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Avaricia y sed de poder

“México es el único país donde un partido puede recibir cero votos y ganar muchos diputados”, dijo el 22 de mayo Raúl Rojas González, profesor emérito en el campo de matemáticas e Inteligencia Artificial de la Universidad Libre de Berlín, en Alemania, adelantando lo que ocurriría en México unos días después en las elecciones del 2 de junio.

Lo que circula de comentarios y opiniones sustentadas, muchas de ellas argumentadas adecuadamente, en contra de la ya inminente iniciativa de reforma al Poder Judicial Federal, que estará ingresando a la Cámara de Diputados en cuanto inicien las labores de la próxima legislatura, acapara prácticamente todo el espectro, pero poco se habla del fondo y el fondo es la sobre representación para apropiarse de todo el poder.

Y el fondo es que, Andrés Manuel López Obrador pretende obtener la mayoría calificada para Morena y sus aliados en ambas cámaras del Poder Legislativo para consolidar crasamente un golpe de Estado, para lo cual cuenta ya con la ayuda de una de sus incondicionales, nada menos que la presidenta del Instituto Nacional Electoral (INE), Guadalupe Taddei.

Lo anterior en relación al reparto de curules de representación proporcional en la Cámara de Diputados y Senadores. Toda vez que, como es sabido, y hasta ahora el Presidente nunca ha variado su posición en relación con lo que anuncia y amaga, pretende reformar incluso nuestra Carta Magna.

De tal forma que así podemos casi asegurar ocurrirá, él ordenará y el INE de Guadalupe Taddei acatará la instrucción para, fuera de todo sustento legal, otorgar una cantidad ilegal de diputados o de curules, al partido del presidente y los partidos con los que hace alianza, aunque evidentemente no les correspondan conforme a lo ocurrido en las urnas el pasado 2 de junio.

El tema de la sobre representación se ha abordado en forma adecuada, incluso de manera brillante por parte de expertos que se van a tratar de ilustrar las fórmulas que se utilizan y la inadecuada situación como la pretenden aplicar. Pero no está siendo tratado el tema por los dirigentes partidarios a nivel nacional o por los personajes que tienen un impacto fuerte en la opinión pública, por su liderazgo en los ámbitos socio productivos del país, y sobre todo los grandes expertos del derecho que existen con una opinión muy respetada en el Foro Nacional Jurídico, en el sentido de la urgencia de colocar el tema de fondo, el primordial, el fundamental, en el centro de información y debate, y tratar de motivar a la gente a que se interese en atenderlo y buscar entenderlo y con ello comprender la gravedad del asunto.

El fondo también es que la mayoría en las cámaras otorgará a Morena y sus partidos aliados lograr la ansiada mayoría calificada que les dé la posibilidad, no solamente de generar las reformas al Poder Judicial Federal con que sueña el presidente, sino las reformas constitucionales que puedan poner en riesgo vida, libertades, derechos fundamentales, como sería en todo caso posesión, propiedad de bienes, pero sobre todo darle al Presidente el gran poder, hacerlo omnipotente, para incluso aprobar cambios a la Constitución que le permitan, como seguramente lo anhela, aunque se diga que no, aspirar a ello, reelegirse o poder volver a ser electo una vez que culmine el periodo para el que fue electa Claudia Sheinbaum Pardo, su incondicional.

A lo que aspira López Obrador es a convertirse en otro cacique histórico y el primer paso es modificar la constitución para poderse elegir de nuevo y quizás que haya la reelección inmediata y yo no dudaría que pudiera pensar que se genere una posibilidad de forma consecutiva.

Pero lo que sí nos debe espantar, generar terror, es la posibilidad enorme y crasa que se podría estar generando para el Presidente de la República en cuanto a poder actuar a contrario sensu el derecho que ya le otorgaron de forma también absurda los diputados de la actual legislatura para otorgar indulto a cualquier persona aún sin existir un proceso administrativo, o ministerial, o jurisdiccional. Es decir, a la inversa, que el Presidente pueda incriminar, inculpar e incluso dictar resoluciones ejecutivas que le generen una sanción a cualquier persona sin que incluso estén acorde a los debidos procesos.

¿Qué debe pasar para que la gente entienda la trascendencia de lo que está en juego? Yo simplemente quiero reiterar la advertencia. Vamos a estar en el momento más frágil de la historia como ciudadanos mexicanos. Lo que hay que hacer es exigir a los mismos dirigentes de los partidos políticos nacionales, a los liderazgos más importantes de los sectores social y productivo, a quienes tienen espacios en los diversos medios de comunicación, o quienes somos escuchados en nuestras comunidades y a quienes son atendidos sus razonamientos mediante su trabajo en redes sociales, a que demos esa batalla para posicionar el tema y hacer entender a la sociedad lo grave del asunto, y realicemos ya las labores de acción jurídica que se pueden y deben hacer, porque hay la posibilidad de ello que nos da actualmente como está todavía la Carta Magna.

De manera que urge actuar, que se pierda el miedo y que impere el terror de lo que puede ocurrir si no actuamos. Eso es lo que tenemos que hacer, antes que ocurran expropiaciones forzadas de bienes, arrestos y ejecuciones sin mediar procesos, pérdida de libertades y derechos fundamentales y ya entonces sea mucho muy tarde.

Los tentáculos del Poder Ejecutivo de la nación se mueven perversamente en su afán de desaparecer la División de Poderes y reducir a su mínima expresión al Judicial y al Legislativo, mientras millones de mexicanos no están siquiera enterados del peligro inminente que se avizora.

opinion.salcosga23@gmail.com
@salvadorcosio1

• Salvador Cosío Gaona

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Es Abogado por la U de G, con estudios de posgrado en Administración Pública, Economía Política, Economía del Sector Publico, Administración Municipal, Finanzas Publicas, Administración y Desarrollo de Recursos Humanos, Financiamiento para el desarrollo y Políticas Publicas, en diversas instituciones. Tiene el Grado de Doctor en Derecho con la distinción Maxima Cum Laude en la Universidad Complutense de Madrid en España.

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