Ante el enorme daño sufrido en la Secretaría de Educación Pública (SEP) durante los 20 meses que estuvo bajo la égida de “La maestra” Delfina Gómez Álvarez, su salida de la institución debería verse como una buena noticia, pero no es así, pues todo apunta que quien ocupará su lugar no es ni de lejos una mejor opción, y me temo que todavía no hemos visto lo peor que le puede pasar a la educación en nuestro país en el sexenio de la denominada Cuarta Transformación.
Los especialistas ya se refieren a este periodo bajo la dirección de Delfina Gómez como de “inmovilización”. La falta de atención al impacto que dejó la pandemia de la covid-19 entre los estudiantes, la desaparición del programa Escuelas de Tiempo Completo y la negativa a otorgar más recursos a maestros para su capacitación, son solo algunos de los más significativos retrocesos que se puede concluir, marcarán la gestión de La Maestra al frente de la SEP. Así coincidieron en señalarlo los expertos en educación Alma Maldonado, Marco Antonio Fernández y Manuel Gil Antón, de la Universidad Nacional Autónoma de México, el Instituto Tecnológico de Estudios Superiores Monterrey y El Colegio de México, respectivamente. Los tres expertos también coincidieron en que las expectativas con Delfina Gómez eran de que, por tratarse de una maestra, comprendería mejor los problemas de la educación, pero eso no se reflejó en su gestión. Su salida de la dependencia, para convertirse en candidata de Morena a la gubernatura del estado de México, muestra además que la educación no es una prioridad para el gobierno de Andrés Manuel López Obrador, dijeron de manera separada los analistas consultados por La Silla Rota. Incluso recordaron que se parece a lo que hicieron otros funcionarios en otros gobiernos, que usaron a la SEP como un escalón para buscar otro cargo. Lo hizo Josefina Vázquez Mota, quien durante el gobierno de Felipe Calderón dejó la SEP para buscar la candidatura panista a la presidencia, y de forma similar actuó Aurelio Nuño, quien renunció a la dependencia federal para convertirse en coordinador de campaña del candidato priista a la presidencia, José Antonio Meade. El experto en educación del Tecnológico de Estudios Superiores Monterrey, Marco Fernández, considera que Delfina Gómez dejó como pendientes “todos” y que estos son mayores a los que heredó cuando llegó al cargo. «Darle continuidad fue confirmar que se iban a desaparecer las escuelas de tiempo completo y, ante la presión de la opinión pública, simular que no iba a ser así y mentir que ‘La Escuela es Nuestra’ iba a sustituirla». Por su parte Manuel Gil Antón, quien es profesor investigador del Centro de Estudios Sociológicos de El Colmex, señaló que la expectativa que había a la llegada de Delfina Gómez quedó a deber. “Pudo más ante el hecho de que estamos en un régimen en el cual parece no haber gabinete, estamos ante un presidente que está en todo y da indicaciones a sus secretarios de Estado sin que estos puedan hacer proposiciones porque hay temor a que no las comparta su jefe». “Más que un saldo negativo es uno vacío. La inacción en que vi a la secretaria, su pasividad ante los problemas de urgente resolución es lo que más la caracterizó”. Por su parte Alma Maldonado, investigadora del Departamento de Investigaciones Educativas del Centro de Investigación de Estudios Avanzados, consideró que a Delfina Gómez la caracterizó la inacción e incluso en el tema de los posibles cambios a los planes de estudio no tuvo protagonismo. “Explorando los temas uno se pregunta qué hizo la maestra en ese tiempo, salvo sobrellevar”. De acuerdo con el estudio Educación Postpandemia, ¿cómo va el regreso a clases?, elaborado por México Evalúa, la Escuela de Gobierno y Transformación Pública del Tecnológico de Monterrey y la Iniciativa de Educación con Equidad y Calidad, los desafíos educativos se complejizaron con el cierre de escuelas a causa de la pandemia de la covid-19. Más de medio millón de estudiantes dejaron de asistir a la escuela, pero además ha habido una reducción histórica de la matrícula escolar por nivel educativo. El estudio destaca que 367 mil de esos espacios son de educación media superior, y la caída ha sido mayor entre hombres que mujeres. Maldonado dijo que luego de la pandemia que obligó al cierre de aulas y en su lugar se impusieron las clases a distancia, aún no se sabe el impacto que causó esa situación entre los estudiantes. “No hubo acompañamiento ni seguimiento, a los maestros se les dejó solos y solas, cada uno tuvo que poner lo que podía y tampoco hubo un esfuerzo al regreso de revisar en los planteles la situación, la infraestructura. Recordemos que el Instituto Nacional de Infraestructura Física Educativa desapareció y ahora está ‘La Escuela es Nuestra’, que es un programa opaco en sus criterios y otorgamiento de recursos”. “Tampoco es que las escuelas estaban ya listas para la vuelta. No tenemos exámenes diagnósticos para saber cuál fue la perdida de aprendizajes que se dio durante la pandemia, solo algunos estados hicieron algunos esfuerzos y nada más”, puntualizó la Doctora en Educación por la Universidad de Boston. “Platicaba con una maestra frente a un grupo de preescolar y me contaba lo mal que regresaron los niños a la escuela, porque estuvieron en su casa muy inseguros, sin desarrollo motriz básico como tendría que llegar uno de 5 años, sin saber sostener un lápiz y todo esto es muy difícil que se pueda enfrentar sin un acompañamiento a los docentes, a las escuelas para ver cómo vamos a recuperar y resarcir el tiempo que estuvieron cerradas. Esos niños, que no tuvieron esa etapa de desarrollo, les pesará cuando vayan a la primaria y así vamos a ir cargando con esto”. Sobre el mismo tema, Fernández consideró que a dos años y meses que comenzó la pandemia, “por increíble que parezca” no hay una evaluación oficial de la afectación de los aprendizajes no alcanzados entre la mayoría de los estudiantes, derivado de la educación a distancia y la imposibilidad de miles de niños y jóvenes de tener una comunicación constante con sus docentes para retroalimentarse. También faltaron medidas específicas de capacitación a los docentes para contener emocionalmente a sus estudiantes “que no la han pasado bien a la distancia”, expresó el egresado en Ciencia Política del Instituto Tecnológico Autónomo de México. Delfina se va. No se le va a extrañar. Pero como decía, el problema es quien llega a ocupar su lugar. El presidente Andrés Manuel López Obrador designó a la coordinadora de Atención Ciudadana, Leticia Ramírez Amaya como nueva titular de la Secretaría de Educación Pública. “Leticia Ramírez entra con el pie izquierdo. La acompañan las quejas que ha recibido en su anterior trabajo, siendo la coordinadora de Atención Ciudadana del Gobierno federal, ya que el presidente no atendió a las madres buscadoras, a las víctimas, a los familiares de los desaparecidos, a los ambientalistas y a las familias de los mineros atrapados en Coahuila”, expresó la senadora panista Kenia López Rabadán. La “amiga” de López Obrador, carece de credenciales para el encargo que le ha sido otorgado, tan es así, que al presentarla, el presidente destacó como única virtud “su honestidad”, y ya sabemos lo que eso quiere decir cuando es Andrés Manuel quien lo señala. opinion.salcosga@hotmail.com @salvadorcosio1Te puede interesar:
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