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Beatriz, revictimizada por Andrés


“Quien injuria soezmente a una mujer es una porquería humana, y el que difunde otra vez el agravio la vuelve a injuriar y es lo mismo”, Diego Fernández de Cevallos.

En 26 palabras, el polémico político y ex candidato a la presidencia de México, sintetizó la lamentable falta de respeto en que incurrió esta semana el primer mandatario de la nación, Andrés Manuel López Obrador AMLO, quien no se sabe en qué momento pensó que tendría sentido replicar en plena conferencia Mañanera y en televisión nacional el tuit que un usuario desconocido publicó en redes sociales y a través del cual se ofendía chabacanamente a una dama y a un hombre, a los cuales el tuitero nunca llamó por su nombre, pero Andrés Manuel se encargó de hacer notar, -repito, sin propósito alguno-, que la agraviada a la que se refirió como “puta”, “pseudo escritora”, y “La Zopilota”, -entre otras ofensas-, era su esposa Beatriz, y el “pendejo loco imbecil”, era él.

“Ofende a Beatriz y me ofende a mí, ¿qué tenemos que ver nosotros? Es producto de todo un proceso de deformaciones que se fueron creando durante el periodo neoliberal, cuando hablo de que fue peor esto que el porfiriato, puedo probarlo”, comentó el presidente.

Luego, entonces, leyó de manera íntegra el mensaje que pidió a su gente de apoyo fuera proyectado en su gran pantalla:

“Comiencen con la puta pseudoescritora, pseudoinvestigadora, ¿no saben quién es? La zopilota, esa idiota que no sabe ni escribir una frase sin faltas de ortografía, ella no tiene ningún fuero y gracias al pendejo, loco, imbécil, ese al que hoy limpian los zapatos ustedes y Gertz’”.

Así, tal cuál, Andrés Manuel repitió cada palabra, con todas sus letras, del texto escrito por un personaje que aparece en su perfil de Twitter como Aldo Aldrete, y se reconoce como: “científico”, experto en seguridad, bioterrorismo y miembro del “comité científico de la ONU”, aunque el organismo no ha respondido si cuenta con dicho nombre en sus registros, y tampoco aparece en el Sistema Nacional de Investigadores (SIN).

En un primer momento, Lopez Obrador, aseguró que el tipo estaba en la lista de los 31 académicos por los que la Fiscalía General de la República ha solicitado ya en dos ocasiones -sin éxito- se les gire orden de aprehensión por presuntos actos ilícitos al amparo del Conacyt-. No obstante, posteriormente se confirmó que su nombre tampoco correspondía con ninguno de los investigadores y científicos que la Fiscalía busca llevar al máximo penal de Seguridad de El Altiplano, también conocido como Almoloya.

Pero independientemente de a quién corresponda el perfil, que muy probablemente es falso, lo inconcebible es que el presidente de la nación, en televisión nacional, replique con todas sus letras un mensaje extremadamente ofensivo y además se lo endilgue a su esposa y a él como los ofendidos, siendo que el texto nunca menciona sus nombres.

No existe absolutamente nada que justifique el proceder del presidente. No se entiende cuál era la intención o el beneficio de leerlo. Si lo que pretendía era victimizarse junto a su esposa, definitivamente fue un despropósito. Un acto mal calculado. Una acción en la que, como se dice popularmente, “le salió el tiro por la culata”, porque el tema se le revirtió y en todo caso quien fue revictimizada por su propia pareja fue Beatriz Gutiérrez Müller.

En ese afán de desviar la atención de los graves asuntos que afectan a todos los mexicanos, Lopez Obrador sabemos, es un experto en fabricar cortinas de humo o de poner la agenda lejos de los temas que le pueden causar algún tipo de afectación.

El presidente, quiero pensar, no calculó el riesgo de repetir los agravios que un perfil desconocido y quizá falso, -como miles que hay en Twitter-, escribió en la red social.

Y hay que decirlo, todos los días se ven en esta plataforma esa clase de insultos, y los hemos visto desde que esta red existe, estando las publicaciones completamente dirigidas con sus nombres y apellidos a las ex primeras damas: Martha Sahagun, Margarita Zavala y Angélica Rivera, e incluso a sus hijos, pero nunca se vio a ninguno de los ex presidentes llámense Vicente Fox, Felipe Calderón o Enrique Peña, caer en tan ridícula exposición como lo hizo Andrés Manuel.

Ninguno de los ex mandatarios mexicanos ha sido de mi agrado, a cada uno de ellos, a lo largo de sus respectivos sexenios les reproché su forma de llevar el Gobierno y toda la opacidad, corrupción y desatinos en que incurrieron. Pero jamás se les vio faltar voluntariamente a la investidura presidencial, y mucho menos podría imaginarlos leyendo un tuit en el que le dijeran “puta” a su mujer; y vaya que algunas de ellas, como la señora Angelica Rivera y sus hijas fueron reiterada y severamente atacadas en redes sociales.

Lo que es un hecho es que Andrés Manuel faltó el respeto a su mujer, y también a la Investidura presidencial que según él tanto cuida, pero a la que continuamente le ha ido tirando botones en el camino.

Preocupante también es que el presidente, como ya lo he venido comentando, no cuente con una persona en su equipo de trabajo que lo alerte o advierta de los riesgos y despropósitos de sus acciones. Alguien que se haga escuchar y le ponga un freno para evitar sus cada vez más frecuentes tropiezos.

Jesús Ramìrez Cuevas, es un florero más en el área de comunicación social, y pareciere que su única función se limita a fungir de apaga-fuegos en redes sociales tratando de disminuir los daños con hashtags que hace repliquen todos los miembros de la Cuarta Transformación, incluidos funcionarios del gabinete.

Esta última semana, después de la lectura del tuit que hizo famoso el presidente, gente como Rocío Nahle, y Claudia Sheinbaum, entre otros escribieron textos de apoyo a Gutiérrez Müller, pero nada dijeron de que fue su propio esposo, el presidente, el artífice de la revictimización de que fue objeto.

opinion.salcosga@hotmail.com
@salvadorcosio1

• Salvador Cosío Gaona

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Es Abogado por la U de G, con estudios de posgrado en Administración Pública, Economía Política, Economía del Sector Publico, Administración Municipal, Finanzas Publicas, Administración y Desarrollo de Recursos Humanos, Financiamiento para el desarrollo y Políticas Publicas, en diversas instituciones. Tiene el Grado de Doctor en Derecho con la distinción Maxima Cum Laude en la Universidad Complutense de Madrid en España.

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