, además de declaraciones falsas ante agentes del Servicio de Aduanas e Inmigración.
Al terminar el gobierno de Felipe Calderón, en 2012, García Luna se mudó junto a su esposa a Miami (EEUU), donde dirigía varias compañías de consultoría sobre seguridad junto a antiguos ex funcionarios del FBI, la CIA o la DEA. Hasta había comenzado los trámites para obtener la nacionalidad estadounidense.
La Fiscalía de aquel país anunció que al arribar a la Unión Americana, el ex funcionario había amasado una fortuna personal que era incomparable con el salario de un funcionario público en México.
La audiencia que debió efectuarse en mayo pasado pero que a causa de la pandemia había venido postergándose, hasta este miércoles pasado, es clave para definir el rumbo del caso, en el que se baraja que testigos que también participaron el año pasado en el juicio de El Chapo Guzmán puedan volver a tomar el estrado.
El acusado negó los cargos en voz de su abogado César de Castro, lo que abre la puerta a que los detalles de las acusaciones y testimonios nuevos se ventilen en un juicio y lleguen a los titulares de la prensa mexicana.
La próxima audiencia está prevista para el 7 de diciembre, en la que es probable que la Fiscalía comparta las pruebas que ha reunido para que la defensa pueda delinear su estrategia. En enero pasado, García Luna ya se había declarado inicialmente “no culpable” de los primeros cargos que se le imputaron, una posición que ha ratificado frente a la acusación ampliada en la audiencia del miércoles.
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