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Por un tiempo de “moronga azul”, como dice el presidente Andrés Manuel López Obrador, al diputado ahora de Morena, José María Martínez (“Chema”, su nombre de batalla político), le parece hasta normal que sea considerado por algunos como ave de tempestades.
Consciente de que andar en política es recibir metralla por su vida pública y hasta personal, el coordinador de la fracción morenista sobrelleva las divisiones en su partido como una extensión a navegar en aguas agitadas que también vivió en el Partido Acción Nacional.
Solo que ahora el converso al Obradorismo comenzará a recibir todavía más ataques, al asomarse sus intenciones de buscar la candidatura de Morena a la gubernatura de Jalisco.
Cauto en su lenguaje como todo político de cualquier ropaje, se limita a decir que está listo para “servir” a los habitantes de Jalisco en el camino que sea en el 2024, pero desde el Congreso del Estado se ha convertido sin duda en un personaje de peso que ha entrado en la contienda interna.
Cuestionado por su pasado como militante del Partido Acción Nacional por el que llegó al senado, Chema cortó con el blanquiazul donde militó casi 27 años, para sumarse al movimiento de López Obrador, apenas a tiempo para la parte final de la campaña y para sumarse a la ola del histórico triunfo de Morena.
También fue motivo de polémica cuando a sus 50 años de edad obtuvo su pensión del IPEJAL, lo que motivó que se abriera una investigación y abrió un flanco más para que sus rivales políticos lo atacaran por las llamadas “Pensiones Fifí”; sin embargo, el legislador se ha defendido al argumentar que con el marco legal vigente del instituto, el proceso para su pensión fue completamente apegado a la norma.
Aclaró además en su momento que mientras continúe en el servicio público (como diputado), la pensión está suspendida.
Ahora, desde el congreso local, con una bancada integrada por ocho legisladores y donde tiene control sobre sus compañeros con excepción de María Padilla (afín a la corriente de Carlos Lomelí), es la segunda fuerza política y se ha convertido en una especie de “cohetero” a quien le silban igual si vota a favor o en contra de las iniciativas de Movimiento Ciudadano, el partido mayoritario en el estado.
Sin embargo, haber encabezado los trabajos para la conformación de un plan de “regeneración” estatal en Puerto Vallarta al que convocó a alcaldes y diputados de Morena, fue virtualmente tomado como el inicio del activismo de “Chema” para conformar y encabezar un bloque que lo lleve a conseguir la nominación de su partido y posteriormente disputar a Movimiento Ciudadano la gubernatura.
El proyecto, denominado Plan de Regeneración Estatal y Municipal de Morena, busca convertir a los legisladores y alcaldes de ese instituto político en “agentes transformadores” donde a los ciudadanos les quede claro de dónde provino el apoyo recibido.
Contempla cinco ejes donde destaca la intención de lograr la pacificación de la entidad, también crear una fiscalía autónoma incorruptible, un modelo de bienestar para la ciudadanía, otro eje que impulse el desarrollo regional en el estado y que los avances no se concentres solo en las ciudades.
En este plan, el diputado reveló que pondrán énfasis en los “changarros”, ya que Jalisco concentra el mayor número de este tipo de negocios en el país, mismos que están alejados de los apoyos económicos para su desarrollo.
El evento sirvió de tribuna al coordinador de los diputados de Morena, para lanzar severas críticas a los gobiernos de Movimiento Ciudadano, quienes desde el gobierno estatal presionan a alcaldes para que avalen sus proyectos y a cambio les ofrecen apoyos para sus obras, lo que representan chantajes y extorsiones hacia las autoridades municipales.
