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AMLO, víctima de sí mismo

Andrés Manuel López Obrador ha quedado envuelto en una situación creada por él mismo. El faltar a su palabra, sus promesas incumplidas con los maestros, con los estudiantes, con los defensores de derechos humanos, con los trabajadores de la salud y con grupos de feministas, entre otros, lo ha llevado a un laberinto del que ya comienza a resultarle complejo encontrar la puerta. Tal es el caso que ni siquiera está en condición de usar la salida de emergencia a la que suele recurrir, porque esta vez no puede culpar a los neoliberales, ni a sus adversarios, ni a la derecha, ni a los conservadores de ser responsables de su más reciente tropiezo. Y es que, quienes orquestaron o participaron en la manifestación fraguada para impedirle llegar a la Mañanera del pasado viernes; fue el ‘Pueblo bueno’; ese que dijo le protegería durante todo su sexenio y que ahora parece ha comenzado a darle la espalda.

Los maestros de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE), a los que por muchos años alentó y acompañó en sus protestas, fueron quienes le provocaron que quedara atrapado en su vehículo -no el jetta por cierto-, una camioneta de lujo junto a la comitiva que lo acompañaba en otros vehículos del mismo nivel de confort.

Armados de valor, los manifestantes le reprocharon que fue él quien les mostró el camino de la protesta:

“No tengo miedo porque, esta situación, este lema de bloquear carreteras, nos lo enseñó nuestro propio presidente. A mí me pagaba 500 pesos de Río Bravo por ir a manifestarnos al Zócalo de México, cuando a él le revocaban sus elecciones en tiempo atrás”. “Yo aprendí de él, él fue mi maestro. Nuestro presidente de la República, él fue el maestro mío. Él nos acarreaba, nos pagaba gente, y yo de ahí aprendí a manifestarnos, siempre y cuando que haya la razón”, declaró uno de los manifestantes a representantes de medios de comunicación y cuyo video circula en redes sociales.

Los maestros protestaban en contra del regreso a clases presenciales que arrancó este lunes 30 de agosto. Además, reclamaban la acostumbrada  exigencia de plazas de trabajo y la reactivación de las mesas de diálogo con el gobierno federal.

En la manifestación que impidió llegar al jefe del Ejecutivo hasta la base de la Sedena desde donde se llevaría a cabo la conferencia, también se sumaron estudiantes de escuelas normales, madres de víctimas de violencia, feministas y personal de salud pública que reclamaron insumos médicos, según constató la agencia Efe.
AMLO rechazó ceder a la petición de los manifestantes de atender sus demandadas o reanudar el diálogo. Enfatizó no cedería a chantajes porque esa no es la vía.

“El presidente de México no puede ser rehén de nadie y hemos atendido a los maestros, vamos a seguir atendiendo y he hablado y reunido en 10 ocasiones con la CNTE”, manifestó.

“Por la dignidad de la investidura presidencial no puedo someterme a chantajes de nadie, yo no establezco relaciones de complicidad mafiosas con ningún grupo de interés creados”, afirmó.

“Aquí me quedo, no acepto chantajes”, “me dejan pasar, me respetan y luego hablamos”, expresó a los maestros en un breve diálogo, visiblemente molesto, para después subir el vidrio de su camioneta y no volverlo a bajar.

Más de dos horas fue el tiempo que permaneció el presidente atrapado en su camioneta. “En protesta”, dijo. Ese lapso lo aprovechó para enviar un videomensaje a la conferencia mañanera, en el que se atrevió a compararse con figuras de la talla del sudafricano Nelson Mandela, el indio Mahatma Gandhi o el activista estadounidense Martin Luther King.

“No voy a entrar por la fuerza”, dijo el mandatario.
“Esto es lo que hacía Mandela, Martin Luther King, Gandhi, la no violencia”, agregó en el video transmitido en Palacio Nacional.

En redes sociales no faltó quien le recriminara la osadía de intentar siquiera asemejarse a dichos personajes:

“No Señor, ni Gandhi, ni Mándela menos Luther King dividían al pueblo como Usted lo hace.
Ha perdido el respeto del “pueblo bueno”.
No es rehén son las consecuencias del odio que esparce a diario”, escribió un usuario de Twitter.

El periodista Pascal Beltrán, también comentó al respecto:

“El Presidente Nelson Mandela se caracterizó por bajar las tensiones que había en torno de su acceso al poder. Hizo las paces con sus viejos adversarios —incluso se volvió amigo de varios de ellos— y mantuvo a raya a los radicales de su partido. Fue un promotor de la concordia”.

También le recordaron un comentario propio publicado en redes sociales con fecha del 25 de mayo de 2016, cuando era oposición. Entonces Andrés Manuel escribió:

“En cualquier país de la tierra donde hay conflicto siempre se procura el diálogo, pero EPN, Chong y Nuño se niegan a escuchar a los maestros”.

A cinco años de distancia de aquel tuit, y ya con la investidura presidencial que por tantos años peleó, López Obrador, el mismo que cerró Reforma seis meses, al que no le importaron los transeúntes, los conflictos viales, los negocios, los locatarios, los comerciantes, los empleados ni sus familias; el que incendió pozos petroleros, que convocó a marchas y mítines por todo el país durante más de 20 años sin reparar en las afectaciones que provocaría; y que además en su falta de cordura y razonamiento se declaró presidente legítimo cuando perdió la elección de 2006, ha advertido que no cederá a los chantajes de los manifestantes. Es decir, quien utilizó el chantaje como su forma de presión a los gobiernos mientras integró las filas de la oposición, hoy se llama ofendido porque le reprochan -vía protestas- sus múltiples promesas incumplidas.

Andrés Manuel es víctima de sí mismo.

No es la primera protesta que enfrenta, pero sí una de las más significativas; la que lo mantuvo  atrapado durante más de dos horas en su camioneta de lujo sin poder llegar a su destino, en un acto sin precedente, pero que puede convertirse en una acción recurrente porque el ‘pueblo bueno’ no está dispuesto a seguir esperando, justo cuando el presidente está llegando a la mitad de su sexenio en el Poder y las promesas que les hizo no han sido cumplidas.

opinion.salcosga@hotmail.com
@salvadorcosio1

• Salvador Cosío Gaona

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Es Abogado por la U de G, con estudios de posgrado en Administración Pública, Economía Política, Economía del Sector Publico, Administración Municipal, Finanzas Publicas, Administración y Desarrollo de Recursos Humanos, Financiamiento para el desarrollo y Políticas Publicas, en diversas instituciones. Tiene el Grado de Doctor en Derecho con la distinción Maxima Cum Laude en la Universidad Complutense de Madrid en España.

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