La compañía española Abengoa, donde realizaron inversiones irregulares varios ex funcionarios del Instituto de Pensiones de Jalisco (Ipejal) que hoy son procesados, es una compañía virtualmente en quiebra que se niega a morir y sigue compitiendo por contratos de agua y energía en distintas partes del mundo.
Hasta 2015 en México tenía 52 contratos con CFE, Secretaría de Energía y otras dependencias, en una historia de operaciones en el país que dejaron siempre malas cuentas.
Entre 2014 y 2015, llegaron desde España las noticias de los malos manejos de la compañía que acumulaba ya una deuda de casi 9 mil millones de euros, lo que representaba un auténtico escándalo.
Pese todo, en Jalisco el Consejo de Administración del Ipejal había autorizado inversiones bursátiles por 604 millones de pesos, mismos que literalmente se esfumaron al no poder responder Abengoa a sus acreedores en distintas partes del mundo.
A fines de 2015 cuando incumplió con los pagos de intereses de cuatro bonos que cotizaba en la Bolsa Mexicana de Valores, sumaba mil 747 millones de pesos de deudas.
Además tenía demandas de Infonavit, Grupo Financiero Invex, Monex Casa de Bolsa, Banco Base, Ixe, International Finance Corporation, Banco Mifel, Mac Funding Corporation y London Fortanting, por 462.1 millones de pesos, para sumar una deuda en México de dos mil 209 millones de pesos.
En 2016, la empresa canceló su participación en una planta de cogeneración de energía para Pemex en Oaxaca; en 2017 también dejó a medio construir la planta de ciclo combinado Norte III en Chihuahua asignada por la CFE, misma que vendió al consorcio formado por Macquarie Capital y Techint Ingeniería y Construcción.
En 2018 Abengoa fue llevada a juicio también por las sociedades Eólica Tres Mesas y Eólica Tres Mesas 2, por incumplimiento de contrato en la construcción del parque eólico Tres Mesas, ubicado en las ciudades de Llera de Canales y Casas en Tamaulipas.
Las citadas sociedades reclamaban un pago de 14.6 millones de dólares por haber dejado tirado los trabajos.
Y pese a su historial de incumplimiento de pagos y obras, Abengoa presume que en 2021, la CFE le adjudicó cuatro contratos para desarrollar proyectos de distribución en Mérida, Yucatán; Cancún, Quintana Roo; Cuidad Obregón, Sonora y Mexicali, Baja California.
No solamente eso, el gobierno federal informó que en breve se reanudarán los trabajos de la termoeléctrica de Huexca, Morelos, misma que impactará a esa entidad, a Puebla y a Tlaxcala.
En el proyecto de 440 millones de dólares, también participa la compañía española Abengoa.
La manzana de discordia es el gasoducto que recorre los tres estados y se conecta con la termoeléctrica, lo que ha sido rechazado por comunidades indígenas.
Sin embargo, el presidente López Obrador impulsó una consulta donde supuestamente la mayoría de la población estuvo de acuerdo en continuar los trabajos.
Las últimas “dagas” de Abengoa ocurrieron en el proyecto del acueducto El Zapotillo-León, Guanajuato. La empresa española ganó la concesión y obtuvo 680 millones de pesos de apoyo del Fideicomiso de Administración del acueducto y cien millones de pesos más del Sistema de Agua Potable y Alcantarillado de León (Sapal), para sumar 780 millones de pesos.
Pero el acueducto fue cancelado por el presidente de México y la compañía reclama cinco mil millones de pesos como indemnización.
No sería la primera vez. En 2013, Abengoa le ganó a México un arbitraje por haber cancelado una planta de desechos peligrosos en Zimapán, Hidalgo. Aunque la inversión era de 12 millones, obtuvo 45 millones de dólares como compensación de sus futuras ganancias…
Irónicamente, mientras en nuestro país siguen contratando a Abengoa (del sector oficial), en España el gobierno rechazó un plan de apoyo por 249 millones para la compañía en quiebra que arrastra una deuda de seis mil millones de euros.