Chongqing, una de las ciudades más fascinantes y excéntricas de China, se ha convertido en un espectáculo arquitectónico y urbano que desafía la lógica tradicional. Con una población de más de 32 millones de habitantes, es la municipalidad más grande del país y una de las metrópolis más densamente pobladas. Ubicada en un terreno montañoso y atravesada por los ríos Yangtsé y Jialing, su geografía ha obligado a desarrollar infraestructuras únicas, como trenes que atraviesan edificios, calles que parecen planta baja pero están a decenas de metros de altura y autopistas enredadas como laberintos tridimensionales.

Uno de los ejemplos más impactantes de la ingeniería urbana en Chongqing es la estación de tren Liziba, donde la línea 2 del monorraíl pasa literalmente a través de un edificio residencial de 19 pisos. Para evitar demoler el inmueble, los ingenieros diseñaron un sistema en el que el tren cruza por el sexto al octavo piso, sin afectar la estructura ni generar ruido significativo para los residentes, gracias a un aislamiento acústico avanzado. Esta peculiaridad ha convertido la estación en un atractivo turístico y en un símbolo del ingenio chino para aprovechar el espacio en una ciudad con terreno limitado.
Otro fenómeno sorprendente en Chongqing es la sensación de que el suelo cambia de altura sin previo aviso. Debido a la topografía montañosa y los múltiples niveles de desarrollo, en muchas zonas una persona puede salir de un edificio por la “planta baja” y encontrarse, en realidad, en el décimo piso de otro edificio al otro lado de la calle. Este efecto hace que la ciudad tenga múltiples “primeros pisos” en un mismo sector, confundiendo a los visitantes y generando experiencias únicas para quienes caminan por sus calles.

El tráfico y la movilidad en Chongqing también son un reto monumental. La ciudad cuenta con algunas de las autopistas más enredadas y complejas del mundo, como el nudo vial Huangjuewan, un laberinto de carreteras elevadas con más de 15 rutas diferentes en cinco niveles distintos. Este tipo de infraestructura ha sido diseñada para adaptarse a la geografía montañosa sin necesidad de demoler barrios enteros, aunque para los conductores primerizos puede ser una auténtica pesadilla.
Además de su urbanismo extravagante, Chongqing es famosa por su gastronomía, en particular el hot pot (huǒ guō), un platillo de sopa hirviendo con especias extremadamente picantes, característico de la región. Su clima, con frecuentes neblinas y humedad extrema, le da un aire de misterio que ha inspirado películas y series de ciencia ficción. Con una mezcla de modernidad, caos y creatividad, Chongqing es una de las ciudades más extraordinarias de China, donde la arquitectura desafía la lógica y cada esquina es una sorpresa.