Este 4 de mayo en el marco de la Marcha Mundial de la Marihuana, nuevamente centenares de mexicanos salieron a manifestarse en las principales ciudades de México para exigir la legalización del consumo recreativo, un tema que si bien nuestro país sigue en esa dirección, también es cierto que ha sido lento su transitar para lograr dar ese paso definitivo que pareciese ya lo único que lo detiene es un tema burocrático en el Congreso de la Unión.
En este contexto habrá que recordar que la despenalización de la marihuana cuenta con el visto bueno del presidente de la Republica, Andrés Manuel López Obrador (AMLO), quien desde la campaña presidencial esbozó en varias ocasiones el punto posicionándose a favor de la despenalización para uso lúdico y recreativo, y luego en etapa de transición, justo antes de que tomase posesión el nuevo gobierno, la nombrada -en ese entonces- para fungir como Secretaria de Gobernación, Olga Sánchez Cordero, se pronunció en el sentido de que el Gobierno de AMLO una vez que entrara en funciones impulsaría las reformas necesarias para darle vida a la legalidad, a la permisibilidad, para darle uso a la mariguana con fines lúdicos, medicinales y científicos.
Entre los pasos adelante que ha dado México hacia la legalización, no podemos soslayar que en noviembre del año pasado La Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) resolvió como inconstitucional prohibir el consumo recreativo de la marihuana y estableció jurisprudencia a seguir en el tema. “Todo comenzó porque un grupo de ciudadanos pidió a la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris) que les diera un permiso para sembrar y consumir marihuana recreativa, sin fines de lucro. La Cofepris, única institución capaz de expedir un permiso de tal naturaleza, les contestó que no. Se solicitó un amparo, y la Suprema Corte decidió que negarles el permiso equivale a violar su derecho a la libre determinación de la personalidad. Este proceso se repitió ocho veces en febrero, más que suficiente para generar “jurisprudencia”; es decir, que de ahí en adelante todas las cortes federales tienen que fallar en el mismo sentido. Además, se abrió un periodo, que termina en septiembre, para que los legisladores puedan ajustar las leyes necesarias para garantizar el libre uso recreativo de la marihuana. Estamos todavía en ese periodo de espera. Y aunque el fallo de la corte es histórico, no contempla la “comercialización” del producto, ni su uso medicinal. Para eso, tenemos que contar otras historias”, según publica Televisa.news.
No está demás mencionar que este fallo de la Suprema Corte quiere decir que el máximo tribunal de México dejó sin validez los artículos de la Ley de Salud que prohibían actividades relacionadas con el uso personal o consumo de cannabis, entre ellas sembrar, cultivar, cosechar, preparar, poseer y transportar.
En cuanto al uso medicinal, desde 2017, el gobierno del expresidente Enrique Peña Nieto despenalizó el uso de la marihuana con fines medicinales. Se supone que ahora mismo ya es legal, pero en la práctica, acceder a un permiso de exportación de las medicinas es virtualmente imposible.
Algunos opinan que la Cofepris simplemente no estaba preparada para afrontar ese proceso, y que el gobierno se apresuró a la despenalización para uso medicinal sin contar con el diseño institucional adecuado. En parte ha sido así, pero también ha influido que los “Lineamientos” publicados a finales de 2018, tuvieron que ser revocados por la Secretaría de Salud por un tema arancelario y porque no sólo contemplaban su uso medicinal, sino también su inclusión en bebidas y alimentos chatarra. Como sea, estamos en espera de que esos lineamientos se ajusten para que puedan operarse adecuadamente, y que la burocracia pueda resolver el asunto y las personas que necesitan esas medicinas por fin cuenten con la posibilidad real de acceder a ellas fácil y legalmente”.
Mientras tanto, se sabe que en el Congreso de la Unión se discutirá en breve un proyecto para reglamentar su uso lúdico, se dice que la propuesta de la Secretaria de Gobernación que plantea la producción y comercialización de la cannabis tendría el visto bueno de la mayoría de diputados y la razón de la lentitud de su avance es meramente burocrático.
Esta batalla que se da en contra de las sustancias, se ha venido perdiendo por la forma inadecuada de su manejo que ha generado el enriquecimiento de los carteles, de los capos o de los grupos crimínales y de quienes hacen negocio en esta ilegalidad. De igual forma el enriquecimiento, el empoderamiento y la perdición de muchos jóvenes que no solo reciben el impacto del uso de la hierba o de la sustancia química sino que también son arrastrados por el tipo de negocio, por las características económica que conlleva con muchas razones también de orden social y cultural a la perdición más allá del uso o abuso de la droga o el enervante.
Por ello es importante dejar de estar solamente en un discurso y pasar a las acciones; que se revisen ya las fórmulas adecuadas para que se den los pasos necesarios que faltan y para que en un esquema que además genere un tipo de economía haya control, haya protección y haya atención médica para los que de una forma u otra son ya adictos a este tipo de sustancias.
En suma, no es una cuestión de si va a suceder o no, definitivamente algo va a pasar. Simplemente se requiere que la máquina burocrática camine para generar los lineamientos básicos y ver cómo discurre el tema en el Poder Legislativo. Por ahora, justamente queda en las manos del Congreso, quien tiene un plazo establecido por la Suprema Corte, del que no pueden escapar.
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