Mientras China insiste en que ya ha entregado toda la información concerniente al surgimiento del coronavirus, de acuerdo con la cuenta de X antes Twitter, SARS-COV-2, la pandemia por COVID-19 ha tomado nueva fuerza y ha encendido las alarmas en Estados Unidos de América, siendo que se reportaron 6 millones 678 mil nuevas infecciones en una semana. Actualmente, 1 de cada 50 estadounidenses está infectado con COVID-19. La transmisión es actualmente mayor que durante el 82,3% de la pandemia.
Según el especialista mexicano, Alejandro Macías, la actividad de COVID-19 es intensa actualmente en los Estados Unidos. “Se estima una de cada 50 personas infectadas. En México lo sentiremos dentro de algunas semanas”, advirtió.
Como es de todos conocido, el Covid-19 mató a millones de personas en el mundo, destrozó economías y abrumó los sistemas de salud. La Organización Mundial de la Salud (OMS) publicó un comunicado el lunes diciendo que era un “imperativo moral y científico” que China compartiera más información.
Las cifras oficiales de la OMS hablan de 777 millones de contagios y 7 millones de muertes por COVID en un lustro, aunque, según la propia agencia, estas cifras son conservadoras. Muchos casos no fueron reportados y seguramente los fallecidos fueron tres veces más, hasta 20 millones.
La OMS aprovechó el quinto aniversario del inicio de la pandemia para pedir nuevamente a China mayor transparencia sobre los orígenes de la enfermedad, cuyos primeros casos se notificaron el 31 de diciembre de 2019.
«Continuamos pidiendo a China que comparta datos y brinde acceso, con el fin de que entendamos los orígenes del COVID-19. Es un imperativo moral y científico, pues sin transparencia y cooperación entre países el mundo no podrá prepararse para futuras epidemias y pandemias», señaló un comunicado de la agencia sanitaria.
Misiones de la OMS viajaron en dos ocasiones a China para intentar dilucidar los orígenes de la enfermedad. Sus expertos sostienen que todas las teorías siguen abiertas, incluida la de una posible fuga desde un laboratorio, aunque reconocen que la más probable es la de un salto al hombre desde otras especies animales.
Por su parte, China aseguró el martes (31.12.2024) que siempre «se ha adherido al espíritu de apertura científica y transparencia» y que ha «apoyado activamente la investigación mundial» sobre el coronavirus.
La portavoz de la cancillería china, Mao Ning, declaró en rueda de prensa que «China fue el primer país en compartir información sobre el brote y la secuencia genética del virus con la OMS y la comunidad internacional».
Mao aseveró que su país «compartió sin reservas su experiencia en prevención, control y diagnóstico y tratamiento, haciendo así grandes contribuciones a los esfuerzos de la comunidad internacional para combatir la epidemia».
Según la vocera, China «es el único país que ha invitado al grupo internacional de expertos de la OMS en varias ocasiones para cooperar en la investigación sobre el origen del coronavirus».
Mao agregó que el gigante asiático «ha compartido la mayor cantidad de datos y resultados de investigación y ha hecho la mayor contribución a la investigación mundial».
Según la portavoz, los expertos de la OMS que visitaron China aseguraron que «fueron a todos los lugares que querían ir, conocieron a todas las personas que querían conocer y vieron todos los materiales que querían ver». MS.
Pero el asunto es que la Organización Mundial de la Salud no está del todo conforme con la información que China ha proporcionado y aprovechó el lunes cuando se cumplió el quinto aniversario del inicio de la pandemia de COVID-19 para pedirle nuevamente mayor transparencia sobre los orígenes de esta enfermedad, cuyos primeros casos se notificaron el 31 de diciembre de 2019.
“Continuamos haciendo un llamamiento a China para que comparta datos y brinde acceso con el fin de que entendamos los orígenes de la COVID-19. Es un imperativo moral y científico, pues sin transparencia y cooperación entre países, el mundo no podrá prepararse para futuras epidemias y pandemias”, señaló un comunicado de la agencia sanitaria.
La OMS recordó en el comunicado que en el último día de 2019 su oficina en China recogió una notificación en la web de la Comisión Municipal de Salud de Wuhan(ciudad del centro del país) en la que mencionaba los primeros casos de neumonía de origen desconocido que después serían atribuidos a un coronavirus, el SARS-CoV-19.
“Activamos sistemas de emergencia el 1 de enero de 2020, informamos al mundo el 4 de enero y entre el 9 y el 12 publicamos ya una serie de guías completas para los países”, recordó la OMS en su nota para conmemorar el aniversario.
En ella pidió “recordar las vidas perdidas, reconocer a los que siguen sufriendo por COVID-19 y covid persistentes, y agradecer a los trabajadores sanitarios que tanto se sacrificaron por cuidarnos”.
La falta de transparencia ha sido motivo de preocupación internacional. En marzo de 2023, la OMS reveló que China ocultó información sobre el origen del virus. Datos científicos recopilados por el Centro para la Prevención y Control de Enfermedades de China fueron subidos a una plataforma de acceso abierto y posteriormente eliminados, lo que obstaculizó la investigación sobre los inicios de la pandemia.
Además, el gobierno chino ha sido señalado por reprimir a periodistas y voces críticas que cuestionaron la gestión de la crisis sanitaria. Reporteros Sin Fronteras documentó que, incluso con la pandemia bajo control, China mantuvo su hostilidad hacia las voces críticas, encarcelando a más de un centenar de periodistas por no acatar las versiones del régimen
La censura también se extendió a ciudadanos que intentaron informar sobre la situación en Wuhan durante los primeros meses del brote. Periodistas ciudadanos como Chen Qiushi y Fang Bin desaparecieron tras reportar desde el epicentro de la pandemia, y otros fueron arrestados por difundir información considerada sensible por las autoridades
La controversia en torno a los orígenes del virus enfrentó durante años a China y a países como Estados Unidos, cuyas autoridades llegaron a pedir a la OMS que investigaran de forma prioritaria la posibilidad del escape del patógeno de un laboratorio, algo que causó indignación en el régimen comunista chino.
Esta combinación de falta de transparencia y represión ha dificultado la comprensión global del origen del COVID-19 y ha generado críticas sobre la gestión de la información por parte de China. La comunidad internacional continúa presionando para obtener datos precisos que permitan prevenir futuras pandemias y garantizar una respuesta más efectiva ante crisis sanitarias globales.
Todo lo anterior, se da, como ya mencioné al inicio, en el contexto de un nuevo estado de alerta en los Estados Unidos de América ante el incremento de niveles de COVID-19 que comenzaron a aumentar justo antes de las vacaciones de invierno.
Se ha señalado que en años anteriores, los niveles de covid-19 solían empezar a subir a principios de noviembre y alcanzar su pico estacional a finales de diciembre. Pero este año, los niveles fueron casi los más bajos de la historia durante octubre y todo noviembre, según los datos de vigilancia de aguas residuales de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos.
Sin embargo, las tendencias comenzaron a cambiar a principios de diciembre, y los niveles pasaron de bajos a altos a mediados de mes. En la semana que terminó el 21 de diciembre, había casi tres veces más covid-19 circulando en EE.UU. que durante la semana que terminó el 7 de diciembre, según muestran los datos de los CDC.
El tema es que el COVID no se ha ido y parece estará pronto de regreso en territorio mexicano. Habrá que estar alertas y atentos.
*con información de medios
@salvadorcosio1