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En medio de la crisis por los desaparecidos en Jalisco, la Fiscalía del Estado parece revelar un “modus operandi” para atajar las movilizaciones y realizar investigaciones exprés para reducir las presiones.
Ocurrió con el caso de la joven Sandra Analí Ramírez Hernández, cuando en una conferencia sobre los “avances” sobre su desaparición, el fiscal Luis Joaquín Méndez y la fiscal Blanca Trujillo Cuevas, revelaron videos donde la joven aborda un camión del transporte público para trasladarse a la central camionera y de ahí viajar a Querétaro, por lo que suponen que se fue por cuenta propia.
Sin embargo, la familia de la joven insiste en que mientras no sea localizada, Sandra Analí, está desaparecida. Además, consideran que un video no puede confirmar que la mujer no esté en riesgo, o si se fue por su voluntad o coaccionada.
Pero sucedió también con el caso de los ocho jóvenes desaparecidos que trabajaban en un call center en Zapopan.
Los trabajadores de dicho centro, desaparecieron entre el 20 y 22 de mayo pasado y una semana después, ya se había lanzado la hipótesis de que formaban parte de una estructura criminal que se dedicaba a cometer fraudes contra norteamericanos a través de la figura de tiempos compartidos.
Amigos cercanos a la familia, comentaron a quien esto escribe, que esto solamente fue el principio de una re victimización, ya que la oficina descrita como un centro criminal, estaba completamente limpia porque se llevaron teléfonos, computadoras y documentos, por lo que es extraño el resultado de la investigación.
Cuando fueron encontradas el 31 de mayo 45 bolsas con restos humanos en la colonia Mirador Escondido en la barranca, apenas unas horas después las autoridades confirmaron que se trataba de los ocho jóvenes desaparecidos.
Sin embargo, según fuentes consultadas, los familiares fueron citados a la fiscalía de desaparecidos donde les mostraron fotografías de restos para hacer la identificación.
Algunos familiares salieron tristes de la diligencia y otros muy molestos, porque no era posible identificar al hijo por segmentos de un cuerpo. Aun así, el área turnó el caso a homicidios para que levantaran la denuncia y de ahí al Servicio Médico Forense para las labores periciales.
Especialistas consultados, me comentan que se trató de un acto irresponsable por parte de la autoridad. En un trance como éste, los familiares deben ser acompañados por psicólogos, trabajadoras sociales, un criminólogo y en esencia un equipo multidisciplinario que los prepare para ver segmentos de lo que podría ser un hijo o una hija, además de que, por protocolo, solo pueden mostrarse fotografías del rostro o tatuajes, siempre y cuando no haya lesiones visibles.
Más aun, no puede haber una identificación plena cuando los genetistas no han concluido las confrontas de cada segmento para armar los ocho cuerpos. Fuentes del mismo Instituto Jalisciense de Ciencias Forenses, revelan que los genetistas recibieron la instrucción de concentrarse en los restos hasta terminar los peritajes y dejar de lado el cúmulo de cadáveres en espera de identificación.
Hay cuerpos que están incompletos porque no se han completado las confrontas con cada resto, lo que podría llevar entre 10 y 45 días, por lo que, en sus prisas, la Fiscalía del Estado no debió confirmar la identidad de los jóvenes cuando hay un proceso genetista sin concluir.
Por si fuera poco, en el servicio forense recuerdan que la grieta en la barranca donde rescataron las bolsas con los supuestos jóvenes segmentados, es un sitio donde en el pasado ya habían encontrado restos.
Es más, en las mismas pesquisas de hace unos días, fueron hallados algunos huesos y en el colmo del absurdo, fueron citados a la fiscalía, familiares con desaparecidos en los últimos dos años, a quienes mostraron fotografías de las osamentas para ser identificadas.
