La semana que termina, es quizá una de las más catastróficas para el gobierno de Andrés Manuel López Obrador (AMLO) y su proyecto de la Cuarta Transformación. Y es que hay que recordar que tan solo del lunes 24 al día de hoy, compró una refinería en Texas que estaba a punto de cerrar pagando por ella 600 millones de dólares; pero unos días después, Moody’s castigó dicha compra degradando la calificación del complejo petrolero de Baa3 a Baa2 y todavía dejó la nota en revisión para una posible baja. Por si no fuera suficiente, Estados Unidos rebajó la categoría del espacio aéreo mexicano, por lo que no se pueden agregar nuevas rutas al país y esto pone en riesgo al aeropuerto de Santa Lucía, -si es que algún día lucirá como tal-. Además, el presidente se jactó de haber conseguido ahorros por 11 mil millones de pesos al dejar de comprar medicamentos, provocando que las propias redes le refutaran que el subejercicio en salud no es ahorro y se paga con vidas.
Así que como era de esperarse, ni los adversarios ni los neoliberales ni los conservadores y mucho menos los cibernautas le perdonaron esta serie de descalabros y fracasos al tabasqueño que administra la República Mexicana y las críticas, los memes, las burlas y la furia se desataron en redes sociales.
Expertos, políticos, periodistas, analistas, y usuarios de Twitter principalmente, se han volcado durante los últimos días a hablar sobre estos temas, destacando el asunto de la compra de la refinería Deer Park de Houston, Texas, propiedad de Shell, que para muchos representa un contundente tropiezo del gobierno federal, así como una muestra del fracaso de la obra en construcción de la Refinería de Dos Bocas.
“Vamos a informar sobre la compra de las acciones de la refinería Deer Park, que está ubicada en Houston, Texas que es propiedad de Shell, y que ya iniciamos el proceso de adquisición para que esta refinería forme parte de los bienes de nuestro país, que sea propiedad de México, se va a informar y se invitó a los integrantes del Consejo de Administración de Pemex”, indicó el mandatario mexicano en eu conferencia mañanera del pasado lunes.
López Obrador aseguró que la compra es con el propósito de alcanzar la autosuficiencia en combustibles, además reiteró que en el futuro, México ya no venderá petróleo crudo al extranjero, sino que la extracción será para consumo del mercado interno.
“Es importante que se sepa que nos convertimos en el país petrolero del mundo que más compra gasolinas y otros petrolíferos al extranjero, entonces ahora se está llevando a cabo un cambio, dirían los tecnócratas un cambio de paradigma o un nuevo plan de negocios, ya no vamos a vender en el futuro petróleo crudo, ni a comprar gasolinas, Pemex va a tener la capacidad de producir los combustibles que se venden en el país, con el propósito de que tengamos autosuficiencia, que no tengamos dependencia, y que también podamos garantizar que no aumente el precio de la gasolina y el diésel.
En términos también generales, es importante que todos estemos informados, que aun cuando hemos descubierto tres grandes yacimientos, tenemos materia prima suficiente, no vamos a extraer más allá de lo que necesitamos en nuestro mercado interno, porque se trata de un recurso no renovable que tenemos que cuidar y que debemos de dejar de herencia a las nuevas generaciones entonces tenemos para extraer más de tres millones de barriles diarios, pero hemos decidido no producir de dos millones de barriles diarios”, informó el presidente.
Pemex contaba con el 49.95 % de las acciones tras una asociación de 1993 con Shell, que controlaba el 50.05 % restante y que espera concretar la transacción en el último trimestre de este año.
La refinería tiene una capacidad de 340.000 barriles diarios, de los que 110.000 son de gasolina, 90.000 de diésel, 90.000 de turbosina y el resto de otros productos.
La compra ha despertado críticas porque Shell había anunciado en febrero pasado el cierre de la planta Deer Park porque no se podía costear y como parte de un plan de reestructuración para deshacerse de la mitad de sus refinerías para la transición energética.
La petrolera del Estado perdió 21.417 millones de dólares en 2020 en “la mayor crisis” de su historia, por la pandemia de Covid-19, según admitió la propia empresa, que en el primer trimestre de 2021 todavía registró pérdidas por 1.813 millones de dólares.
Uno de los cuestionamientos más mencionados en Twitter fue la comparación del costo de adquirir Deer Park en Texas, y la construcción de la refinería de Dos Bocas en Tabasco. Jorge Andrés Castañeda, director de Investigación de Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad, consideró que esa confrontación deja claro el mal negocio de la obra presidencial en construcción: “La valuación implícita en la compra de una refinería existente es de 1,200 millones de dólares, un 10% de lo que nos va a acabar costando la nueva. ¿Por qué vamos a pagar 10x más por una nueva? Con todo, esto es mucho mejor decisión que Dos Bocas”.
En esa opinión coincidió el economista Sergio Negrete Cárdenas, mencionó que adquirir 50 por ciento restantes de Deer Park costó 60 millones de dólares, mientras que Dos Bocas va en 8 mil millones, para refinar prácticamente lo mismo: 340 mil barriles diarios. En esas cifras coincidieron el comentarista Sergio Sarmiento y el consultor Carlos López Jones, quien calificó este hecho de la siguiente manera: “Dos Bocas es el mayor desperdicio de dinero de este Siglo!!!”.
Negrete Cárdenas felicitó al presidente Andrés Manuel López Obrador y a Rocío Nahle por mostrar “la locura de Dos Bocas una vez más”, y también hizo una pregunta: “¿Cuánto tiempo le damos a Pemex para que empiece a perder dinero con la refinería de Deer Park?”.
Al respecto Sarmiento recordó que Deer Park, “que manejaba Shell”, era la única refinería de Pemex que no perdía dinero.
Ricardo Pascoe Pierce se preguntó si tiene sentido seguir enterrando dinero inútil en la construcción de Tabasco: “¿Hay cómo recuperar ese dinero de nuestros impuestos gastado en el proyecto fallido en Tabasco?”.
Acerca del efecto de esta adquisición sobre los precios de los combustibles, López Jones afirmó que no bajarán, ya que su materia prima es el petróleo, que no tiene que ver, además de que los impuestos IEPS e IVA tampoco disminuirán.
El especialista Víctor Ramírez también aclaró que la compra del 50 por ciento de las acciones de la refinería no harán que se baje y ni siquiera que se controle el precio de la gasolina, uno de los grandes compromisos de López Obrador.
Una duda importante fue manifestada por Manuel Clouthier, quien dijo que si se compraron acciones de la empresa “eso quiere decir que se compró con activos y pasivos”. Por ello urgió al presidente a informar del balance financiero de la empresa.
En el sentido señalado por Clouthier, Ramírez comentó la compra asegura que todo lo que sale de la refinería texana sea para México, pero que no era la única forma: otra era el contrato de largo plazo, con el que “se habría evitado hacerse cargo de los pasivos”, como sí ocurre con la compra.
Por su parte, el consultor en energía Gonzalo Monroy explicó en una entrevista que para comprar Deer Park “se pagó por arriba del mercado, como un 30 por ciento de sobrecosto”, además de que la adquisición “no incluye los inventarios, lo cual será, más o menos, de 200 a 350 millones de dólares extra”.
Sobre el pago de esta compra, Ramírez también criticó contundentemente el discurso que levantaron el presidente y el gobiernismo: “‘Nos costó 12,000 millones de pesos’, ‘no crédito, no deuda, sino de los ahorros por no permitir la corrupción’ ¿Neta? Deben 10 veces eso a proveedores”.
Y reprodujo una nota periodística de principios de este año en la que se informa que Pemex Exploración y Producción tiene una deuda por ya cerca de 126 mil millones de pesos con sus proveedores, por lo que Ramírez colocó una banderilla: “@Pemex no le paga a sus proveedores, a empresas de mexicanos, ha quebrado a todas ellas dejando sin trabajo a muchos, pero en lugar de eso compra refinerías”.
En el ámbito declarativo, Javier Aparicio, académico del CIDE, hizo un ejercicio de memoria: “¿Soy yo o el licenciado antes había criticado que Pemex hubiera invertido en una refinería en Texas durante la noche neoliberal? En caso afirmativo, ¿qué cambió ahora?”.
Y es que el pasado 7 de mayo López Obrador criticó la sociedad de Pemex con Shell en Deer Park, ya que desde que se construyó esa refinería “no ha habido beneficios para México, si acaso el que se pueda procesar crudo mexicano”.
Otros pusieron énfasis en el aspecto ambiental: la reportera Peniley Ramírez señaló que refinar en una instalación ya construida “es mucho mejor que hacer una mega plancha para que no se inunda una refinería en un manglar. Eso lo sabe cualquiera. Los que se asumen de derecha y los que no se asumen pero lo son. Lo demás es discurso, es decir, lo de menos”.
Quien consideró que la instalación adquirida por Pemex es una instalación obsoleta y no rentable es Gabriel Quadri, quien acusó que “López está imponiéndole a nuestro país un enorme despilfarro y todos los pasivos ambientales. Merece ser llamado a cuentas…”.
También hubo quienes dieron un toque humorístico a la compra de la refinería: el economista Mario Di Constanzo preguntó: “Y si mandan a @ManuelBartlett a recibir la Refinería que recién compramos?”.
Por su parte, el escritor Antonio Ortuño escribió: “El plan secreto es recobrar Texas, refinería por refinería y mansión por mansión, hasta que vuelva a ser todo nuestro. Ustedes porque no tienen fe”.
El ex presidente Felipe Calderón tuiteó “Desde el 15 de febrero pasado se supo que Shell cerraría la refinería de Deer Park porque la transición energética claramente bajará la demanda por gasolinas en el mediano plazo. Si en lugar de cerrarla la vende, hace un negociazo de 600 mdd a costa de…”.
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