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Lo que comenzó siendo un vuelo placentero y tranquilo, se convirtió en una pesadilla para los pasajeros del Boeing 77-300 de Singapur Airlines que, de un momento a otro, sintieron como el avión se desplomó, en medio de fuertes turbulencias.
En el vuelo viajaban 211 pasajeros y 18 tripulantes. El avión partió del aeropuerto londinense de Heatrow, con destino a Singapur. Pero transcurridas 10 horas del viaje, se encontró con «turbulencias extremas».
Los pasajeros narraron historias de terror. Aquellos que no llevaban puesto el cinturón de seguridad, salieron volando y golpearon contra el techo del avión, o contra las luces. Comenzaron los gritos. También la tripulación resultó herida.
Un británico de 73 años perdió la vida. Según las autoridades tailandesas, padecía problemas del corazón y sufrió un ataque cardíaco. Su esposa viajaba con él. Fueron 10 minutos de movimientos bruscos, que a los pasajeros les parecieron una eternidad.
«Las pertenencias de la gente quedaron desparramadas, el café y el agua salpicaban el techo. Laceraciones en la cabeza, oídos sangrantes. Una señora gritaba de dolor con la espalda maltrecha», contó uno de los pasajeros, quien intentó en vano ayudar al hombre que perdió la vida.
Según informó el canal oficial de televisión tailandesa, una decena de ambulancias se movilizó hasta el pie de la pista del aeropuerto donde el avión aterrizó de emergencia, para atender a los más de 30 heridos y trasladarlos al hospital, en donde los esperaban para que darles la atención médica que requerían. Se reportaron al menos seis pasajeros graves.
Los pasajeros que resultaron ilesos abordaron un nuevo avión para trasladarse a Singapur, que era el destino final.
Conforme a los datos del portal Flight Radar, que registra los vuelos en todo el mundo, el avión de Singapur Airlines sufrió una súbita pérdida de altitud durante 4 minutos, por la que descendió desde 11.200 metros a 9.400 metros, cuando aparentemente logró estabilizarse.
