Sin poder, sin respeto, sin autoridad moral, sin reconocimiento, y hasta sin amigos, se ha ido Irma Eréndira Sandoval de la Secretaría de la Función Pública (SFP) y del Gobierno de Andrés Manuel López Obrador. Quien fuera una de las mujeres más poderosas del actual régimen se ha ido por la puerta trasera y tal vez en su caída todavía no haya tocado fondo, pues se va con el desprecio del presidente, con el odio de sus compañeros y con una oposición que está sumando voces para llevarle tras las rejas por enriquecimiento ilícito y por su cuestionado desempeño al frente de la SFP.
Irma Eréndira perdió toda autoridad moral desde el mismo momento en que el periodista Carlos Loret de Mola develó a través de Latinus el inexplicable enriquecimiento de su familia, siendo que en 9 años desempeñándose como académicos, la funcionaria y su esposo, el polémico pseudo-periodista y pseudo-investigador, John Ackerman, se hicieron de un patrimonio de al menos 60 millones de pesos que invirtieron en bienes raíces. La investigación de Loret estuvo perfectamente documentada y Sandoval, más allá de victimizarse, decirse ofendida y negar los hechos, nunca probó el origen de sus bienes. Irma Eréndira y su esposo quedaron marcados aunque para el Presidente López Obrador, en ese momento la evidente corrupción no fue motivo de alguna infracción y mucho menos de un cese.
En la publicación de Loret se mencionaba que el total de las propiedades del matrimonio asciende hasta 60 millones de pesos, en valor real de mercado, cantidad cinco veces mayor a la que aparece en su declaración patrimonial y en donde además refiere que cinco de las casas fueron compradas al contado en tan sólo nueve años, cuando la pareja Ackerman-Sandoval apenas y eran investigadores de la UNAM, con salario de académicos.
Irma Eréndira y John amagaron con demandar a Carlos Loret acusando que el periodista obtuvo la información de manera ilegal, además de que «divulgó públicamente datos sensibles e información confidencial”, pero nunca se supo que demandaran y tampoco pudieron probar un origen lícito de los bienes.
La investigación de Latinus provocó un daño mayúsculo tanto fuera como dentro del Partido Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), donde radicales y moderados se enfrascaron en una virulenta pugna.
Hay que recordar que la Secretaria de la Función Pública fue por mucho tiempo “consentida” del presidente. Pero AMLO no le pudo perdonar que actuara en contubernio con su pareja en contra de la candidatura del también polémico Felix Salgado Macedonio al gobierno de Guerrero, para conseguir que su hermano Pablo Amílcar Sandoval fuese el abanderado para dicho cargo.
Irma Eréndira cometió el pecado de respaldar a su hermano y dejarse llevar por su esposo, un aprendiz de Politico al que le falta mucho por aprender.
Solo por mencionar algunos traspiés del sujeto en cuestión, vale recordar que criticó y retó al coordinador del senado por Morena, Ricardo Monreal, por el simple hecho de haber concedido una entrevista a Loret de Mola, luego de que este develara su patrimonio familiar.
Posteriormente, a fin de lograr que su cuñado fuese gobernador de Guerrero, conspiró contra Salgado Macedonio a través de sus redes sociales, argumentando que los resultados de la encuesta que realizó Morena no coincidían con la opinión de la ciudadanía, “fue una decisión estrictamente política en donde se privilegió un perfil profundamente cuestionado”, dijo.
Y, recientemente, el objeto de sus críticas fue el dirigente nacional de Morena, Mario Delgado, a quien señala de ser autoritario y conducir torpemente al partido.
En su columna para La Jornada, Ackerman cuestionó la designación de candidatos y candidatas a competir en las elecciones 2021, acusando un “dedazo” propio de los tiempos del PRI, razón por la cual lo responsabilizó de los pobres resultados electorales.
Ackerman ha propiciado guerras intestinas al interior de la Cuarta Transformación, y si bien, hasta hace unos días gozaba junto a su esposa de formar parte de ese selecto grupo de consentidos del régimen, después de la salida de Irma Eréndira, ambos deberán bajarse del ladrillo para revisar en qué momento el poder, la soberbia, y la arrogancia les llevaron a creer que podrían conspirar e ir en contra del presidente y que no habría consecuencias.
Irma y Ackerman no se preocuparon por hacer “amigos” al interior de la denominada Cuarta Transformación y hoy pagan ese desprecio que tuvieron hacia sus compañeros de partido. Han transcurrido ya más de 36 horas de que se dio a conocer la noticia de la separación de la funcionaria de su cargo, y es momento que no ha salido compañero alguno a dirigirles palabras de aliento, de agradecimiento, de buenos deseos. Nada.
El único que aprovechó la oportunidad para hacerse notar fue el propio Félix Salgado Macedonio, quien a través de un tuit pudo hacerle saber a aquellos que conspiraron y que presumiblemente fueron los artífices de la campaña de desprestigio como “violador” en su contra, que estaba feliz y satisfecho. Acompañado de una imagen en la que luce apoderado y sonriente, escribió:
“La sonrisa es el espejo del alma, la única capaz de mover lo inconmovible. Siempre debe haber un motivo para sonreír.
Les mando un fuerte abrazo a todas y todos.
¡Hay toro!”.
Evidentemente el mensaje tenía un par de destinatarios y así se entendió.
Ya después, en entrevista, el senador sostuvo que Irma Eréndira hizo un buen trabajo y desestimó que su salida de la dependencia sea una venganza política; reconoció su trabajo y dijo que es una gran guerrerense.
La ex zarina anticorrupción se fue por la puerta trasera y nadie la espera, al menos no para abrazarla o confortarla, al contrario, muchos piden que se le exija rendir cuentas tanto de su inexplicable riqueza, como de su cuestionable desempeño, siendo un tema mucho muy criticado que exonerara a Manuel Bartlet, o que a pesar de haber observado irregularidades en empresas de Carlos Lomelí, éstas pudieran estar gozando de contratos, etcétera.
Uno de los primeros en tomar acciones ha sido el diputado del PAN, Federico Döring, quien denunció que Irma Eréndira Sandoval, no puede regresar a su casa sin una persecución judicial, al seguir abierta la sospecha de enriquecimiento ilícito.
“Se trata de un patrimonio por más de 60 millones de pesos que nunca logró aclarar este matrimonio. Sin olvidar que Sandoval Ballesteros tampoco tuvo la atención por transparentar sus declaraciones y desmentir suspicacias de que era y es la zar contra la corrupción”, señaló el panista.
El representante popular del blanquiazul en el Congreso de la capital, exhortó al recién nombrado secretario de la Función Pública, Roberto Salcedo Aquino, a tener rectitud en el combate a la corrupción e investigue a su antecesora.
Pero no sólo la oposición se pronunció en este sentido, la diputada de Morena, Lorena Villavicencio, también cuestionó el trabajo de Sandoval Ballesteros al frente de la SFP debido a que no hubo un combate frontal contra la corrupción, además de que el patrimonio del que goza la ahora exfuncionaria le quitó autoridad moral para desempeñarse en una área donde la credibilidad personal es fundamental. “Y no vimos un combate frontal a muchos funcionarios públicos que saquearon a este país”, subrayó.
Irma Eréndira Sandoval, como Secretaria de la Función Pública atendió a pie juntillas cada una de las instrucciones de su superior. Investigó y exoneró a quien se le ordenaba; fue obediente y aplicada para con su jefe, pero fuera de ahí, se atrevió a desafiarlo, y a conspirar contra una de sus decisiones olvidando que Andrés Manuel no perdona una deslealtad o una traición, y al hacerlo, marcó su salida por la puerta trasera.
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