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No hay necesidad de buscar más allá de lo que quedó a la vista de todos; el Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) se dio un ‘tiro en el pie’ y el impacto ha sido demoledor conforme a las expectativas que se crearon en cuanto al rol que desempeñaría en la jornada electoral del domingo 6 de junio. El partido del presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador (AMLO), apenas y pudo obtener tres curules en el Congreso de Jalisco y sus más fuertes cartas que jugó en los municipios de Guadalajara y Zapopan, con Carlos Lomelí y Alberto Uribe, de manera respectiva, fueron avasalladas por la ola naranja de Movimiento Ciudadano que cual Tsunami arrasó en la ZMG al ganar además, Tlaquepaque, El Salto y Tlajomulco, dejando solo el triunfo al morenista Sergio Chávez en Tonalá.
Y es que, cuando las tendencias después de una jornada electoral son tan contundentes como las que marcaba el Programa de Resultados Electorales Preliminares (PREP) antes de cerrarlo, particularmente en lo que se refiere a la mayoría de las diputaciones locales y federales y municipios de la Zona Metropolitana de Guadalajara, donde si acaso uno podría revertirse, (Tlaquepaque), no es ocioso elucubrar sobre los resultados que se harán oficiales dentro de unas horas, ni tampoco respecto a los motivos que se dieron para ello.
Habrá que decirlo con toda claridad, Morena jugó contra Morena. La falta de conducción desde su dirigencia nacional y las pugnas internas en lo local donde muchos militantes desconocieron como su presidente a Hugo Rodríguez, fueron el inicio de la hecatombe.
La presencia en esta entidad de la siempre polémica Yeidckol Polevnsky, contrario a calmar las aguas en un partido completamente dividido, solo vino a atizar el fuego y propiciar que se marcaran todavía más las riñas internas, las venganzas, las traiciones, la guerra sucia, el fuego amigo, y todas esas situaciones que habitualmente se dan en una contienda electoral entre adversarios de diferentes institutos políticos, pero en el caso de Morena, la lucha fue mayor al interior del propio partido.
La Cuarta Transformación (CT) cavó su propia tumba; el ex súper delegado Carlos Lomelí, quien se convirtió en protegido de Polevnsky, buscaba la joya de la corona, -trampolín natural a la gubernatura del estado-, la alcaldía de Guadalajara, pero tuvo que ver de lejos el triunfo del emecista Pablo Lemus, quien al menos lo habría superado con una diferencia de 20 puntos.
Y no fue menos el descalabro del predilecto del canciller Marcelo Ebrard, Alberto Uribe, quien tuvo que salir a reconocer su derrota cuando se encontraba 30 puntos por debajo del candidato de Movimiento Ciudadano, Juan José Frangie. Uribe hizo gala de pundonor al salir a dar la cara, acto de caballerosidad y nobleza que quizá nos quedaremos esperando de Carlos Lomelí.
Por más que ahora Polevnsky esté hablando de fraude, hay versiones de que Morena habría jugado en contra de su propio candidato a la presidencia municipal de Tlaquepaque, Alberto Maldonado, a quien todas las encuestas le daban el triunfo y de haber resultado ganador se habría convertido en el abanderado natural de la Cuarta Transformación (CT) a la gubernatura para 2024, pero Lomelí y su protectora no lo dejaron llegar.
Ahora bien, no se puede dejar de mencionar que el fenómeno AMLO jugó un papel preponderante en esta elección, donde decenas de miles de jaliscienses se despertaron el domingo con una sola consigna: salir a votar en contra de AMLO y la Cuarta Transformación. Aquí no importó la pandemia, ni la amenaza de lluvia, y ni siquiera el triunfo de Checo Pérez evitó que hombres y mujeres en edad de votar salieran a cumplir con su deber cuidado de emitir su voto, y su premisa de impedir que Morena se apoderara de Jalisco. Al menos así fue en prácticamente toda la ZMG donde, como ya mencionaba, salvo el municipio de Tonalá, MC se llevó el carro completo al ganar Guadalajara, Zapopan, Tlaquepaque, El Salto, y Tlajomulco, donde reside 70 por ciento de los habitantes del estado.
Tal es la animadversión de los jaliscienses hacia AMLO que le cobraron en las urnas la muerte de muchos inocentes que perdieron la batalla contra el cáncer por falta de quimioterapias, la carencia de medicamentos, el retiro del seguro popular y de estancias infantiles, los millones de empleos perdidos, la negligencia y falta de apoyos frente a la pandemia, los muertos por Covid-19, los nuevos 10 millones de pobres, etc., y todo ello pudo más que los no pocos errores del gobierno Alfarista al que le dieron otra oportunidad.
El único municipio de ZMG ganado por Morena se lo adjudicó Sergio Chávez en Tonalá, un experimentado político que ya ha gobernado esta municipalidad bajo los colores del PRI, y ha sido diputado local y federal. Así que es de esperar un buen desempeño, aunque habrá que ver si lo dejarán trabajar porque desde ahora estará ante los reflectores al convertirse de facto en un aspirante natural a la gubernatura dentro de tres años.
Y de igual forma habrá que seguir de cerca el trabajo que logre concretar el morenista Luis Michel en Puerto Vallarta si es que se confirma su triunfo, siendo que según el PREP y quedando más de 15 por ciento de actas por contabilizar, la diferencia era mínima con la candidata de MC María Guadalupe Guerrero y al abanderado del Partido Verde, Luis Munguía, a quién habrá que reconocerle su extraordinaria campaña aún cuando fue perjudicado por sus adversarios políticos y tuvo que entrar tarde a la contienda.
Fue en la elección federal donde Morena logró salir mejor librado; -aquí no estuvo la mano de Polevnsky- fueron otros elementos los que le permitieron conseguir 7 escaños de mayoría relativa para la Cámara de Diputados, siendo dos de ellos resultado de un trabajo de muchos años que tuvieron como priistas Claudia Delgadillo y Rocío Corona Nakamura, que en esta elección jugaron por la coalición Morena-Partido Verde-PT. Mismo caso de Antonio Ramìrez, quien como integrante del PRI y del Verde ha sido Alcalde de Mazamitla en dos ocasiones y ha trabajado arduamente el distrito 17 con cabecera en Jocotepec.
Habrá quien argumente que la votación conseguida por Morena en Jalisco fue mayor en esta elección, que conquistó 7 lugares en el Congreso de la Unión y que obtuvo 15 municipios, pero todo ello parece una victoria pírrica frente a los descalabros en la ZMG y el Congreso de Jalisco.
Son pues los números de la elección para Morena reflejo del mal manejo del partido desde el Centro, del desinterés de la dirigencia nacional, de la falta de orden y dirección, de las pugnas, de las traiciones, de la guerra de lodo que ya se tenía y que se acentuó durante la elección. Pero también hay que decirlo, es resultado de que no gustan a los jaliscienses las políticas, las decisiones, y la administración del país por parte del presidente López Obrador, y así se lo hicieron saber el domingo con el poder de su voto.
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