Por Carlos Martínez Macías
Al calor de las campañas, candidatos de distintos partidos políticos en Guanajuato, ofrecieron como futuras acciones de gobierno o gestiones ante el gobierno federal, reactivar el proyecto de traer agua de la presa El Zapotillo desde los Altos de Jalisco, a la sedienta ciudad de León.
Incluso el mismo candidato presidencial de Movimiento Ciudadano, Jorge Álvarez Máynez, dijo a los leoneses, que la solución del agua “no puede perjudicar a otra región”, por lo que no descartaba traer de nuevo el proyecto de la presa El Zapotillo, pero aclaró que era necesario una mesa de conciliación entre Jalisco y Guanajuato.
También la candidata a la gubernatura por el PAN, Libia García Muñoz Ledo, dijo que Guanajuato no renunciará al agua que le corresponde del interrumpido proyecto del Zapotillo y culpó al gobierno federal de haberle negado a los habitantes de León, el derecho que tenían a esa agua por decreto.
Y hasta el candidato al senado por Morena, Ricardo Sheffield, señaló que el proyecto de traer agua de la presa El Zapotillo para Guanajuato todavía es posible porque el decreto sigue vigente.
Y acusó que el mandatario de Jalisco, Enrique Alfaro, pudo aliarse con la federación para garantizar solamente el agua para su estado; por lo que acotó que si te peleas con esa entidad lleva la de ganar Jalisco, porque la presa está de aquel lado y tiene el control de la cuenca…
Las promesas de campaña de candidatos de distintos partidos de resucitar el proyecto de traer agua de la presa El Zapotillo a pesar de haberse cancelado el acueducto para León, motivó que ambientalistas, activistas y hasta integrantes del Comité “Salvemos Temacapulín, Acasico y Palmarejo”, viajaran a esa ciudad y encabezaran una rueda de prensa.
En la misma, criticaron que los candidatos pretendan resucitar el trasvase de agua de Los Altos al estado de Guanajuato, porque esto ya no es posible. El proyecto original de 911 millones de metros cúbicos de la presa se redujo a 300 millones, con una cortina de 80 metros que además cuenta con vertederos para evitar inundar los pueblos.
Aclararon que el agua no alcanzaría para León y los pueblos afectados no están dispuestos a que se siga ofreciendo esta alternativa.
Sin embargo, más allá del malestar de los eternos defensores de Temaca, los candidatos en sus promesas de campaña tienen parte de razón, ya que el decreto de distribución de agua de la cuenca del río Verde que data de 1997, donde se le asignan a la ciudad de León, Guanajuato, un total de 120 millones de metros cúbicos anuales, sigue vigente.
El presidente Andrés Manuel López Obrador anunció la cancelación del acueducto de El Zapotillo a León –que motivó que la empresa Abengoa, que recibió la concesión, demandara al gobierno—y hasta expidió un decreto de restauración ecológica para la región que impacta la presa, pero nunca derogó el decreto que publicó el entonces presidente Ernesto Zedillo.
Mientras López Obrador no deje sin efecto el decreto, en León, sin importar los colores partidistas, tienen derecho a reclamar los volúmenes amparados en el mismo.
Juan Guillermo Márquez, presidente del Observatorio Ciudadano del Agua, me confió que, en 2023, le dijo personalmente al presidente que urgía derogar ese decreto; en febrero pasado lo volvió a ver y le recordó lo mismo, a lo que López Obrador prometió hacerlo antes de concluir su gobierno, para lo cual tendría que generarse otro nuevo acuerdo.
Lo mejor para Los Altos de Jalisco, sería declarar la cuenca del río Verde de interés público, donde se destine agua para uso público urbano, pero también que determine a la región como zona prioritaria para la producción de alimentos.
Por el momento, Juan Guillermo dice que con la presa El Zapotillo, sin haber dejado sin efecto el decreto de 1997, hacen de cuenta que les entregaron la casa… pero sin las escrituras.