En su fastuoso proyecto de Chalacatepec (ahora “Xala”) en la Costalegre, la empresa Rasa Land siempre ha presumido que los habitantes de la región serán los principales beneficiados y que el progreso por el mega desarrollo los alcanzará también a ellos.
Pero el primer botón de muestra de que esto no es así, ocurre con una red de agua que la compañía intenta introducir desde los márgenes del río San Nicolás hasta el complejo turístico ya en construcción.
Ejidatarios de José María Morelos, municipio de Tomatlán, revelaron que los planes son llevar agua de pozos desde la zona del río hasta Chalacatepec, pero se toparon con la oposición de los habitantes del poblado quienes consideran una burla ver pasar las tuberías por sus viviendas mientras ellos se mueren de sed.
Del exiguo pozo que abastece a la población, apenas reciben el líquido medio día cada ocho días y tienen que llenar tinacos, tambos y pilas, para tener agua para atender sus necesidades.
En octubre de 2021, cuando las obras del tendido de unos 15 kilómetros llegaron al pueblo, los ejidatarios frenearon los trabajos y se opusieron a que siguieran adelante si antes no compartían algo del líquido.
La entonces delegada de José María Morelos, Naely de Jesús Castro Talancón, secundó la petición del ejido y negociaron con el representante de la empresa, Ricardo Santa Cruz Mahoney una toma de ocho pulgadas para el pueblo, además de la construcción de dos depósitos.
Sin embargo, cuando la delegada pidió que se firmara un convenio ante notario, Rasa Land no estuvo de acuerdo y todo se vino abajo.
Unas semanas después, el alcalde de Tomatlán del partido Movimiento Ciudadano, Daniel Ruiz Benavides y el comisariado ejidal de Morelos, Jorge Sánchez Vázquez (impuesto en una irregular asamblea que fue impugnada por la mayoría de los ejidatarios por lo que su inscripción fue negada en el Registro Agrario Nacional), convocaron a una reunión con los ejidatarios.
Recabaron la lista de once inconformes que son los que tramitaron distintos amparos contra el proyecto de Chalacatepec.
Misteriosamente, días después, arribó al domicilio de los once un grupo civil armado para convocarlos a una reunión en El Tuito nada menos que con quien es el jefe de la “plaza”, mediante un “papelito” con una amenaza de que quien no acudiera lo “iban a levantar”. A los que no estaban presentes les dejaron el mensaje a los familiares.
Coincidentemente, fueron señalados por sus nombres los once de la lista previamente recabada en la reunión con autoridades municipales.
La reunión tuvo lugar en diciembre de 2021 y acudieron siete de los once. Algunos no fueron porque estaban enfermos o de viaje en otro estado.
A los que acudieron, los encerraron en una casa de El Tuito donde estaban personas armadas con cuernos de chivo y habló con ellos el jefe de la plaza (que supuestamente abarca desde El Tuito hasta Tomatlán) identificado como “Neto”.
Les preguntó por qué se oponían a los proyectos de Rasa Land y a la red de agua, a lo que los ejidatarios explicaron las invasiones y despojos de la empresa, además de que no aceptan compartir el agua.
El tenso encuentro concluyó con que “iban a investigar” y la advertencia de que podría darse otra reunión a la que tenían que acudir o de lo contrario irían por ellos…
Mientras tanto, la red de agua para Chalacatepec, permanece suspendida. El nuevo delegado de Morelos, José Luis Ibarra Vázquez, mantiene la misma postura de su antecesora y los trabajos no seguirán mientras no compartan un poco del agua para el poblado.
Los ejidatarios llevaron la denuncia de la intimidación y amenazas al gobierno federal quien envió efectivos de la Guardia Nacional y La Marina a patrullar la región. Y por si las dudas, un ejidatario donó cuatro hectáreas para que se instale una base de ambas fuerzas en el ejido.