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Este martes, a través de un video en redes sociales, el presidente electo Andrés Manuel López Obrador (AMLO), anunció que está en conversaciones con el presidente Donald Trump y con el Primer Ministro de Canadá Justin Trudeau para lograr un acuerdo de inversión entre empresas y gobiernos de los tres países que permita impulsar actividades productivas, que generen empleo y crecimiento económico para que la gente tenga empleo en sus lugares de origen y de esa manera, atendiendo lo fundamental, se enfrente el fenómeno migratorio.
Esta táctica económica, semejante al Plan Marshall que dispusieron los Estados Unidos de América después de la Segunda Guerra Mundial para la reconstrucción de Europa Occidental, podría ser la estrategia que catapulte al nuevo presidente de México ante los ojos del mundo como un estadista que merece la atención y el respeto de propios y extraños, principalmente después de que se ha colocado en una situación incómoda respecto al caso de los miles de migrantes que transitan por diferentes estados de la República Mexicana con la firme intención de internarse en los Estados Unidos de América en donde el presidente Donald Trump no quiere saber absolutamente nada de ellos y está resuelto a impedir a cómo dé lugar que las caravanas de indocumentados pisen suelo estadounidense.
El Plan Marshall —oficialmente llamado European Recovery Program, ERP— fue una iniciativa de Estados Unidos para ayudar a Europa Occidental, en la que los estadounidenses dieron ayudas económicas por valor de unos 13 000 millones de dólares de la época para la reconstrucción de aquellos países de Europa devastados tras la Segunda Guerra Mundial. El plan estuvo en funcionamiento durante cuatro años desde 1948. Los objetivos de Estados Unidos eran reconstruir aquellas zonas destruidas por la guerra, eliminar barreras al comercio, modernizar la industria europea y hacer próspero de nuevo al continente; todos estos objetivos estaban destinados a evitar la propagación del comunismo, que tenía una gran y creciente influencia en la Europa de posguerra. El Plan Marshall requirió de una disminución de las barreras interestatales, una menor regulación de los negocios y alentó un aumento de la productividad, la afiliación sindical y nuevos modelos de negocio «modernos».
El asunto de las caravanas migrantes ha alcanzando niveles de alto riesgo y ya se observan focos rojos principalmente en lo que se refiere a la relación con el vecino país del norte, que a través ce su polémico presidente ha puesto a prueba no solo la inteligencia del Gobierno actual, al que ha retado a que deporte a los centroamericanos, sino también al que asumirá el próximo 1 de diciembre bajo la batuta de López Obrador que deberá hacer una lectura excelsa y actuar con maestría a fin de salir victorioso de este parteaguas.
El objetivo del presidente Trump es que los migrantes esperen en México hasta que sus solicitudes de asilo se resuelvan, proceso que llevaría más de un año. El lunes sugirió que México debería enviar de regreso a los migrantes tras haberlos recibido con gases lacrimógenos y balas de goma que disparó la patrulla fronteriza al grupo que intentó derribar la cerca que lo separa de nuestro país.
Desde el principio la postura de Andrés Manuel ha sido brindar apoyo a los indocumentados, les prometió visas de trabajo y les ha ofrecido empleos durante la construcción del Tren Maya. Se comprometió a defender sus derechos humanos. Ante los amagos de Trump, se mostró firme y reiteró que las libertades de los migrantes centroamericanos estarían a salvo y esperaba lograrlo sin afectar la relación de amistad con el gobierno estadounidense.
El próximo secretario de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard, dijo que ya se trabaja en la elaboración de un plan con la Cepal, Honduras, Guatemala y El Salvador para impulsar el desarrollo y empleo en Centroamérica. Dicha estrategia será presentada en Marruecos el 10 y 11 de diciembre en la Conferencia Intergubernamental para el Pacto Mundial sobre Migración y se estima una inversión extranjera a México y Centroamérica de 20 mil millones de dólares. Esta cifra, según el futuro Canciller, se plantea debido a que es el presupuesto que tiene planeado Andrés Manuel López Obrador para el sureste del país.
Bajo este panorama, parece que AMLO ha encontrado una salida decorosa e incluso exitosa en un momento en que se ha puesto a prueba su capacidad de solventar el primer gran problema internacional en su sexenio que iniciará el 1 de diciembre.
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