Con el riesgo de convertir este reclamo en material de hoguera para la sección de “La Mañanera” de “Quién es quién” en las noticias falsas, me atrevo a lanzar estas preguntas directas al presidente Andrés Manuel López Obrador:
¿Está enterado de que en el Servicio de Administración Tributaria (SAT) no hay citas para un buen número de trámites? ¿Sabía que por esta condición hay un mercado negro de venta de citas que alcanzan hasta los 300 mil pesos? ¿Le han contado que en estas irregularidades estarían involucrados funcionarios federales del SAT?
Debido a la pandemia por el virus SARS Cov-2, el gobierno redujo sus áreas de atención personal a la mínima expresión y un puñado de gestiones ante el Servicio de Administración Tributaria se mantuvieron sólo por internet.
Sin embargo, algunos trámites requieren inevitablemente la presencia del contribuyente en las oficinas de Hacienda, sólo que la apertura de citas se ha dado a cuenta gotas.
Hay cientos de empresas o particulares que acumulan meses tratando de conseguir un espacio para dar de alta alguna sociedad anónima, asociación u otro movimiento que el mismo sistema exige que sea directamente realizado en oficinas del servicio tributario.
No obstante, una revisión al calendario de espacios disponibles en todos los módulos de Jalisco, arrojará invariablemente que no hay citas en lo que resta de 2021 en ningún horario.
De acuerdo con algunos contadores y abogados consultados, las citas en el SAT pueden abrirse como chispazos o relámpagos en alguna oficina del país y en torno a este fenómeno se ha integrado un clan de “cazadores de citas” que literalmente no duermen a la espera de estas grietas.
Incluso se abrió una cuenta de twitter llamada @SATsincitas donde por medio de intercambio de información en todo el país, se informa en dónde se ofrecen algunas. La cuenta ya tiene más de 190 mil seguidores.
Es común que personal de despachos contables de Jalisco tengan que viajar a Colima, Aguascalientes, Guanajuato o Michoacán para poder sacar adelante algún trámite. Pero hay otras notarías que acumulan decenas de expedientes que no han podido culminar porque no hay citas en el SAT y porque no están dispuestos a pagar las elevadas cuotas que les cobran por los espacios.
La misma titular del SAT, Raquel Buenrostro, reconoció que habían descubierto una red que incluía despachos contables y funcionarios del organismo que se coludían para cobrar por estos servicios, para lo cual se valían de robots que acumulaban las citas, pero aclaró que blindaron el mecanismo para evitar que esto se repitiera.
Sin embargo, los “coyotes” siguen operando con el apoyo de servidores públicos y los espacios siguen a la venta, aunque también se han dado estafas en la venta de citas ficticias.
Hace unos días personalmente renové mi clave fiel en el SAT. Cuando le dije a la funcionaria si podía aprovechar y dar de alta una A.C., me dijo que no, que necesitaba una cita.
— ¿Cita para qué?, le pregunté.
— Para venir al SAT a su trámite.
— Pero ya estoy aquí y traigo todos los documentos.
— Pero no tiene cita, me volvió a aclarar.
— ¿Cita para qué?, volví a interrogar.
— Para venir al SAT, repitió.
— Pero ya estoy aquí, repliqué.
— Pero no tiene cita, insistió.