Seis meses después de haber considerado a Jalisco como uno de los estados donde hay más fosas clandestinas, más cuerpos exhumados y desapariciones, el subsecretario de Derechos Humanos, Alejandro Encinas, cambió el discurso.
Ahora, en vísperas de la visita a la entidad del presidente Andrés Manuel López Obrador para sostener una reunión de temas de seguridad, Encinas elogió la transparencia y el compromiso del gobierno de Enrique Alfaro en la búsqueda de personas desaparecidas.
Incluso la secretaria de Gobernación, Olga Sánchez Cordero, secundó al subsecretario al explicar que si en Jalisco “se ven” muchas desapariciones y fosas clandestinas, es porque sí sube la información, mientras que otros estados no lo hacen en tiempo y forma.
Pero sobre las causas porque desaparecen, los funcionarios no quisieron comentar nada. De enero de 2019 a junio de 2020, hay un registro de 7 mil 180 personas desaparecidas en Jalisco. Un total de 3 mil 074 personas pendientes de localizar corresponden a esta administración.
Sin embargo, un caso candente que no sucedió en el actual gobierno de Enrique Alfaro Ramírez, pero que sigue afectando su buen nombre por tratarse de un delito continuado, es la desaparición de tres italianos ocurrida el 31 de enero de 2018 en Tecalitlán.
Ese día Raffaele Russo, de 60 años, su hijo Antonio Russo, de 25 y el sobrino, Vincenzo Cimmino, de 29 años, desaparecieron en el pequeño poblado de la sierra jalisciense y no se ha vuelto a saber nada de ellos.
De las indagatorias se desprende que primero desapareció Raffaele y sus familiares acudieron a buscarlo a Tecalitlán. Elementos de la policía de ese lugar habrían detenido a los jóvenes para presuntamente entregarlos después a miembros del Cártel Jalisco Nueva Generación.
El entonces fiscal de Jalisco, Raúl Sánchez Jiménez, argumentó la tardanza en el inicio de las investigaciones porque los familiares de los italianos argumentaron que estaban como turistas en el país y que después descubrieron que vendían maquinaria.
El propio fiscal reveló que Russo Había sido detenido en Campeche 3 años antes (en 2015) acusado de fraude por empresarios que denunciaron que les vendió maquinaria Caterpillar que resultó china y no de esa marca.
La desaparición de los tres italianos llevó a la detención de cuatro agentes policiacos que habrían sido responsables de la entrega de éstos al crimen organizado.
Emilio N, Salomón N y Fernando N, fueron decretados con prisión preventiva de un año y posteriormente incrementada un año más, por el delito de desaparición forzada. Sin embargo, Lidia Guadalupe N, la oficial responsable de la cabina de la policía, obtuvo el beneficio de reclasificación de su delito por parte del juez por obstrucción de la justicia, por lo que enfrenta el proceso en libertad. El ministerio público no apeló la decisión.
También quedaron pendientes las órdenes de aprehensión giradas contra el jefe de la policía, Hugo N y un comandante, Hilario N, por su vinculación del caso.
Luego de estos sucesos, la Fiscalía General de Jalisco intervino y desarmó a toda la policía de Tecalitlán por la sospecha de su vinculación con el crimen organizado.
Cinco meses después de la desaparición de los 3 italianos, el alcalde Víctor Díaz fue asesinado el 3 de julio.
El expediente de Raffaele Russo, Antonio Russo y Vincenzo Cimmino, se convirtió en un escándalo internacional. El gobierno federal prometió informar de los avances y hacer justicia; la fiscalía de Roma abrió una indagatoria; la Procuraduría General de la República (hoy Fiscalía) inició la carpeta FED/SEIDO/UEIDNS-JAL/000171/2018; la Comisión Interamericana de Derechos Humanos emitió una medida cautelar 201-18 para exigir encontrar a las víctimas y se llevó el caso ante el Comité contra la Desaparición Forzada de Naciones Unidas.
Por si fuera poco, en Nápoles, la ciudad natal de los desaparecidos, realizaron marchas y en un partido de la Serie A del Napoli, Jalisco y México fueron exhibidos con una gran pancarta que fue televisada donde decía: “Liberen a los napolitanos en México”…
Dos días antes de la visita del presidente López Obrador, el Gobierno del Estado difundió un comunicado acompañado de fotografías donde describe cómo los titulares de la Comisión Nacional de Búsqueda y de la Comisión de Búsqueda de Personas en Jalisco, acudieron a Jilotlán de los Dolores y Tecalitlán donde los extranjeros (los 3 italianos) fueron vistos por última vez.
Refieren que acompañados por caninos realizaron un rastreo de la sierra donde Raffaele Russo, Antonio Russo y Vincenzo Cimmino desaparecieron en enero de 2018. Es decir, la inspección ocurre poco más de 2 años y 5 meses después.
Y concluye: “Estas acciones son parte del compromiso que la Comisión Estatal de Búsqueda de Jalisco tiene de trabajar de manera exhaustiva para y con las familias de las y los desaparecidos, hasta lograr dar con el paradero de sus familiares que no han sido localizados”.