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La batalla por Guadalajara

Tanto las encuestas publicadas como las que son de consumo interno para los gobiernos metropolitanos y el estatal, arrojan tres datos consistentes si hoy fuera nuestra cita con las urnas: uno, que el alcalde tapatío Pablo Lemus ganaría con un amplio margen la elección por la gubernatura; dos, que el presidente de Tlajomulco, Salvador Zamora, se alzaría con el triunfo en Guadalajara; y tres, que Morena como marca- estaría en condición de competencia con Movimiento Ciudadano en cuanto a la intención del voto se refiere.

Lo anterior nos dice con toda claridad que la batalla electoral por la capital no será un paseo en calandria.

Hagamos una breve reflexión del tema.

Para empezar, si en MC hay quien supone que la victoria está garantizada en la llamada perla de occidente, comete una equivocación.

Si bien Lemus Navarro se ubica en el Top Ten de los ediles mejor evaluados del país, lo cierto es que eso no asegura la continuidad de la fuerza naranja por una razón elemental, además de que Pablo dejará la vara muy alta para el que aspire, es probable que la gente ejerza un voto diferenciado, como ya ha ocurrido en el pasado.    

Recordemos también que el desgaste partidista y del mismo ejercicio en el poder, jugará en contra del emecismo; por otro lado, consideremos que hay bastantes tiradores –algunos francamente sin ninguna posibilidad, sin embargo su autopromoción provoca confusión y malestares intestinos-lo que deteriora el ambiente al interior de ese instituto político. Y por lo que se ve, se tornará cada vez más denso y poco propicio para la concordia.

En condiciones así, es clave para los miembros de la mesa sobre la que se tomarán las decisiones, que la selección del candidato sea la correcta.

Por ahora, según me han confiado, la única determinación es que la causa será abanderada por un hombre, y es en esa tesitura, que sólo hay tres nombres que verdaderamente se contemplan: Salvador Zamora, Clemente Castañeda y Salvador Caro.

¿Por qué? Porque en lo concerniente a Zamora, éste ha demostrado lealtad inflexible al gobernador y ha desempeñado un papel bien calificado al frente de la cuna del alfarismo.

Mientras, Clementeque en realidad busca repetir en el Senado- pasó a ser el “rómpase en caso de emergencia” si las cosas se complicaran para el primero.

Y en lo que respecta a Caro Cabreracompadre de Enrique Alfarocon mucha dignidad hace su luchita por colarse en el ánimo de la población y figurar en los sondeos de opinión.      

Aunque debemos contemplar algo. En el implacable mundo de la grilla, las habilidades y las competencias son fundamentales al momento de las designaciones.

Para encabezar un proyecto, resultan más importante las habilidades que las competencias; un alcalde alcanza efectividad  por sus habilidades como líder, no por sus competencias técnicas o profesionales, lo que no sucede en la gestión administrativa, donde las competencias son indispensables en los funcionarios, ya que su rol es la de hacer un papel trascendente en pro del titular del ejecutivo.             

Bajo esa lógica, Salvador Zamora aventaja a sus correligionarios.

Pero bueno, ¿y qué con el Movimiento de Regeneración Nacional?

Pues que Alberto Uribe logró lo que nadie vio venir: redujo a una sola carta la baraja morenista.

@oscarabrego111

@DeFrentealPoder

• Óscar Ábrego

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Empresario, consultor en los sectores público y privado, escritor y analista político.

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