Los taxis autónomos están a punto de revolucionar el transporte urbano, con varias compañías tecnológicas y automotrices lanzando sus propios modelos. Entre ellas, Tesla, liderada por Elon Musk, ha presentado su propuesta para un «robotaxi».
Musk anunció que los Tesla Model 3 y Model Y estarán equipados con el sistema Full Self-Driving (FSD), lo que les permitirá operar como taxis autónomos sin necesidad de conductor. Tesla planea lanzar este servicio en varias ciudades de Estados Unidos a partir de 2025, sumándose a compañías como Waymo y Cruise, que también están en la carrera por dominar el mercado de los taxis automáticos.
Tesla promete que su servicio de robotaxis será altamente competitivo, con precios por debajo de los actuales servicios de transporte compartido, como Uber o Lyft. Los vehículos de Tesla están diseñados para operar sin intervención humana, utilizando un conjunto avanzado de cámaras, radares y el software de inteligencia artificial de la compañía.
Musk ha mencionado que los precios por trayecto podrían ser significativamente más bajos que los de un taxi tradicional, lo que podría hacer que el uso de vehículos privados sea menos atractivo en comparación con estos taxis autónomos.
Por su parte, Waymo, la subsidiaria de Alphabet, y Cruise, de General Motors, ya han lanzado programas piloto en ciudades como Phoenix y San Francisco. Los modelos utilizados por estas compañías incluyen el Waymo One y el Chevrolet Bolt, ambos equipados con tecnología de autoconducción. Las pruebas han demostrado que estos vehículos pueden navegar de manera segura en áreas urbanas complejas, y se espera que ambos servicios expandan sus operaciones comerciales en 2024.
Además de Estados Unidos, Tesla y otras compañías están considerando la expansión a mercados internacionales, donde ciudades como Singapur y Tokio están ajustando regulaciones para recibir este tipo de tecnología.
Mientras tanto, los costos iniciales para utilizar estos servicios se mantendrán competitivos con los de los taxis tradicionales, pero con la promesa de disminuir a medida que el sistema se masifique y la tecnología se abarate.
La entrada de Tesla en este mercado representa un paso más hacia el futuro del transporte autónomo, en el que los taxis automáticos podrían volverse una opción dominante en las grandes ciudades, prometiendo no solo eficiencia, sino también una alternativa más económica y sostenible.