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Algunos opinantes comenzaron a barajar nombres de personajes que estarían interesados en abanderar las causas de Movimiento Ciudadano rumbo a palacio municipal de Guadalajara en las elecciones del 2024.
Y aunque hay quienes consideran ocioso hacerlo, en lo personal creo que en el implacable e impredecible mundo de la grilla, incluso la especulación y los pronósticos prematuros, forman parte de un ejercicio periodístico que bien puede brindar orientación y plantear escenarios probables.
Para empezar, no está por demás decir una obviedad, conquistar la alcaldía tapatía es un logro mayor. Vaya, la historia de la clase política de Jalisco no puede entenderse sin la poderosa silla del primer edil.
¿Nombres? Marco Valerio, Verónica Delgadillo, Clemente Castañeda, Juan José Frangie y Salvador Zamora.
De esta lista -que de seguro se ampliará conforme avancen los meses- me parece que, más allá de la autopromoción que cada quien haga de su persona, en la actualidad sólo son tres con posibilidades reales: Clemente, Juan José y Salvador.
Aquí una primera aproximación.
Clemente Castañeda Hoeflich, gran operador nacional de Enrique Alfaro y miembro fundador de la corte naranja, es uno de los citados en la lista. Se asegura que lleva mano debido a su labor al frente de MC y su rol protagónico en las decisiones del gobernador. Quienes lo conocen afirman que su fortaleza radica más en el cabildeo legislativo y la articulación de estrategias. También se dice que tiene talento pero su debilidad es que adolece de carisma. De cualquier modo, soy de los que opina que en virtud de que no posee dotes de liderazgo efectivo para enfrentar los desafíos propios de una administración municipal, su próxima escala será en la cámara baja o el congreso del Estado en calidad de coordinador.
De Juan José Frangie, podemos advertir que por ahora se mantendrá concentrado en sacar adelante el colosal reto que significa gobernar Zapopan. No obstante –hay que reconocerlo- la mancuerna que hace con Pablo Lemus genera expectativas.
Por supuesto, la lógica nos indica que podría pretender seguir los pasos de su amigo; pero, con independencia de que cuenta con las cartas credenciales para visualizarse como sucesor de Lemus Navarro, todo apunta a que su siguiente responsabilidad sería como jefe de gabinete en el supuesto de que Pablo se convierta en el gobernador, algo sumamente factible.
Sin embargo, de los actores que se comenta en los espacios deliberativos, quien ha construido las condiciones para reclamar la posición –que yo sepa no lo ha hecho- es Salvador Zamora.
Siempre leal al alfarismo, ha respondido de buena manera a la encomienda de salvaguardar el bastión de su partido en Tlajomulco, municipio en el que comenzó la historia que ya conocemos.
Sin hacer mucho ruido, Zamora escribe un curriculum amplio y consistente. Su trayecto como legislador y hoy como alcalde reelecto, lo coloca al frente del contingente en la carrera hacia Guadalajara.
