No se puede tapar el Sol con un dedo, ni garantizar la energía eléctrica con carbón y petróleo para un país con una población de más de 126 millones de habitantes, como fue la apuesta del gobierno de Andrés Manuel López Obrador (AMLO), que dejó de comprar gas sin pensar primero en tener reservas y al mismo tiempo canceló los proyectos de energías limpias; decisiones que hoy mismo le pasan la factura al registrar apagones ayer en gran parte del norte del país y este martes en 12 entidades más, Jalisco entre ellas.
Si bien, para la mayoría de los mexicanos no queda claro porqué desde ayer se han registrado apagones en la República Mexicana, en redes sociales las críticas dirigidas en contra del Gobierno Federal son feroces, principalmente hacia la persona del presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) y el titular de la Comisión Federal de Electricidad (CFE), Manuel Bartlett Díaz, a quienes se responsabiliza de dar pasos estratégicos para convertir a México en Venezuela, donde desde que impera el socialismo las bajas en la energía eléctrica son constantes.
Entre las familias mexicanas y grupos de amigos, se comparten este día las capturas de imagen de los tuits publicados por instancias federales como el Centro Nacional de Control de Energía (CENACE), a través de los cuales se advierte de los apagones en diversas zonas del país:
#CENACEinforma a la población de Aguascalientes, Colima, Estado de México, Guanajuato, Guerrero, Jalisco, Michoacán, Nayarit, Puebla, Querétaro, San Luis Potosí y Zacatecas que este martes 16 de febrero se llevarán a cabo cortes de carga rotativos y aleatorios
a partir de las 18:00 h y hasta las 23:00 h (hora centro), ante el aumento del pico de la demanda vespertina y nocturna en el Sistema Interconectado Nacional y a la indisponibilidad de generación suficiente para cubrir las regiones del norte y noreste del país.
El vocero de la presidencia, Jesús Ramìrez Cuevas, tuiteó:
“El corte de electricidad en el Norte mostró la vulnerabilidad del país por depender del gas de Texas. Los neoliberales dijeron que importar era más barato. Antes costaba 3dlls por unidad (MMBTU), hoy vale 200, 5mil% más. Por el bien de México debemos recuperar la soberanía energética”
Pero pese a los esfuerzos de defensores del gobierno por cubrir la realidad, los mexicanos se están preguntando a qué responde este fenómeno del que en México no se tiene algún precedente cercano -a excepción del ocurrido a finales de diciembre pasado cuando en Tamaulipas se quedaron sin el suministro y la autoridad se lo adjudicó a un incendio en pastizales-.
Como ya mencionaba, es difícil tapar el Sol con un dedo, y la realidad es que la responsabilidad completa de estos apagones y los que seguramente vendrán próximamente sino se cambia la estrategia, es del actual régimen, que en su afán de aparecer como un gobierno austero -aunque no lo sea-, no compró gas para tener reservas, y canceló los proyectos de energías limpias.
Así lo confirmó este martes 16 de febrero en entrevista con El Financiero, Adrián Calcaneo, director de Midstream y Líquidos para Latinoamérica.
“El apagón que afectó al norte de México se debió a que la Comisión Federal de Electricidad (CFE) no quiso pagar más por el gas natural abastecido por el corredor Texas-Kansas-Louisiana ante el alza de precios por el frente polar que azota dicha región estadounidense”, aseguró.
Pie su parte, David Shields, quien es analista de la industria energética, en su colaboración de este martes para Reforma, detalló:
El gas natural es el combustible estratégico de la economía nacional, más que el petróleo y sus derivados. El 63 por ciento de la generación eléctrica es con gas. Todo tipo de industrias lo utilizan como energético o en procesos.
Pemex consume el 70 por ciento de su propia producción de gas en sus yacimientos y plantas. Sus refinerías privilegian la utilización de gas en sus calderas, siendo el gas mucho más eficiente y más económico por unidad calorífica que el combustóleo.
Sin embargo, no existe una política clara que abarque desde el desarrollo de reservas y la producción hasta el suministro y consumo de gas natural, a pesar de que, excluyendo a Pemex, el 90 por ciento del consumo nacional se cubre con gas importado, que por fortuna es muy barato. Se han cancelado proyectos de explotación de gas no asociado al petróleo en la Cuenca de Burgos y frente a las costas de Veracruz.
El gobierno rechaza el fracking como opción clave para producirlo. Y prefiere que excedentes de gas importado en el noroeste del país se exporten a Asia, en vez de que haya más compañías privadas generando energía eléctrica en el país. Quedó inconclusa la construcción de varios gasoductos y de estaciones de compresión. Otros ductos están en litigios. No hay gas para la petroquímica. El suministro es escaso incluso en el sureste, que hoy es la única región productora.
Y un hecho grave: casi todo el gas que produce Pemex está severamente contaminado con nitrógeno. Cuando Pemex sobreexplotó su mejor yacimiento, Cantarell, inyectándole nitrógeno para mantener la presión, cometió la omisión de no construir plantas para segregar el gas y el nitrógeno que se obtendrían del yacimiento.
Por esa razón, el sistema energético del sureste mexicano hoy se está atrofiando operativamente. El gas contaminado daña las turbinas de las centrales eléctricas. Se vuelve forzoso frenar la inyección de ese gas al sistema de ductos y parar las plantas criogénicas de los centros procesadores y también los complejos petroquímicos de Pemex y de empresas privadas. Éstas ya están viendo cómo tener acceso a gas y etano importados. Y no se prevén inversiones de Pemex para corregir el problema.
Entonces, ¿qué pasa? ¿Por qué no tenemos una política de gas natural? El Presidente López Obrador y su equipo o ignoran la problemática o no le dan importancia. Su política energética no se sustenta en análisis técnicos y económicos minuciosos, profesionales e imparciales, para identificar lo que requiere el país. Al contrario, privilegian la ideología, la improvisación, los prejuicios, las ocurrencias iluminadas y la veneración del petróleo.
López Obrador ha planteado metas de producción petrolera, de autosuficiencia energética y de construcción y rehabilitación de refinerías, que resultan irrealizables o inconvenientes al no basarse en un diagnóstico certero en lo técnico y lo económico.
Son metas inalcanzables por razones de mercado y costos, logística, falta de inversión, deficiencias operativas, entre otras. Al limitar la inversión privada directa, se cancelan proyectos que robustecerían los sistemas energéticos y, en particular, la industria del gas natural y la generación eléctrica.
Dentro de pocos años la mayoría de los vehículos serán eléctricos. Será el fin de la era del petróleo y motivará un nuevo auge en el uso de gas para generar electricidad. México podría ser un gran país productor de gas con las políticas adecuadas, porque tiene un gran potencial desaprovechado de reservas. Pero en el futuro previsible, habrá que seguir importándolo, lo cual aconseja a favor de firmar contratos de largo plazo con productores estadounidenses, que den certeza a ambas partes.
Hoy día, Pemex se atrofia. Si no muere por sus deudas, su corrupción y sus ineficiencias, morirá porque no pudo suministrar gas. Y porque el gobierno no supo elaborar una política integral de gas natural”.
Así de lamentables las decisiones de este gobierno que esperemos rectifique a tiempo, antes de que estos apagones efectivamente se vayan a convertir en un lastre con el que tengamos que lidiar los mexicanos. Y ojalá también, los apagones anunciados no vayan a derivar en consecuencias que tengamos que lamentar respecto a los miles y miles de enfermos que se encuentran conectados a respiradores y aparatos médicos en el marco de la pandemia que se vive.
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@salvadorcosio1