Estamos inmersos en la mayor cuesta de enero en 22 años, y no se puede dejar de advertir un rotundo fracaso del Gobierno en el poder que desde hace cuatro años no ha sido capaz de controlar los precios, afectando directamente a los que menos tienen.
Decir que un kilo de huevo se compra en alrededor de 80 pesos y en entidades como Oaxaca y Veracruz en más de 100 pesos, es un signo inequívoco de que la inflación en México volvió a aumentar tras finalizar el mes de enero del 2023, y con ello múltiples productos de la canasta básica, resultando mayormente afectado el sector de la población con menor poder adquisitivo. En México, “primero los pobres”, sobre todo al momento de sentir los efectos negativos de la inflación en su capacidad de compra. El Coneval informó que las personas que viven en zonas rurales necesitan un aproximado de 1,644 pesos para comprar alimentos de la canasta básica, mientras que los que radican en zonas urbanas deben quitarle a sus carteras un aproximado de 2 mil 144 pesos mensuales. En tanto una familia de cuatro personas en la zona metropolitana de Guadalajara necesitará de un ingreso de 8 mil 576 mensuales para la alimentación y los alimentos que más se encarecieron hasta el corte de enero del 2023 fueron:Maíz y sus derivados
Pan y galletas Carnes Frutas y verduras Bebidas gaseosas y jugos Cereales (arroz, avena, etc.) Leguminosas (frijol) Leche, quesos, huevo y otros lácteos Aceites Alimentos preparados Azúcar y mieles El país terminó con una tasa de inflación de 7,82%, un porcentaje mucho mayor para los hogares con menores ingresos debido a sus patrones de consumo y el aumento proporcional del gasto que registran las familias respecto a sus niveles de ingreso. Según un análisis del Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO), las personas más pobres destinan una fracción mayor de sus ingresos a la compra de alimentos, los que han registrado un aumento de más de 14% al cierre de 2022. Así, la inflación para los hogares del primer decil (con un ingreso promedio de 3.313 pesos al mes, de acuerdo con los cálculos del Inegi), experimentaron una inflación de 9,7%, mayor a la generalizada y, en cambio, los hogares con ingresos mayores a los 54.000 pesos, experimentan una inflación menor. Los esfuerzos para mejorar la capacidad de compra no son suficientes. El incremento de 20 por ciento al salario mínimo, que el Gobierno mexicano ha presumido como una “recuperación del 90% del poder adquisitivo” de los trabajadores con este ingreso, en realidad es menor. David Lozano, académico del Centro de Análisis Multidisciplinario (CAM) de la Facultad de Economía de la UNAM, señala en entrevista que la recuperación real del salario mínimo no es del 90%, sino del 42%. “Para que la recuperación fuera del 90% no tendría que haber cambios sobre los precios, se tendrían que haber quedado estáticos”, comenta. Adicionalmente, solo 6,4 millones de trabajadores formales percibe un salario mínimo de una base de población económicamente activa de más de 57 millones de mexicanos que percibe un ingreso. Más del 80 por ciento de los empleados en el país se encuentran entre los deciles tercero y sexto, con ingresos que van de los 7.425 a los 13.369 pesos al mes y quienes también han experimentado una inflación mayor a la estimada por el Inegi para todo el país. Flor Reyes, una trabajadora doméstica de 52 años, nota claramente cómo gasta más en comida. “Hay que estirar el gasto para comer, no queda de otra”, comenta en consulta. Pese a que existen alimentos que han registrado aumentos menores, o incluso han tenido una disminución de precio, el consumo realmente no varía, según el economista de la UNAM. “Se cree que porque tienen más dinero, podrían comprar mucho más, pero la tendencia no es a comprar más, sino a ajustar el gasto”, señala. Para los trabajadores de la llamada clase media y quienes están sujetos a los incrementos salariales contractuales, el incremento en el poder adquisitivo ha sido marginal. De acuerdo con cifras del Banco de México, la subida para este sector de la población ha sido de 8,4% hasta noviembre de 2022. “A diferencia del salario mínimo, solamente han registrado una mejora del 4%, porque los salarios contractuales han subido directamente en dinero entre 4 y 5%, el resto han sido subidas a las prestaciones”, precisa Lozano. La brecha entre pobres y ricos es cada vez más evidente. Hasta antes de la crisis sanitaria por el coronavirus en el país, eran los hogares de mayores ingresos los que registraban una mayor inflación, sobre todo por el costo de insumos como la electricidad o el gasto en artículos electrónicos, pero esta tendencia se revirtió en 2021 y se profundizó al cierre de 2022. “El 10% de los hogares con los mayores ingresos destinan más recursos a servicios como la educación y mantenimiento de vehículos, los cuales han registrado menores tasas inflacionarias”, señala el IMCO. La desaceleración de los niveles inflacionarios, la fortaleza del tipo de cambio con el dólar y la estabilidad geopolítica a nivel internacional son factores positivos para mejorar los niveles de compra de los mexicanos. “Si mejoran los ingresos por petróleo, se mejoran los programas sociales, subsidios para los combustibles, o mejoras de compra de alimentos”, dice Lozano. Sin embargo, los subsidios que ha dedicado el Gobierno para contener los precios, ya están pasando factura al Gobierno. “Si bien medidas como los subsidios a las gasolinas han sido más efectivos para contener la escalada de precios energéticos, implican un alto costo para las finanzas públicas, por lo cual son muy difíciles de implementar por tiempo indefinido sin que representen un riesgo para la Hacienda pública”, precisa el IMCO. De acuerdo con el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval) la canasta básica de alimentos se encareció un 11%, mientras que la ampliada que representa a bienes y servicios aumentó un 8% en zonas urbanas y 9% en rurales. En enero de 2023 la inflación general aumentó, para ubicarse en 7.91% la más alta desde enero del 2001. El componente subyacente, que refleja mejor la tendencia de la inflación, se situó en 8.45%, sorprendiendo al alza, ello ante un descenso más lento que el previsto en la inflación de las mercancías alimenticias y el repunte en la de los servicios. Para 2023 y 2024, las expectativas de inflación se incrementaron nuevamente, mientras que las de mayor plazo disminuyeron ligeramente, aunque permanecen por arriba de la meta, detalló Banxico. El Índice Nacional de Precios al Consumidor (INPC) presentó una variación de 0.68 % con respecto al mes anterior, con este resultado, la inflación general anual se colocó en 7.91 por ciento. En el mismo mes de 2022, la inflación mensual fue de 0.59 % y la anual, de 7.07 por ciento. El índice de precios subyacente que corresponde a las mercancías, los alimentos, las bebidas, el tabaco, los servicios como la vivienda, educación, etc; se registró en tasa mensual en 0.71%, mientras que la anual fue de 8.45%. En el caso del índice no subyacente que pertenece a los alimentos, los energéticos, productos agropecuarios y pecuarios, así como las tarifas del Gobierno, reportaron un incremento a tasa mensual de 0.87%, mientras que la anual fue de 6.32%. “Primero los pobres”, la frase favorita del presidente y que tanto le ayudó para llegar a la silla presidencial, quedó en eso, en una frase. El propio López Obrador se quitó la máscara hace pocos días y admitió “ayudar a los pobres es solo una estrategia política”. opinion.salcosga@hotmail.com @salvadorcosio1