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AMLO, cumplirle a León y a Temaca

Cumplir con los habitantes de León, Guanajuato con mantener en firme el proyecto de la presa El Zapotillo para llevar agua a la sedienta ciudad y al mismo tiempo respetar la promesa a los habitantes de Temacapulín, Acasico y Palmarejo de no inundar los tres poblados con el embalse, es el más reciente reto de Andrés Manuel López Obrador.

Sin embargo, los aspectos técnicos de la obra, hacen imposible cumplir con las dos alternativas. O hay agua para León o se salvan los tres pueblos.

Al menos en tres ocasiones López obrador acudió a Temacapulín en el municipio de Cañadas de Obregón en los Altos de Jalisco, donde selló el compromiso de evitar que la construcción de la presa continuara.

En marzo de 2010, anunció que pediría la intervención de legisladores federales del Partido de la Revolución Democrática (PRD), Partido del Trabajo (PT) y en ese tiempo Convergencia (hoy Movimiento Ciudadano), para presentar un punto de acuerdo que cancelara la construcción de la presa.

Durante esa reunión, incluso reveló que el entonces diputado federal del PT, Enrique Ibarra Pedroza Pedroza, organizaría un encuentro de senadores y legisladores federales con los habitantes de los tres pueblos, lo que efectivamente sucedió un mes después, en abril de 2010.

Ibarra Pedroza, después alcalde interino de Guadalajara por Movimiento Ciudadano, se dio a la tarea de organizar el encuentro que reunió a 16 diputados federales y diez senadores que fueron testigos del compromiso de AMLO.

El viernes 16 de abril de 2010, el tabasqueño advirtió que la presa “no se va a construir” (https://www.youtube.com/watch?time_continue=231&v=e1GULwn6r3c) y luego dijo: “Pensaron que nadie iba a voltear a verlos. Como estos tres pueblos están aislados, pensaron que iban a llevar a cabo el proyecto sin ningún problema, que iban a poder hacer el negocio llevándose el agua de aquí a León, Guanajuato”.

Prometió llevar la lucha al Congreso de la Unión y organismos de derechos humanos para luego enviar un mensaje a las autoridades: “Yo le recomendaría al gobernador de Jalisco (Emilio González Márquez, a Felipe Calderón, a (José Luis) Luege y todos los que están metidos en este negocio, que vayan pensando en otras opciones, porque la presa no se va a construir”.

Pero ya en campaña, López Obrador matizaría el ofrecimiento. El 15 de septiembre de 2017 durante una gira por San Juan de los Lagos, al ser interrogado sobre el tema de la presa, cambió radicalmente su postura:

“No, no van a desaparecer los pueblos. Es un compromiso. Vamos a buscar una solución técnica porque también ya se ha invertido y no se puede desperdiciar el presupuesto, pero el compromiso es no inundar los pueblos”.

La traba técnica

Cuando el gobernador de Jalisco avaló los resultados de la Oficina de Naciones Unidas de Servicio para Proyectos (UNOPS) que determinó que el proyecto original a 105 metros de altura de la cortina era el más adecuado, sostuvo que pensar en una estructura menor era un mito y un falso debate.

No obstante, en el Libro Blanco 03 de la Comisión Nacional del Agua (Conagua) que contiene el proyecto de la presa y acueducto del Zapotillo elaborado en octubre de 2012, la dependencia contemplaba una cortina de 80 metros y diques que en teoría salvarían al pueblo de Temacapulín.

Según el documento que incluye una maqueta de los muros (que tuvo un costo de 49 mil pesos), sería una barda de 220 metros de longitud con una altura de diez metros.

El ex director del SIAPA y director técnico del Organismo Cuenca Lerma-Santiago-Pacífico de la Comisión Nacional del Agua, José Luis Hernández Amaya, presentó al Consejo Académico del Agua de la Comisión Estatal del Agua de Jalisco una ponencia denominada “Las verdades del Verde”.

En su intervención, el funcionario advertía reconoce que con la cortina a 80 metros se inundan los poblados de Temacapulín, Acasico y Palmarejo y que la construcción de diques son inviables por temas de seguridad. Además, menciona que la única forma de no inundar las poblaciones es con una cortina a 60 metros, por lo que la única solución es la reubicación.

Tanto la Manifestación de Impacto Ambiental elaborada por la Conagua para la obra, como el Libro Blanco del proyecto, se da como un hecho que Acasico y Palmarejo quedarían inundados.

Para el caso de Temacapulín, consideran la construcción de dos diques de materiales graduados, uno al norte de 290 metros y otro al sur de 260 metros de longitud y 12 metros de altura, incluyendo 2 metros de bordo libre para proteger al poblado del agua que se almacene en el vaso de la presa.

La misma Comisión Estatal del Agua mediante el oficio DG 1298/2013, avaló la propuesta de la Conagua de los diques y en una medida desesperada hasta propuso otros 18 sitios donde podría construirse la presa.

Pero la Conagua a través del director general del Organismo de Cuenca Lerma, Santiago, Pacífico, José Elías Chedid Abraham, descarta los diques por lo que sostiene que lo único que debe hacerse es reubicar a los habitantes de Temaca.

Argumenta que al ser una cuenca cerrada, los diques obligarían a construir una planta de bombeo de drenaje sanitario y una más para el agua pluvial, ambas con equipos de emergencia por falla de energía eléctrica, pero que en caso de una lluvia extraordinaria no evitarían inundaciones en el poblado y se pondrían en riesgo vidas y bienes materiales.

De acuerdo con el Observatorio Ciudadano del Agua, una cortina a 60 metros impediría que se inunden los tres poblados y permitiría almacenar 146 millones de metros cúbicos, contra los 411 millones de la cortina a 80 metros y los 911 millones de metros cúbicos con la elevación original de 105 metros.

Pero con una cortina de 60 metros se anularía el acueducto y llevar el agua a la ciudad de León, Guanajuato.

Por si fuera poco, la construcción del acueducto está suspendida porque la empresa Abengoa que obtuvo la licitación, se declaró en quiebra; además, ejidatarios de Agua de Obispo tramitaron un amparo para impedir que el acueducto pase por sus tierras.

Ante este panorama, contrario al eslogan de Morena, el partido que llevó a la presidencia a López Obrador, la esperanza para los habitantes de León y de Temacapulín, Acasico y Palmarejo, por el momento ha hecho agua.

• Paralelo Veinte

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