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Contacto en Vail, coronavirus en la nieve

El poblado de Vail, en Colorado, Estados Unidos, parece ser un sitio importante para entender los primeros contagios de covid en nuestro país. Dos meses después, esos primeros enfermos están casi restablecidos; pero la «normalidad» no llega a sus puertas

“Mi primer síntoma fue el 12 de marzo. Y sigo en reposo, apenas moviéndome por mi casa.  Si subo las escaleras y hablo, me canso y me falta el aire”, dice Camila Pallares, una mujer de 41 años que vive en Ciudad de México. Debido a los efectos que dejó la covid-19 en su salud, prefirió contestar la entrevista por mensaje de texto.

Pallares se contagió en una boda en Valle de Bravo, Estado de México, a principios de marzo. De acuerdo con ella, entre los invitados había gente que recién había regresado de Vail, Estados Unidos, y que portaba el virus. Los síntomas de Camila empezaron en forma de dolor de cuello y cuerpo cortado. Al poco tiempo empezó la tos y el malestar general. Después de cinco días de sentirse mal, Camila acudió a un neumólogo privado que le dijo que posiblemente tenía coronavirus. Ella, siguiendo las instrucciones del médico, fue a hacerse la prueba al Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición Salvador Zubirán, en Tlalpan, porque se le informó que en el Centro Médico ABC, un hospital privado, tardaban mucho tiempo.

Mientras esperó los resultados se aisló en casa, dentro de su habitación, lejos de sus hijos. El resultado que recibió para esa prueba, después de un par de días, fue negativo. Ella regresó a la normalidad: sus síntomas decrecieron, convivió con sus hijos e incluso hizo ejercicio. A los cuatro días del resultado negativo todo empeoró. Volvió la tos, la fiebre y el dolor de cuerpo, esta vez con mayor intensidad. Acudió al Centro Médico ABC de Observatorio. Ahí la internaron inmediatamente porque ya tenía neumonía y un “proceso inflamatorio serio”. Le realizaron la prueba de covid-19 por segunda vez: en esta ocasión salió positiva. Lo que empezó como dolor corporal, se había complicado en una inflamación aguda de los pulmones, baja de plaquetas e hígado inflamado. Estuvo internada en el hospital por casi dos semanas. Ahí, requirió de nebulizaciones, oxigeno e inyecciones constantes para no hacer trombos, es decir, coágulos sanguíneos que permanecen dentro del vaso sanguíneo donde se han formado.

Pallares se considera una persona “supersana”: no fuma y no tiene enfermedades. Sin embargo, de acuerdo con ella, al momento de estar internada en el hospital ABC de Observatorio, fue un caso raro. Era la más joven en el área de covid hasta ese momento.

El resto de los pacientes intubados tenían entre 50 y 70 años. Dice que desde ese momento, todos los ventiladores del hospital –equipo médico clave para el tratamiento de casos graves de covid-19– ya estaban ocupados. “Yo la libré”, dice Camila. Lleva casi dos meses recuperándose. Sigue sintiéndose sin fuerzas y agotada.

Camila es una de las miles de mexicanas que se han infectado desde que se registró el primer caso del nuevo coronavirus en México, el 27 de febrero de 2020.

Un viaje de consecuencias desafortunadas

Vail parece ser un sitio importante para entender el contagio de covid en nuestro país. Dos de los casos más sonados provenientes de Vail fueron el presidente de la Bolsa Mexicana de Valores, Jaime Ruiz Sancristán y el empresario José Kuri Harfush. Ambos estuvieron en el mismo pueblo de Colorado a principios de marzo. Ruiz Sancristán falleció el 12 de abril, después de un mes de haber sido diagnosticado con el virus. A Kuri Harfush lo reportaron como el primer fallecido por coronavirus en el país la noche del 15 de marzo. Posteriormente se desmintió la información y se aclaró que se encontraba en estado crítico.

Adicionalmente, Radio Fórmula reporta que algunas de las personas que regresaron de Vail en marzo fueron los primeros casos de covid-19 en los estados de Jalisco, Nuevo León, Puebla y Ciudad de México. De hecho, el 18 de marzo, el gobernador de Jalisco, Enrique Alfaro, publicó un video en redes sociales en el que explicaba: “Alrededor de 400 personas estuvieron en dos vuelos chárter hacia Vail, una zona de esquí en Colorado, EU, varias de ellas con coronavirus. Hoy están en Jalisco y representan un riesgo para los demás”.

Sol Burgos, habitante de la alcaldía Cuajimalpa de Morelos, es otra de las personas con covid-19 en Ciudad de México, la entidad con mayor número de contagios en toda la república. Se contagió en Vail. Ella está casi recuperada al cien por ciento, a pesar de que aún tose. Prefiere tomar la entrevista por teléfono y no por mensaje para platicar su experiencia. Incluso ofrece la opción de que se puede llevar a cabo la entrevista en su casa, haciendo hincapié en que ya no contagia. Burgos, junto con su esposo, Alejandro del Bosque, pertenecen al porcentaje de casos hospitalizados.

Sol fue de viaje con su familia al Condado de Eagle, donde se encuentra Vail, para esquiar la primera semana de marzo. Regresaron a México el día 8 de ese mes, justo un día después de que escucharon sobre el primer caso de covid-19 en el área. Al saber esto, Sol se alarmó por un momento, pero después se tranquilizó al pensar que ya iban a regresar a casa.

Al momento de su salida del aeropuerto de Denver, Colorado y durante el reingreso a nuestro país “todavía no existía ninguna medida de seguridad”, de acuerdo con Burgos.

Ya en Ciudad de México, la familia Del Bosque Burgos siguió con su rutina de siempre: fueron al club al que están inscritos, trabajaron y los tres hijos fueron a la escuela. El viernes 13 de marzo tomaron un vuelo a Campeche, donde Alejandro y el hijo mayor participarían en un evento deportivo. Durante ese viaje, Sol y su esposo comenzaron a tener algunos de los síntomas del virus: cuerpo cortado, tos y fiebre. Ambos comenzaron a escuchar historias de mexicanos que acababan de regresar de Vail y que se encontraban graves con el virus. Sol se sintió horrorizada. Sin embargo, a pesar de las sospechas de tener la enfermedad, esposo e hijo participaron en la competencia.

Al día siguiente de haber vuelto a la capital, Sol acudió con mucho malestar a hacerse la prueba de covid-19 al Centro Médico ABC de Santa Fe. Al día siguiente, su esposo hizo lo mismo pero en el Hospital Ángeles Lomas. Pocas horas más tarde, Sol recibió la llamada de una doctora que le informó que habían descubierto que Alejandro tenía neumonía, después de realizarle una tomografía. Le pidió a Sol que ella también fuera al hospital a que la checaran. Preocupada, tomó su coche y fue sola al hospital. Le había dicho a sus hijos que volvería más tarde. No fue así. Los doctores le dijeron que tenía neumonía y que no podía regresar a casa. Le realizaron la prueba de coronavirus. Mientras esperaba noticias, aislada en un incómodo cubículo por más de 12 horas, Sol, además de sentirse mal por los síntomas de la enfermedad, se sentía inquieta y nerviosa. No sabía qué iba a pasar después.

Por la noche de aquella primera jornada en el hospital, Alejandro le escribió a Sol un mensaje informando que él había dado positivo. Con esto, ella ya estaba segura de que también saldría positiva. “Ya sabía la mala noticia, solo fue la confirmación”, dice Burgos. A partir de ese momento Sol estuvo aislada por seis días en un área de hospital designada para pacientes del coronavirus.

Mientras Sol cuenta la historia, a través el teléfono, parece quedarse sin aliento cada pocos minutos. Tiene que parar y respirar profundo –o toser levemente– para poder continuar.

Los casos leves

Andrea Guzmán, una estudiante universitaria, es otro de los casos que se relacionan con Colorado, Estados Unidos. Y también en la zona poniente de la Ciudad de México. Sus padres viajaron a Vail a principios de marzo. Al día de haber regresado, ambos presentaron síntomas. Tres días después, Andrea ya tenía fiebre, dolor de cabeza y cansancio. La familia acudió al hospital Ángeles de Interlomas, donde les negaron la prueba por no presentar síntomas graves. Un laboratorio privado les hizo la prueba en casa. Los tres eran positivos.

Sin embargo, la experiencia de esta familia fue casi opuesta a la de los Del Bosque Burgos. Solo tuvieron que permanecer en casa aislados. Les indicaron descansar, no hacer esfuerzo físico y solo ir al hospital en caso de emergencia. El proceso de recuperación de los tres transcurrió sin mayor problema. “Aunque en el hospital nos veían como bichos raros”, dice Andrea.

La familia Guzmán pertenece al 60.72 por ciento de casos covid-19 que son ambulatorios: no tuvieron que ser hospitalizados por complicaciones relacionadas al virus. El 39.28 por ciento requerirá hospitalización, según datos oficiales del gobierno. Adicionalmente, los casos confirmados los conforman 58.13% hombres y 41.87% mujeres. El rango de edad con mayor número de casos común, tanto para hombre como para mujeres, está entre los 45 y 49 años de edad.

Diego Alonso Aguilar es otro de los caso ambulatorios en Ciudad de México. Es uno de los 369 casos identificados en la alcaldía Miguel Hidalgo. Regresó de Europa a México a mediados de marzo, y ya presentaba síntomas como fiebre, pérdida de olfato y gusto desde antes de subir al avión. Él dice que al momento de ingresar al país: “No había un solo personal de salud. Ni en la puerta del avión, ni en migración, ni en el área de maletas, ni en aduanas”.

Diego Alonso fue a hacerse la prueba al día siguiente de haber vuelto, en el Centro Médico ABC de Santa Fe. Explica que el proceso fue sencillo y rápido; sin embargo, la espera por los resultados fue larga. De acuerdo con él, el personal médico le informó que el Instituto Nacional de Enfermedades Respiratorias (INER) estaba reteniendo el veredicto de su prueba, por ocho días más de lo que se le había indicado inicialmente.

Esta fue la mayor frustración de Diego durante su enfermedad. Él dice que en el hospital no le daban los resultados “porque así le hace el gobierno para manipular los números de contagios y retrasar las cifras”. Entre los días en los que esperó por los resultados de su prueba padeció de náuseas, fiebre y vómito. Estaba seguro de que tenía el virus. Tuvo que acudir por sus propios medios a la administración del ABC para que le dieran el resultado. Su sospecha fue cierta. Era positivo.

Después de eso, su recuperación no requirió de atención médica adicional. Se mantuvo por 18 días en un departamento en la zona de Polanco completamente solo. Durante esos días sus síntomas iban y venían. Pasó ratos buenos y malos.  En general, se sentía muy cansado. En el edificio, nadie quería  acercarse. A pesar de que en el hospital le pidieron que no saliera a menos que tuviera una urgencia, el administrador y los vecinos del inmueble le dijeron que él debía bajar su propia basura. “Era evidente su falta de conocimiento del tema”, dice Diego.

Pasado el tiempo establecido, nuevamente se realizó una prueba. Para ese entonces ya era negativo. Lo primero que hizo después de saber que ya no tenía el virus fue ir a ver a su hijo.

La nueva normalidad

Los entrevistados para este reportaje ya estaban en proceso de recuperación de la enfermedad. Ninguno de ellos sigue hospitalizado. Estuvieron entre los primeros casos de contagio en marzo y pudieron recibir la atención que necesitaban. Actualmente, muchos enfermos no corren con la misma suerte. Hugo López-Gatell informó que México entraría en la fase más crítica de contagios el 6 de mayo. Sin embargo, para el 1 de mayo ya había 11 hospitales públicos y tres hospitales privados, sin disponibilidad de camas para enfermos de coronavirus en Ciudad de México y área metropolitana. El presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, aclaró que aún hay disponibilidad en otros hospitales, donde pueden recibir a los pacientes.

Sol Burgos hace hincapié en la diferencia de los síntomas del covid con la gripe común o la influenza. “No podías dejar de toser muy seco. Era una tras otra y no eran flemas. Pero sí venía de abajo, del pulmón. Todavía sigo tosiendo”.

Hugo López-Gatell estima que alrededor de 8 mil mexicanos morirán a causa de este virus. No se sabe con exactitud cuánta gente se va a contagiar en los próximos meses. Por ahora, queda seguir las medidas establecidas por la Organización Mundial de la Salud: tener un estricto régimen higiénico, evitar salir a espacios públicos y mantener distanciamiento social. Algunas de estas medidas se mantendrán por meses, incluso cuando la gente comience a salir a las calles. Las autoridades nacionales e internacionales han remarcado en varias ocasiones la importancia de cumplir adecuadamente con estas condiciones para mitigar las consecuencias de covid-19 y, eventualmente, acelerar el regreso a la vida cotidiana: nuestra nueva normalidad.

(Por Víctor Aguilar Escalante, Red de Periodistas de a Pie).

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