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EUA, una compleja elección

Como bien se sabe, y la historia reciente no deja mentir, en Estados Unidos no necesariamente gana las elecciones quien obtenga el mayor número de votos de los ciudadanos. De ello pueden dar cuenta los ex candidatos Al Gore y Hillary Clinton, quienes en sus respectivas contiendas obtuvieron mayor número de sufragios que sus oponentes pero terminaron perdiendo la elección presidencial. Por ello no se puede dar por ganador en este momento al candidato demócrata Joe Biden, aún cuando todas las encuestas lo marcan con números favorables por encima del presidente Donald Trump, quien a toda costa busca permanecer cuatro años más en la Casa Blanca e incluso ha amagado con desconocer los resultados de la contienda.

En la primera economía mundial, los comicios a presidente son indirectos, lo que de facto significa que algunos territorios -o votantes- acaban pesando más que otros.

El candidato que llegará a la Casa Blanca, o se quedará en ella en el caso del presidente Donald Trump, debe conseguir al menos 270 de los 538 votos del Colegio Electoral.

Cada estado tiene un determinado número de votos en función de su población y el aspirante que consiga mayor número de sufragios populares en ese territorio se suele llevar todos esos votos electorales.

Así que por más que la mayoría de analistas políticos y periodistas tanto en Los Estados Unidos de America como en diversos lugares del orbe estén señalando como algo inminente la victoria del Candidato del Partido Demócrata a la Presidencia del vecino país al norte, es importante resaltar que acorde al peculiar sistema electivo, arcaico y tildado de injusto, puede resultar que aún cuando no obtenga el mayor número de sufragios populares (voto ciudadano directo) el actual presidente Donald Trump pueda alzarse con el triunfo, ya que así es factible en razón de que lo que realmente cuenta es el voto representativo en el Colegio Electoral.

Hay que dejar claro que se trata de un sistema comicial basado en una elección indirecta, es decir que el presidente y el vicepresidente no son elegidos por el voto ciudadano, y es que los millones de estadounidenses registrados para votar, elegirán a su mandatario a través del llamado Colegio Electoral.

Cuando los estadounidenses acuden a las urnas en elecciones presidenciales, a pesar de que en la boleta aparecen los nombres de los candidatos por cada partido (Donald Trump y Joe Biden en este caso) en realidad están votando por un grupo de funcionarios que forman el ente conocido como «colegio electoral». La palabra «colegio» simplemente se refiere a un grupo de personas con una tarea común ya que esos individuos son electores y su trabajo es elegir al presidente y vicepresidente.

El número de electores de cada estado es proporcional al tamaño de su población. El colegio se compone de 538 electores en total, siendo California el estado que tiene el mayor número, con 55, mientras que una serie de estados poco poblados como Wyoming, Alaska y Dakota del Norte, así como el Distrito Central , que es la ciudad de  Washington, capital del país, tienen un mínimo de 3.

Así las cosas, los seis estados con más delegados son California (55), Texas (38), Nueva York (29), Florida (29), Illinois (20) y Pensilvania (20). Cada elector representa un voto electoral, y el candidato necesita ganar una mayoría de votos (270 o más) para alzarse con la presidencia.

Es importante señalar que por lo general, los electores se ponen de acuerdo en cada estado y por costumbre otorgan todos sus votos al candidato que haya obtenido la mayoría de los votos populares en esa entidad, de ahí que por ejemplo, si un candidato ganó el 50,1% del voto popular en Texas, se le proporcionarían todos los votos electorales de ese estado, que son 38 y así sucede en el resto de territorios, con excepción de los estados Maine y Nebraska que dividen sus votos electorales en función de la proporción de votos que cada candidato obtenga.

Esto hace que algunos estados sean muy importantes para los candidatos, ya que los más poblados tienen mayor cantidad de votos electorales.

Es posible que un determinado candidato sea el más popular entre los votantes a nivel nacional, pero no consiga ganar en suficientes estados como para llegar a los 270 votos electorales; Lo cierto es que dos de las últimas cinco elecciones fueron ganadas por candidatos que tenían menos votos del público que sus rivales, como ocurrió en
2016, pues Donald Trump consiguió cerca de 3 millones de votos menos que Hillary Clinton, pero ganó la presidencia porque el colegio electoral le dio la mayoría y antes de ello, en ma elección del año 2000, George W. Bush triunfó con 271 votos electorales, pese a que el candidato demócrata al que se enfrentó en las elecciones, el popular Al Gore, ganó el voto popular por una diferencia de más de medio millón de votos, debiendo además recordarse que el tema se decidió en Florida al generarse un empate técnico, polémicamente resuelto a favor de Bush, siendo que era una entidad gobernada por su hermano Jebb y la Secretaria de Gobierno es por norma quien tutela el sistema electoral de ese estado.

Ahora bien, como algunos estados tienen un sólido historial de preferencia demócrata o republicana, la atención se centra en aquellos en los que no está tan claro quién puede ganar.

Se llaman «estados péndulo» o «bisagra» y en estas elecciones superan la decena.

Toda la atención estará puesta en estos territorios la noche de las elecciones, entre los que se puede mencionar están Carolina del Norte, Florida, Pensilvania, Michigan, Wisconsin y Arizona; y otros dos que se han vuelto más competitivos por sus cambios demográficos -Georgia y Texas-.

Por cierto, es de destacar que millones de estadounidenses están votando más por correo estas elecciones que la anteriores, lo que puede llevar a que se tenga que esperar días para conocer el resultado final mientras esos sufragios son procesados y contabilizados.

De hecho, debido al aumento sin precedentes del voto por correo, el candidato que parezca liderar la contienda durante la noche puede que no acabe siendo el ganador, así que habrá que ser muy cautelosos y no adelantar vísperas.

Eso sí, esperamos que el ganador, le sea propicio a México.

opinion.salcosga@hotmail.com
@salvadorcosio1

• Salvador Cosío Gaona

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Es Abogado por la U de G, con estudios de posgrado en Administración Pública, Economía Política, Economía del Sector Publico, Administración Municipal, Finanzas Publicas, Administración y Desarrollo de Recursos Humanos, Financiamiento para el desarrollo y Políticas Publicas, en diversas instituciones. Tiene el Grado de Doctor en Derecho con la distinción Maxima Cum Laude en la Universidad Complutense de Madrid en España.

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