Tras la emoción de la puesta en marcha de la Línea 3 del Tren Ligero y pese a algunas fallas iniciales, pocos parecen recordar que se trató de una de las obras más opacas que se tenga memoria.
Ni siquiera a la Auditoría Superior de la Federación (ASF) pudieron aclararle el cúmulo de observaciones efectuadas sobre la construcción de la obra que rebasó los 33 mil millones, aunque inicialmente fue proyectada en 17 mil 693 millones de pesos.
Un ejemplo es el escandaloso caso de los neoprenos instalados en los viaductos 1 y 2 de los tramos elevados del proyecto que por defectuosos mostraron un deterioro prematuro y debieron cambiarse. El 22 de mayo de 2019 comentaron a sustituirlos, pero en el pliego de observaciones 2018-0-09100-22-0367-06-001, la ASF advierte que se presume daño o perjuicio a la Hacienda Pública Federal porque no fueron cambiados ni avalados técnicamente en tiempo y forma.
No obstante, la compañía inicial encargada de suministrar las placas colocadas entre columnas y trabes para amortiguar el paso del tren, Neoprenos Moldeados, S.A. de C.V., había recibido aprobación por un laboratorio avalado por la misma Secretaría de Comunicaciones y Transportes.
El Catálogo Detallado de los viaductos del proyecto de la Línea 3, establecía el tipo de producto que requería:
“DGTM2112-PR-00174 Suministro y colocación de neopreno de sección 400 por 500 mm dureza Shore A-60 (ASTM D_2240), resistencia a la ruptura mayor a 17.5 MPa, alargamiento a la ruptura mayor a 350% (ASTM D 412); con 7 capas y 6 láminas de 4 mm, de límite elástico mínimo de 240 N/mm2 y carga a la ruptura mínima de 420 N/mm2 (clase CF-24) tipo V2 según proyecto”.
Sin embargo, una copia de la petición en hoja membretada de la empresa Neoprenos Moldeados, S.A. de C.V. (en poder de quien esto escribe), solicita a Clemente Poon Hung, Director General de Servicios Técnicos de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes, someter a ensaye para verificar su calidad al neopreno que instalaría en la Línea 3 con la siguiente característica:
“Apoyo integral de Neopreno FT=100 KG/CM2 dureza Shore A-60 norma ADTM D-2240 de 40X50x14.6 CMS con láminas de acero A-36 de 3 MM intermedias”, un producto distinto al solicitado en el catálogo. El documento para los ensayos de la SCT fue recibido el 8 de diciembre de 2014.
No es extraña la opacidad con que se manejó todo. Desde el principio el proyecto ejecutivo fue reservado; fueron omitidos en tiempo y forma los cambios de usos de suelo, licencias de construcción, disposición de escombro y permisos ambientales.
Fue ignorado el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) que les exigía un inventario de edificios de valor histórico y patrimonial de la ciudad, un plan de manejo y la entrega de fianzas que protegieran posibles daños a fincas y monumentos. El templo de San Francisco, por ejemplo, permanece cerrado por daños estructurales desde 2017.
Según dio cuenta la ASF en al menos tres auditorías, entre otras irregularidades, en la construcción de la Línea 3 se duplicó pagos, incumplieron conceptos, colocaron materiales de mala calidad, pagaron por obras no realizadas y todo por “falta de supervisión a los trabajos”.
Y aunque algunas de las determinaciones de la Auditoría Superior instruían la apertura de procesos administrativos por las anomalías de los servidores públicos, para variar no se conoce algún ex funcionario sancionado.