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¿Qué llevó al Gobierno del Estado de Jalisco a tomar la decisión de emular a las fuerzas armadas de México y contar en su flota con un helicóptero militar especializado en defensa y ataque?
La respuesta es simple: presumir que era el único estado del país en contar con una nave Black Hawk y mostrarla orgulloso en los Juegos Panamericanos de 2011, aunque cerca de ocho años después se haya convertido en un “juguete” demasiado caro.
La historia de este helicóptero está íntimamente ligada a Estados Unidos, ya que originalmente fue fabricado para atender al ejército de ese país en el desplazamiento de tropas y con su capacidad de artillarlo con ametralladoras y lanza cohetes.
A principios de los 90 llegaron a México los primeros dos helicópteros en una compra realizada por las Fuerzas Armadas aunque fueron utilizados especialmente en tareas de lucimiento (eran naves VIP para el traslado de los altos mandos).
Pero más adelante entrarían por primera vez en combate en los primeros días de 1994 cuando intervinieron en una respuesta fulminante a los ataques del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN).
Los periodistas que tuvimos la oportunidad de cubrir esa “guerra” en Chiapas, nos enteramos en aquellos días de la incursión de potentes helicópteros en las instalaciones militares de Rancho Nuevo, cuando llevaron tropa de apoyo a los efectivos cercados por los zapatistas.
Un año después, en 1995, el ejército volvió emplear a los Black Hawk en la operación Arco iris, cuando desplegaron seis unidades junto a una veintena de otros helicópteros del ejército que en una maniobra de disuasión a los habitantes de once poblados ocupados por el EZLN.
Desde aquella intervención, este tipo de helicópteros volvieron a pasar al ostracismo para ser empleados en labores de traslado y tareas de ayuda humanitaria.
En 2006 cuando Felipe Calderón declaró el combate al narco, fue el pretexto perfecto para que volvieran a comprarse más de estas aeronaves. De esta forma la Policía Federal y la Armada de México, hicieron las respectivas adquisiciones de helicópteros artillados.
En medio de la euforia por estos vehículos de asalto, irrumpe el estado de Jalisco con un helicóptero S-70i en 2011, en una compra directa a la empresa Sikorsky, International Operations, con sede en Polonia. La nave llegó a Guadalajara en septiembre de 2011 proveniente de la planta de Mielec en Polonia.
La operación alcanzó los 19 millones de dólares y en la justificación la Fiscalía General del Estado argumentó que con la mencionada aeronave se daría cobertura de seguridad a los municipios del estado y además brindaría una respuesta rápida y permanente que garantizaría el éxito de las misiones.
Y efectivamente aunque ha sido utilizado en el acompañamiento de operativos especiales de seguridad, ha brindado más servicios de ambulancia.
Especialistas en el manejo de helicópteros, confiaron a este columnista que hoy cada hora de vuelo del helicóptero Black Hawk de Jalisco, ronda los ocho mil dólares, al margen de los costos de mantenimiento de la unidad.
La empresa Sikorsky no tiene base de mantenimiento en México donde existen al menos 23 helicópteros de su firma (uno en Jalisco); sino que decidieron montar instalaciones en Colombia donde cuentan con una flota de 110 Black Hawk.
Es por esto que cada 300 horas de vuelo el helicóptero militar en suelo jalisciense debe llevarse a Estados Unidos para el mantenimiento correspondiente.
De acuerdo con los especialistas consultados, el Black Hawk que opera la Fiscalía de Jalisco hoy tiene un valor comercial de unos ocho millones de dólares, once millones menos de lo que costó y consideran que se trató simplemente de un capricho haber adquirido una aeronave militar de asalto y sub utilizarla por cuestiones legales (no puede ser artillada) y operativas.
Es como haber comprado un caballo pura sangre y colocarlo en exhibición en un carrusel.
