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Tan fallido como su sexenio, así resultó el corazón que el presidente Enrique Peña Nieto intentó dibujar al aire con sus manos, desde el balcón de Palacio Nacional la noche del 15 de septiembre durante el Grito de Independencia. Hasta su hija Paulina Peña se muestra sorprendida en la imagen pues ni ella ni nadie entendió ese gesto que el presidente intentó enviar a los mexicanos. ¿Habrá querido decir que nos quiere mucho? ¿Que nos manda su corazón? ¿O intentó decirnos “corazoncitos” como AMLO a las reporteras?
Solo el propio mandatario saliente sabe qué fue lo que le dictó su mente pero que sus dedos se negaron a expresar. Lo cierto es que sus manos retrataron a la perfección el colofón de lo que fueron sus seis años de gobierno; quizá una buena intención pero algo desastroso en los hechos. Una administración que se distinguió por la corrupción, por los muertos, por los desaparecidos y por la inseguridad.
El horror, la zozobra, la intranquilidad que vive la sociedad mexicana a causa de la inseguridad, es consecuencia de una infame estrategia que nunca existió como tal, se dejó el mando a la deriva, no se dio la coordinación, la anunciada gendarmería nacional no se logró. El proyecto del mando único fracasó. Los muertos superaron a los de Felipe Calderón que había declarado una guerra a la delincuencia organizada.
El número de homicidios dolosos registrados en julio pasado impuso un nuevo récord en relación a las dos últimas décadas, al registrarse tres mil 17 víctimas en las 32 entidades federativas, de acuerdo al reporte mensual que entrega el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP); dos mil 104 personas fueron asesinadas con arma de fuego; 320 con un arma blanca; 552 con un objetivo no especificado, y en 41 casos se desconoce la forma en la que se cometió el asesinato.
Un dato escalofriante fue el que reveló el Registro Nacional de Personas Extraviadas o Desaparecidas (Rnped); hasta abril de este año, en México había 37 mil 435 personas desaparecidas en los últimos dos sexenios, de los cuales, 22 mil 938 fueron vistas por última vez entre el 1 de enero de 2013 y el 30 de abril de 2018. Según el portal “LNN”, en 64 meses del gobierno de Peña Nieto hay un promedio de doce casos de desaparición al día; sin embargo, el reporte lleva poco menos de cinco meses sin actualizarse, por lo que la cifra podría aumentar. Un desaparecido cada dos horas en México.
No se tiene certeza del número de muertos y desaparecidos. Existe un incontable número de familias buscando a sus desaparecidos a sus muertos, buscando una justicia que no tienen ninguna seguridad de encontrar. Las cifras oficiales y las de los diferentes organismos y asociaciones no cuadran. Y cómo se va a saber cuántos son y dónde están si cada vez aparecen más fosas clandestinas por todo el suelo mexicano. Miles de fosas en que los delincuentes encubren a sus víctimas.
Enrique Peña Nieto, quien no es capaz ni siquiera de dibujar un corazón en el aire, dejará inconclusas muchas de sus promesas de campaña. Fueron 266 los compromisos que el presidente saliente se propuso cumplir bajo el eslogan “Te lo firmo, te lo cumplo”. 96 de seis compromisos estaban relacionados con el mejoramiento y construcción de medios y vías de transporte a nivel nacional. Uno de los proyectos que levantaron más polémica fue el tren de alta velocidad que contemplaba reducir tiempos y costos de traslado entre la Ciudad de México y Querétaro.
El Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (NAICM) es otro de los proyectos inconclusos. El presidente Enrique Peña presentó el proyecto el 3 de septiembre de 2014, considerada la principal obra de infraestructura de su administración con una inversión de 120,000 millones de pesos. Actualmente la obra está inmersa en la polémica toda vez que el presidente electo anunció que convocará a una consulta popular para que sean los mexicanos quienes decidan si continúa o no la construcción.
La prometida Reforma Hacendaria quedó en una simple reforma fiscal, simple miscelánea similar a la que se hace cada año creando nuevos impuestos o incrementando montos de los ya existentes o inventado nuevas normas reglamentarias con el fin de infligir más carga fiscal a los mismos contribuyentes sin ampliar la base de contribuyentes ni amainando la economía informal.
El balance apunta a un fracaso rotundo en todos los ámbitos, su mejor apuesta fueron las Reformas y las que no son susceptibles de echar abajo por el próximo presidente tampoco han redituado de forma importante en la economía o el bienestar de las familias.
En este contexto es oportuno preguntar: Cuál será el legado de Peña Nieto a los mexicanos? ¿Los miles de muertos y desaparecidos? ¿La absurda ‘verdad histórica’ de los trágicos sucesos en Guerrero en relación con los normalistas de Ayotzinapa? ¿Las ilusorias y fallidas ‘Reformas Estructurales? ¿La fugas y capturas del Chapo? ¿La aprehensión y posterior libertad de Elba Esther Gordillo? ¿Las historias de corrupción personal y familiar como la famosa ‘Casa Blanca’? ¿El fallido nuevo TLCAN? ¿La inseguridad, violencia, barbarie y miles de restos humanos descuartizados encontrados en cientos de fosas clandestinas? ¿Las tonterías, ocurrencias y actitudes que lapidaron la institución presidencial? ¿Propiciar el gran hartazgo social y prohijar la transición y el consecuente derrumbe de su partido?.
La gente percibe este sexenio como uno de los peores de la historia moderna. Una administración marcada por la corrupción, y teñida por la sangre.
Así recordarán seguramente los mexicanos los seis años de gobierno de EPN, el presidente que superó la guerra contra la delincuencia declarada por su antecesor Felipe Calderón; la superó porque incrementaron los muertos a manos de los malos, las cifras de desaparecidos y los niveles de inseguridad.
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@salvadorcosio1
