Don Enrique Esquivel tiene 55 años de edad y está convencido de que Beto Maldonado será el presidente municipal de Tlaquepaque. Llegó una hora antes a la cita que tenía el candidato de Morena con vecinos de San Pedrito. Don Enrique llegó acompañado de su madre, a quien cuida porque ella es de edad avanzada y depende de él. Se buscó el tiempo para participar en esta actividad porque lo mueve la esperanza de que le vaya bien a Maldonado, de que le vaya bien a Morena, porque cree que es la forma de cambiar las cosas no sólo en Tlaquepaque, sino en México.
Esas cosas que don Enrique quiere cambiar se viven todos los días en colonias como San Pedrito, donde las calles están destrozadas, sucias y los vecinos batallan para salir de la mala situación económica.
«¿Usted cree que si le preguntamos a la gente que vive aquí si quiere que todo siga igual, va a querer?», pregunta don Enrique, mientras señala una banqueta fracturada y llena de basura.
Beto Maldonado en la charla que sostuvo con los habitantes de esta zona de Tlaquepaque dejó claro cómo sí se puede transformar al municipio: cero tolerancia a la corrupción, trabajo estratégico en servicios públicos municipales y coordinación con el Gobierno Federal para gestionar más recursos para el municipio.
El trabajo es arduo para transformar la situación que prevalece, pero Beto Maldonado confía en que la cercanía con las personas y un trabajo estratégico en las necesidades que el pueblo manifieste como prioridad, son fundamentales para mejorar la gestión pública en el ayuntamiento de Tlaquepaque.