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La indolencia del presidente

En tanto su pueblo se ahoga y no tiene qué comer, AMLO comparte imágenes en redes sociales de sus desayunos en Palacio Nacional. De ese tamaño es la indolencia del presidente Andrés Manuel López Obrador, a quien parece no causarle mayor desazón la situación que atraviesan desde hace ya más de un mes habitantes de los estados de Tabasco, Chiapas y Veracruz, que prácticamente han sido abandonados a su suerte.

El presidente no ha querido siquiera mojarse los zapatos. No hay imágenes de él con el agua a la cintura, abrazando gente, confortándola. No lo hemos visto con las mangas de la camisa dobladas participando en cadenas de ayuda cargando cajas de víveres o medicina. Nada. Lo que hubo fue un mensaje en el que aconseja a pobladores que suban a lo alto del cerro para guarecerse porque su gobierno abriría las compuertas para desahogar la presa Peñitas, y luego una explicación igual de lamentable en la que responde a reporteros que no hizo el recorrido a pie en su fugaz visita del sábado a Tabasco porque tenía otras cosas que hacer.

Las afectaciones por el Frente frío 11 y las torrenciales lluvias del huracán Eta, sumado a los errores de la Comisión Federal de Electricidad (CFE) que al desfogar presas provocó que varias localidades quedaran bajo agua, han dejado un saldo de 27 muertos y más de 180 mil los damnificados; gente que perdió su patrimonio, que no tiene qué comer ni dónde dormir, y que no puede salir a las calles a buscar ayuda porque están anegadas.

Los tabasqueños no imaginaron que su paisano, el presidente Andrés Manuel López Obrador, haría oídos sordos a sus gritos desesperados de ayuda, siendo que la emergencia en aquellas entidades del sureste mexicano comenzó a principios de octubre y la ayuda principal ha llegado de otros países y otros estados como Jalisco, luego de que esta semana el gobernador Enrique Alfaro enviase a 35 de los mejores elementos de Protección Civil de esta entidad, con maquinaria y equipo, para ayudar en tareas de rescate y evaluación de daños.

El fin de semana pasado, cuando el gobierno de AMLO determinó aumentar el desfogue de la presa Peñitas, su ayuda se limitó, como ya decía, a pedir a los pobladores de los pueblos circunvecinos trasladarse a las partes altas, a los albergues. “Suban al cerro”, fue la instrucción del presidente, lo que muchos interpretaron como “sálvese quien pueda”.

Fue un mes después, el sábado 7 de noviembre cuando el presidente López se dignó a hacer un recorrido para ver la situación de su estado natal.

Lo hizo más que obligado que de ganas, ya que los usuarios de Twitter no perdieron la oportunidad de reprocharle su negligencia y desinterés de atender la emergencia, después que la diputada por Nayarit, Geraldine Ponce, subiera a la red social una fotografía en la que aparecía con el mandatario: “El mejor presidente que ha tenido Nayarit”, escribió la legisladora. Los tuiteros bulearon a López tanto por su vestimenta de “chavoruco”, como por su visita para revisar una carretera que compararon con “La carretera del amor” que tenía Diego Fernández de Cevallos.

Ante la presión, AMLO decidió suspender su gira por Nayarit para dirigirse a Tabasco. Pero su recorrido lo hizo en helicóptero, desde donde grabó un video para reportar lo que veía por una ventanilla mientras sobrevolaba y observaba la tragedia. No hubo recorrido a pie, ni fotos como las de otros presidentes “neoliberales” ayudando y confortando a quienes lo perdieron todo. La imagen que dejó para la posteridad fue la de un presidente distante, sentado a las puertas de la aeronave, sonriente, con los zapatos sucios, pero no por meterse al lodo o a la tierra.

Los tabasqueños esperaban mayor empatía y consideración de su paisano, pero no fue así. Los reclamos no se hicieron esperar, y el enojo y la frustración quedaron de manifiesto entre tanta gente que lo apoyó durante no pocas campañas y que ahora no recibió la palabra amable, la solidaridad, la promesa de apoyo, la visita en el albergue o en el refugio.

Ese mismo sábado regresó a Palacio Nacional, y al día siguiente, cuestionado por los medios de comunicación, dijo que no hizo el recorrido a pie y no atendió a la gente porque “tenía otras cosas qué hacer”, al tiempo que se jactaba de que fue su primera vez en helicóptero, quizá esperando que alguien le agradeciese su heroísmo.

Una semana después de ese fugaz sobrevuelo, la emergencia continúa; las imágenes son devastadoras; la gente durmiendo en las azoteas de sus casas anegadas esperando que llegue algo de ayuda para poder alimentarse, trasladándose algunos en canoas, y otros arriesgando la vida recorriendo las calles con el agua a la cintura para poder conseguir víveres. Se ha dicho incluso que se han avistado cocodrilos en esas aguas desbordadas de ríos y presas que  inundan las calles.

Pero, como ya veíamos, eso no le quita ni el sueño ni el apetito a López Obrador, quien la mañana de ayer colgó de sus redes sociales una imagen en la que se deja ver sentado al comedor de uno de los salones de Palacio Nacional, acompañado del senador que condujo las acciones para que su grupo parlamentario y sus aliados desaparecieran 109 fideicomisos, entre ellos el Fondo para Desastres Naturales, y ahora cínicamente pide ayuda a los mexicanos para que se sumen a la colecta en apoyo a los damnificados.

“Desayuné con el senador Ricardo Monreal huevos con chilaquiles, coyotas y café. Le expuse las iniciativas de reforma que hemos enviado al Congreso en bien del pueblo y de la nación”, escribió el presidente, quien regordete, posa mordiendo una coyota.

En tanto, medios de comunicación reportan que suman más de 180 mil las personas damnificadas por las inundaciones, deslizamiento de tierra y lodazales que han devastado la región. “Aldeas enteras han quedado sepultadas por las avalanchas de barro y, ahora, con la tormenta lejos en las costas de Florida, los caudalosos ríos amenazan con desbordarse y seguir sumando daños”, señala El Pais.

De acuerdo con la coordinadora nacional de Protección Civil, Laura Velázquez,  27 personas han perdido la vida en Tabasco y Chiapas debido a las intensas lluvias e inundaciones por el frente frío número 11, mientras que en Veracruz, otro de los estados afectados, no se reportan decesos.

La funcionaria de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana explicó que las afectaciones en Tabasco han provocado, el fallecimiento de cinco personas, 148 mil damnificados, 35 mil viviendas con agua en su interior.

Velázquez dijo que de los 17 municipios de Tabasco 13 tienen una afectación, pero con más afectaciones en Centro, Macuspana y Tacotalpa.

Mientras que en Chiapas el saldo ha sido de 22 personas fallecidas, 16 mil afectados, 32 municipios con presencia de daños, y 19 mil 486 viviendas con agua.

En Veracruz son 15 municipios afectados 109 colonias afectadas 20 mil personas afectadas, 5 mil viviendas compenetración de agua dos puentes afectados.

En este contexto de la tragedia, resulta indignante ver a diputados y senadores de la Cuarta Transformación pidiendo dádivas al pueblo mexicano para ayudar a los damnificados.

Es indignante, porque hasta hace poco más de un mes se contaba con un importante presupuesto para atender emergencias naturales, el Fondo Nacional de Desastres Naturales (FONDEN), que esos mismos diputados y senadores de Morena y sus aliados que hoy organizan colectas, desaparecieron junto con otros 109 fideicomisos para cumplirle un capricho más al presidente de México, quien solicitó su eliminación por considerar que era “la caja chica” de los servidores públicos.
En tanto, la emergencia en el sureste continúa; suman  27 muertes y 184 mil damnificados, pero todo eso puede esperar… Lo verdaderamente importante para el presidente es tener su desayuno en forma sentado en un lujoso comedor de los salones de Palacio Nacional, tomarse una foto mordiendo una coyota y publicarla en redes sociales.

Así que por favor no lo molesten porque él tiene “otras cosas qué hacer”, y si se desborda algún río, ya les dijo que “suban al cerro”.

opinion.salcosga@hotmail.com
@salvadorcosio1

• Salvador Cosío Gaona

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Es Abogado por la U de G, con estudios de posgrado en Administración Pública, Economía Política, Economía del Sector Publico, Administración Municipal, Finanzas Publicas, Administración y Desarrollo de Recursos Humanos, Financiamiento para el desarrollo y Políticas Publicas, en diversas instituciones. Tiene el Grado de Doctor en Derecho con la distinción Maxima Cum Laude en la Universidad Complutense de Madrid en España.

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