La lucha de las Mujeres ha sido incansable desde principios del siglo pasado; ha transitado por situaciones de desventaja que no terminan porque todavía existen bastantes espacios por conquistar; en la actividad productiva, en la salud, en la seguridad social, en la educación, en la pobreza, en la vida política y en la lamentable violencia que sigue ejerciéndose en su contra.
Este 8 de marzo, en que se conmemora el Día Internacional de las Mujeres, irrumpe en medio de fuertes controversias tanto a nivel estatal como nacional. Se presenta precedido por semanas particularmente reveladoras y que permiten hacer visible las condiciones de vulnerabilidad de las féminas en este estado y en este país.
Si bien no se pueden desconocer grandes avances en algunos de los tópicos, tampoco se puede negar que como sociedad aún estamos muy lejos de alcanzar por ejemplo, una igualdad en equidad de género, que no hemos sido capaces de brindarles seguridad, de protegerlas, de garantizarles una vida digna, ni siquiera en temas tan básicos como seguridad y atención a la salud.
Su estado de indefensión se hizo visible el pasado miércoles, cuando el Congreso de Nuevo León votó una ley que penaliza el aborto, aun frente a las múltiples protestas de organizaciones y ciudadanos. Para muchas mujeres, esta nueva legislación las coloca en situación de vulnerabilidad y va en detrimento de los derechos de las ciudadanas. Señalan que “su concepto de proteger la vida se reduce a promover el miedo, la culpa, la desinformación y la soledad”.
Pero también es manifiesto que el empoderamiento de la mujer es real y va creciendo con base en sus fortalezas, y en su determinación para salir a enfrentar enemigos de todos los tamaños y exhibir que son muchas, que están juntas y que no están dispuestas a dejarse intimidar, ningunear ni relegar.
La semana pasada nos quedó muy claro esto que comento, cuando causó revuelo una noticia en los medios de comunicación que hablaba de una decisión del presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) a través de la cual anunciaba que, al igual que en el caso de las estancias infantiles, retiraría los recursos destinados a los refugios para mujeres para entregarlos directamente a las personas.
De inmediato las damas se pronunciaron desde todos los ámbitos y trincheras y reprobaron tal determinación al grado que apenas unos días después tuvo que salir el propio López Obrador a desmentir la declaración, y repetir una y otra vez en la tradicional “mañanera” que todo había sido una confusión y que los refugios para mujeres continuarían aunque con algunas modificaciones como que dependerían ahora de la Secretaría de Gobernación y que responderían al estado y municipios, y que no solo no desaparecerían los refugios sino que se incrementarían el número de instalaciones para la atención de mujeres violentadas para cubrir en cierta forma, la deuda añeja que han tenido los gobiernos en este tópico con las mujeres mexicanas.
En el ámbito local, de manera reciente el gobernador Enrique Alfaro Ramírez fue blanco de críticas desde todos los sectores y también hubo de recular en un tema que no gustó a las féminas como fue la desaparición del Instituto Jalisciense de las Mujeres para dar paso a la creación de la Secretaría de Igualdad Sustantiva propuesta para sustituirlo. El mandatario tuvo el mal tino de atentar contra una instancia que tiene reconocimiento y credibilidad a nivel estatal, nacional e internacional. La extinción fue aprobada por el Congreso de Jalisco con los votos de las bancadas de Movimiento Ciudadano, PRD, PT y Partido Verde.
Tras la inconformidad de activistas por los derechos de las mujeres que se hicieron escuchar fuerte y claro incluso en la ciudad de México para hacer valer sus derechos, Alfaro Ramírez rectificó su postura y anunció que la recién creada Secretaría de Igualdad Sustantiva Entre Hombres y Mujeres se dedicará exclusivamente al Mecanismo de Adelanto para las Mujeres (MAM), es decir, se consagrará a coordinar las políticas públicas para promover el desarrollo integral de las niñas y mujeres del Estado.
Y sin bien no se trata de triunfos pírricos, tampoco se pueden soltar las campanas al vuelo cuando queda tanto por lograr.
En la agenda de las autoridades debe aparecer como prioridad brindarles seguridad, garantizarles que pueden hacer uso de las calles con total libertad y tranquilidad sin la zozobra de si podrán o no regresar a casa sin sobresaltos. Las mujeres no pueden seguir muriendo a manos de sus novios, de sus esposos y/o de la delincuencia. El estado está obligado a respetarles sus derechos, y procurarles seguridad.
Este 8 de marzo nos recuerda las luchas, los movimientos y los logros obtenidos por el mal llamado “sexo débil”, que desde hace mucho tiempo nos ha mostrado que no existe nada más alejado de la realidad que esa denominación, y que también nos impone reflexionar sobre los temas en los que aún se tiene una enorme deuda con ellas, las Mujeres de Jalisco y de México; desigualdad, discriminación, violencia, feminicidios, igualdad de género, participación política, son algunas de las frases claves en el tema de las Mujeres.
Opinion.salcosga@hotmail.com
@salvadorcosio1