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Cesjal, destinado a desaparecer

El Consejo Económico y Social del Estado de Jalisco para el Desarrollo y la Competitividad (Cesjal) agoniza a 13 años de su creación. La iniciativa para abrogar la ley que le dio vida ya se encuentra en las comisiones del Congreso del Estado donde finiquitarán a este organismo que nació con un espíritu noble pero que fracasó por malos manejos, envidias, y abuso de poder entre otros motivos que le impidieron cumplir con su cometido.

Como diputado en la 57 Legislatura del Congreso del Estado tuve la oportunidad de presenciar cuando se gestó el proyecto del Consejo Económico y Social. Antes de ello pude conocer iniciativas que realizaron el entonces senador Raymundo Gómez Flores, y el que fuera diputado Alfonso Gómez Godínez, pero también debo decir que conocí de cerca la mecánica y el funcionamiento de Consejos similares que dieron la pauta para la creación del de Jalisco, que fueron los que existieron desde hace muchos años en España. El fin de estas instituciones era el conjuntar el esfuerzo, el pensamiento, la acción de la sociedad conformada por instituciones del sector productivo, del sector social, académico, asistencial, sindical, en sí, la suma de las voces de la sociedad de una entidad para que tuviera eco en el estado.

Es importante establecer que el modelo original del Cesjal significaba una conjunción de esfuerzos sociales para impulsar las tareas de la sociedad participando en el Gobierno. Tenía que ver con el apoyo, la participación de la confección de la ley del presupuesto de egresos de Jalisco, de la ley de ingresos, de las entidades fiscales en general y de todo lo que tenia que ver con desarrollo global y regional, igualmente buscando la cohesión social.

El espíritu original era un ente sólido tutelado por el estado con el manto de pertenecer a la institución estatal pero de alguna forma con la autonomía que le daba no depender económicamente del presupuesto del estado y preservar una posibilidad de crítica constructiva, de manera tal que no tenia empleados estatales y las entidades que lo conformaren tenían que aportar su estructura; las universidades sus equipos de estudio y de investigación, el sector privado sus organismos, sus esquemas de análisis propios igual que las estructuras sociales y asistenciales. Todas tenían una posibilidad de ejercer tareas, el asunto es que empezó a deformarse, se generó una estructura burocrática, se canalizó demasiado prepuesto, se deterioró, podemos decir que se corrompió en algún sentido sin que se pueda llegar a algo criminal pero sí algo que se sale del espíritu original para el que fue creado.

La historia la conocemos, el CESJAL llegó a tener un presupuesto muy grande, mejor que el de muchas entidades necesarias del estado con poco esfuerzo, poco trabajo, pocos resultados, incumplimiento de sus actividades formales y por eso fue que después de mucho tiempo, conozco el tema porque fui consejero, representante de la CROM algún tiempo.

En la campaña pasada una de las propuestas principales que tuve fue así, crasamente, la desaparición del CESJAL porque no existe una utilidad real. Desde mi campaña, al momento de presentar la “Agenda de  Competitividad y Promoción Económica”, adelanté que este Consejo estaba destinado a desaparecer porque fracasó en su encomienda de convertirse en el eje rector de las diferentes expresiones de la sociedad. Debía desaparecer, lo dije, porque se distinguió desde el principio por sus malos manejos, por manoseos, por envidias, por abuso de poder y por competencia insana entre los sectores así como por  la manipulación incluso financiera en un organismo amorfo, en un frankestein que demostró que no servía para nada como estaba diseñado.

Mi planteamiento fue transferir su presupuesto, que había venido dilapidando,  para el fortalecimiento de un instituto que ya existe y que se le ha dado demasiada poca importancia, me refiero el Instituto del Emprendedor y la Competitividad, que está ahí, pero pareciera que no existe, no tiene presupuesto, no está estamentado debidamente, no tiene la importancia que le marca la legislación. Entonces el desaparecer al CESJAL no produce ningún efecto negativo, darle todas las ventajas no funcionó, debió de haber funcionado, debió haber sido un instrumento de potencialización del desarrollo, no lo es, ha sido manzana de discordia, y ha sido manoseado.

opinión.salcosga@hotmail.com
@salvadorcosio1

• Paralelo Veinte

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