Aunque habrá más candidatos a la “distinción”, tal vez el mote del embaucador por el día de los “santos inocentes” se lo puede llevar Ramón Sierra Cabrera, el personaje que diseñó una estrategia para tomar por asalto la presidencia municipal de Villa Corona en una película en la que llevó al baile hasta al mismo gobernador.
Pese a que fue en el 2016 cuando es desenmascarado y literalmente expulsado del municipio, su historia se remonta a 2015 cuando desde la organización Consejo de Vigilancia de Villa Corona, realiza labores de promoción personal con vista a las elecciones de ese año.
Impedido como estaba por una averiguación penal pendiente en su contra por el delito de lesiones, decide enviar a su subalterno Rodolfo Ruvalcaba Muñoz como candidato a la presidencia municipal por el Partido Humanista, según consta en el acuerdo IEPC-ACG-070/2015 del cuatro de abril de 2015.
Pero en lugar de hacer campaña, fue el propio Ramón Sierra Cabrera quien toma su lugar y encabeza mítines, realiza caravanas y numerosas promesas para los habitantes de Villa Corona a cambio de que le den el voto al Humanista.
En las oficinas de campaña, una imagen del propio Sierra de unos seis metros de altura daban la bienvenida a los sorprendidos ciudadanos que estaban “hechos bolas” porque ya no sabían entonces por quién iban a votar.
El activismo de este sujeto motivó que el PAN presentara la queja PSE-QUEJA-133/2015 en la que pedía medidas cautelares y el retiro de la propaganda que para entonces ya se desbordaba por las bardas del pueblo.
Una comisión integrada por varios consejeros, visitó Villa Corona y constató las quejas, pero sorpresivamente en la resolución RCQD-IEPC-081/2015, decidieron declarar improcedentes las medidas solicitadas porque efectivamente el tal Ramón Sierra no era candidato a ningún puesto.
Además, en un anexo para nariz roja, revelaron que el citado individuo había cedido su nombre y figura por lo que se convirtió en la imagen del partido en ese municipio.
Ya con la luz verde de las autoridades electorales, Sierra dio rienda suelta a la campaña, ganó la elección –-aunque votaron por Rodolfo Ruvalcaba Muñoz—y se decidió a gobernar como si fuera el presidente.
Como “Autoridad Municipal”, encabezó sesiones de ayuntamiento, desfiles, entregó obras, y gestionó apoyos con el gobierno estatal y la Cámara de Diputados. El último de sus numeritos fue encabezar el 15 de septiembre la ceremonia del Grito de Independencia usurpando las funciones del verdadero alcalde.
A principios de diciembre, se tomó la foto con el gobernador Aristóteles Sandoval y con Miguel Castro Reynoso -–hoy flamante precandidato del PRI a la gubernatura–, al recibir a nombre del ayuntamiento y de manos de las autoridades estatales, un camión para el traslado de estudiantes en la región.
Pronto se colocaría al volante y grabaría un mensaje para sus redes sociales diciendo que era otra de sus promesas cumplidas… pero días después de este episodio “huyó” del municipio ante el cúmulo de carpetas de investigación armadas en su contra por la Fiscalía, ante las cuales obtuvo un amparo.
Ahora, en vísperas de los “Santos Inocentes”, podemos contar que Ramón Sierra Cabrera estuvo en primera fila en los cursos que brindó el IEPC –-el mismo que una vez engañó con sus maniobras–, quien le otorgó capacitación para recabar las menos de 600 firmas que necesita para ser candidato independiente a la presidencia municipal ahora de Acatlán de Juárez, municipio vecino de Villa Corona.
Mientras arma su equipo que recolectará sus firmas, Sierra combina el tiempo con la filmación de un video de su nuevo sencillo –-porque también es cantante–, el cual pretende ser profético porque se llama: “El Presidente”.