De confirmarse que el juzgado de Instrucción 4 de Madrid abrió Diligencias Previas sobre la presunta comisión del delito de blanqueo de capitales del empresario mexicano Manuel Barreiro y del empresario español Juan Pablo Olea Villanueva, en favor del candidato presidencial mexicano, Ricardo Anaya, entonces las cosas se pondrán color de hormiga también para el aspirante emecista al gobierno de Jalisco, Enrique Alfaro Ramírez.
De acuerdo con la información que se dispone, son 14 las empresas con direcciones ficticias en España las que ayudaron a que las autoridades de esa nación abrieran una investigación que vincula al panista.
Hay que recordar que hace más de una semana, el Diario OK, dio a conocer que el Banco de España y el Servicio Ejecutivo de la Comisión de Prevención del Blanqueo de Capitales e Infracciones Monetarias, había iniciado una investigación en contra del candidato Anaya Cortés por supuesto lavado de dinero.
Vale la pena destacar que dicha averiguación comenzó tras una denuncia anónima, y hasta el momento, se ha filtrado información en el sentido de que las autoridades europeas ya investigan esas firmas. En la denuncia se dice que hay una serie de irregularidades fiscales en al menos 14 empresas establecidas en España, donde los nombres de Manuel Barreiro y Juan Pablo Olea Villanueva aparecen como inversionistas.
Lo anterior es de suma relevancia en virtud de que estamos a poco más de un mes para la jornada electoral en nuestro país, y esto lo sabe muy bien el primer círculo de asesores del abanderado naranja en la entidad.
Ya desde hace algunas semanas, es evidente que parte de la estrategia de Alfaro Ramírez es marcar una clara distancia con Ricardo Anaya. A diferencia de Carlos Lomelí, que en buena medida apalanca su campaña en la figura de Andrés Manuel López Obrador, Enrique sólo promueve su plan para la refundación del Estado, sin hacer contacto discursivo con las propuestas de Ricardo Anaya.
Todo indica que guardar esta lejanía con el aspirante presidencial es una medida preventiva y casi obligada, pues en el supuesto de que en los próximos días la justicia española constate que Ricardo Anaya está siendo investigado por el blanqueo de capitales, el daño a su proyecto político sería inevitable, y quizás, devastador.
Es obvio que algo anda mal en la relación política Alfaro-Anaya. No se necesitan dos dedos de frente para percatarse de que Enrique optó por trazar y transitar su propia ruta; y si se analiza con objetividad, en términos estratégicos, para él y su causa, es lo correcto, ya que no son tiempos para tentar a la suerte.
Vienen semanas intensas en las campañas. Mientras que por un lado Enrique Alfaro buscará a toda costa mantenerse como el puntero en las preferencias electorales, por su parte, el candidato de la Coalición Juntos Haremos Historia, Carlos Lomelí, tratará de capitalizar las constantes visitas de Andrés Manuel a Jalisco para continuar su vertiginoso ascenso en todas las encuestas.
Así las cosas, llegó el momento de confirmar lo que muy pocos sostenemos desde hace meses: la elección del 1 de julio jamás ha estado definida.