Mientras existe gente que sigue negando el cambio climático que amenaza la estabilidad de nuestros ecosistemas, la propia naturaleza se encarga, cada vez con mayor frecuencia, de enviarnos señales del riesgo que todos corremos si no se toman las acciones correspondientes para frenar esa tendencia negativa que nos lleva directo a una catástrofe. Países como Estados Unidos lo siguen negando, pero es una realidad que el desajuste climático que experimenta nuestro planeta avanza más rápido de lo previsto.
Todavía hace algunos años veíamos en las noticias ciertos fenómenos naturales en otras latitudes que nos llamaban la atención pero se observaban lejanos e incluso poco creíbles, tsunamis, deshielos, devastadores incendios, huracanes, sequías, y altas temperaturas. Pero hoy, no podemos dudar más, la propia naturaleza ha venido a tocarnos la puerta para mostrarnos su fuerza, su poder y darnos una prueba de lo que puede hacer si no tomamos conciencia pero sobre todo, acciones para corregir todo lo que por décadas hemos hecho mal.
La madrugada del pasado domingo, en la Zona Metropolitana de Guadalajara (ZMG) específicamente en las confluencias de los municipios de Guadalajara y Tlaquepaque, se registró una sorpresiva e histórica granizada que en cuestión de minutos alcanzó más de metro y medio de altura, dejando escenas asombrosas que más bien semejaban a las de una gran nevada, pero no, las dantescas imágenes que dieron la vuelta al mundo mostraban acumulación de hielo, dejando cuantiosos daños económicos y un asombro difícil de olvidar para propios y extraños en esa zona de la capital jalisciense.
Al día siguiente fueron los guanajuatenses quienes presenciaron una tormenta similar y no menos impactante por aquellas tierras.
Hace algunos días, el secretario general de la Organización de Naciones Unidas (ONU), Antonio Guterres, en Abu Dabi, reclamó una acción urgente para evitar una catástrofe al dirigirse a las autoridades mundiales que estaban reunidas en los Emiratos Árabes Unidos, donde la producción de hidrocarburos aún es uno de los principales impulsores de la economía.
“Estamos aquí porque el mundo enfrenta una grave urgencia climática”, declaró Guterres durante una reunión de dos días sobre el clima, previa a una cumbre que se celebrará el 23 de septiembre en Nueva York.
Agregó que el desajuste climático está ocurriendo ahora y avanza incluso más rápido de lo que preveían los mejores científicos mundiales y supera los esfuerzos para luchar en su contra.
Una situación que continuará empeorando a menos que actuemos ahora con ambición y urgencia, añadió. El Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático (IPCC, por sus siglas en inglés) publicó un informe en 2018 en el que advertía que si se limitaba el aumento de las temperaturas a 1.5 °C en lugar de a 2 °C, como prevé el Acuerdo de París de 2015, se reducirían fuertemente las consecuencias negativas del cambio climático.
Pero limitar el aumento de las temperaturas globales a +1.5 °C implicaría reducir casi 50 por ciento las emisiones de gases con efecto invernadero para 2030 respecto a 2010, según el IPCC, algo que ciertos países muy contaminantes cuestionan.
En tanto, durante la cumbre del G-20, el cambio climático fue otro de los temas que abordaron los mandatarios reunidos en Osaka, Japón, pero EEUU reiteró, incluso desde antes de la cumbre, que mantendría su posición de abandonar los Acuerdos de París.
Por su parte, los líderes de las economías desarrolladas y emergentes llegaron a un acuerdo, que deja claramente establecido el compromiso de los 19 países de ir más adelante del Acuerdo de París, y así quedó establecido en la declaración oficial.
Habrá que recordar que el Acuerdo de París tiende un puente entre las políticas actuales y la neutralidad climática que debe existir a finales del siglo.
En esa oportunidad, los Gobiernos acordaron:
-El objetivo a largo plazo de mantener el aumento de la temperatura media mundial muy por debajo de 2 °C sobre los niveles preindustriales
limitar el aumento a 1,5 °C, lo que reducirá considerablemente los riesgos y el impacto del cambio climático.
-Que las emisiones globales alcancen su nivel máximo cuanto antes, si bien reconocen que en los países en desarrollo el proceso será más largo.
-Aplicar después rápidas reducciones basadas en los mejores criterios científicos disponibles.
Antes y durante la conferencia de París, los países presentaron sus planes generales nacionales de acción contra el cambio climático (CPDN). Aunque los planes no bastarán para mantener el calentamiento global por debajo de 2 °C, el Acuerdo señala el camino para llegar a esa meta.
Y mientras los principales gobernantes del mundo generan las acciones a seguir, como ya se comentó, nuestro país sufre inusitadas granizadas, del otro lado del mundo las altas temperaturas causan severos daños en el viejo continente, donde se ha registrado una ola cálida en Europa y récords de calor en Francia, las temperaturas mientras en Alemania e Italia el mercurio seguía disparado.
En Francia, donde se batió el récord absoluto de temperaturas el viernes, con 45.9 °C en el sur, las temperaturas cayeron una decena de grados en París y en el noroeste, aunque en el este del país seguía haciendo bastante calor, con hasta 36 o 37 °C.
Se registraron al menos ocho decesos a causa de esta canícula, procedente del Sahara: cuatro en Francia, dos en España y dos en Italia. La mayoría eran personas ancianas u obreros de la construcción.
La ola de calor, de una intensidad excepcional para un mes de junio, provocó numerosos incendios en Francia y en España, y hubo quienes tuvieron que abandonar sus casas. Los viñedos del sur de Francia también se vieron duramente afectados. Cerca de Montpellier, en el sur de Francia, la viticultora Catherine Bernard aludió a un golpe de secador.
Una zona del planeta arde, otra sufre deshielos, una más comienza a moverse con mayor frecuencia e intensidad provocando terremotos y tsunamis, vemos atípicas granizadas torrenciales, pero lamentablemente muchos siguen sin tomar conciencia de que aunque sea de a poco, todos debemos ayudar para alcanzar a modificar y prevenir una catástrofe que tal vez nosotros no veremos, pero nuestros hijos sí, y eso es lo que debemos evitar.
Opinión.salcosga@hotmail.com
@salvadorcosio1