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Mi Macro Periférico, el sistema de transporte masivo que opera en Guadalajara, ha sido una de las inversiones más ambiciosas en infraestructura urbana en la región. Con un costo aproximado de 9,000 millones de pesos, esta obra se construyó con el objetivo de mejorar la movilidad en la ciudad, conectando puntos clave a lo largo del Anillo Periférico. Desde su inauguración, ha representado un cambio significativo en la manera en que miles de tapatíos se desplazan diariamente, ofreciendo una alternativa al transporte convencional y prometiendo reducir los tiempos de viaje en una de las arterias más transitadas de la metrópoli.
El sistema transporta anualmente a más de 90 millones de pasajeros, consolidándose como un eje central en la movilidad de Guadalajara. Sin embargo, la creciente demanda ha generado quejas recurrentes entre los usuarios, quienes reportan una saturación constante en las unidades, especialmente durante las horas pico. A pesar de las intenciones iniciales de ofrecer un servicio eficiente y cómodo, muchos pasajeros se ven obligados a viajar en condiciones de hacinamiento, lo que ha generado un malestar generalizado y cuestionamientos sobre la capacidad real del sistema para atender las necesidades de la población.
Además de la saturación, los usuarios han expresado su descontento por las fallas recurrentes en las puertas y unidades de Mi Macro Periférico. Estas averías no solo generan retrasos, sino que también ponen en riesgo la seguridad de los pasajeros. Las quejas incluyen puertas que no cierran correctamente, unidades que se detienen inesperadamente y problemas técnicos que afectan la frecuencia de los viajes. Estos incidentes han incrementado la preocupación sobre el mantenimiento y la operación del sistema, poniendo en duda la eficacia del servicio.
Otro aspecto que ha generado polémica es el impacto de Mi Macro Periférico en el tráfico vehicular. Al haber destinado un carril exclusivo para el sistema a lo largo del Periférico, los automovilistas han experimentado un aumento significativo en los tiempos de traslado. Este embotellamiento ha afectado tanto a conductores particulares como a vehículos de carga, generando críticas sobre la planificación urbana y las medidas tomadas para mitigar el impacto en el tráfico. Los retrasos en horas pico han generado frustración entre los automovilistas, quienes ahora deben enfrentar un tráfico aún más denso en una de las vialidades más concurridas de la ciudad.
A pesar de las críticas, Mi Macro Periférico sigue siendo una pieza fundamental en el plan de movilidad de Guadalajara. Las autoridades han anunciado medidas para mejorar el servicio, incluyendo el aumento de unidades y el mantenimiento preventivo de las existentes. Sin embargo, la implementación de estas mejoras y su efectividad en la resolución de los problemas actuales será clave para determinar el éxito a largo plazo de este ambicioso proyecto. La ciudad, mientras tanto, sigue adaptándose a la nueva realidad que Mi Macro Periférico ha traído a su dinámica urbana.
